La llamamos Costa azul pero en realidad en Francia ya hay una zona que recibe ese nombre.
La denominación original es Riviera francesa, Riviera de Niza o Riviera de Génova.
El nombre por el que la conocemos hoy popularmente se lo debemos a Stéphen Liégeard, abogado, administrador, diputado, escritor y poeta francés. Fue él quien denominó Côte d'Azur a la Riviera Francesa, nombre poético para llamar a la costa que se extendía desde Marsella hasta Génova. El "azur" hacía referencia a un tono de azul concreto, el azure.
A principios de siglo XX empezó a popularizarse entre la aristocracia y hoy es sinónimo de lujo y glamour aunque, adentrándonos en sus ciudades y pueblos, vemos que hay espacio para lo popular y mundano. Muchos de esos aristócratas construyeron allí sus mansiones. Pero también ha sido inspiración para artistas como Picasso, Chagall o Matisse, entre otros.
Hoy pertenece a la región administrativa de Provence-Alpes-Côte d'Azur.
Viajar a la Costa azul no es barato y seguramente conviene buscar el buen tiempo pero alejarse de meses como julio y agosto, donde puede haber masificación pese a los elevados precios de hoteles. Los restaurantes tampoco son económicos pero hay opciones para todos los bolsillos.
Evidentemente hay playas, de distinto tipo (más grandes, más pequeñas; de arena o de piedras) y conviven las públicas con las privadas, algo impensable en nuestro país como lo es la poca distancia entre algunas edificaciones y la costa.
El clima es mediterráneo. Eso quiere decir que hay inviernos suaves y veranos que pueden llegar a ser muy calurosos en algunas zonas.
Es abundante la gastronomía provenzal. Hay estofados a fuego lento (daube), carne de toro, algunos pescados o sopas (como la boullabesa), arroz de la Camarga, buenos quesos, etc. Detallaré algunas especialidades como la socca a lo largo del diario.
Las comunicaciones con transporte público son bastante buenas.