El día amenazaba lluvia y decidimos tomárnoslo con calma. Empezamos visitando el castillo de Rozafa. La visita es recomendable, el castillo está bien, aunque bastante ruinoso. Lo mejor es que tiene unas vistas espectaculares.
Saliendo del castillo empezó a llover. Nos fuimos al lago Shkoder, a ver si mientras paraba la lluvia. Pero nada, se puso a diluviar, así que decidimos comer temprano.
Comimos junto al lago, en el restaurante Geni Peshk, un buen sitio para comer pescado frito. Muy buena calidad y muy barato. Nos lo recomendó el dueño del apartamento donde nos alojamos y fue un acierto. Todos los comensales hablaban albanés menos nosotros.
Cuando acabamos de comer ya había salido el sol y nos dedicamos a dar un paseo junto a llago. Es agradable, con muchas aves (cormoranes, garzas, fochas, somormujos,…) y una bonita vista con las barcas que van y vienen a pescar.
Después fuimos a ver el puente Mes (Ura e Mesit), a pocos kilómetros de Shkoder, por una carretera en un estado regulero. Es el puente otomano más largo y mejor conservado de Albania, con 13 arcos de diferentes tamaños. Está situado sobre el río Kiri, que tiene unas aguas de un color precioso. La vista del puente, el color del agua y las montañas de fondo constituyen una imagen muy bonita.
Y un camión. Cuando llegamos había un grupo de operarios y un camión arreglando la calzada del puente. Estaban acabando su turno y esperábamos que dejasen libre el puente. Acabaron su turno y los operarios se fueron, pero el camión quedó encima del puente. A otros les tocan andamios en un edificio famoso, a nosotros un camión sobre el puente.
Volvimos al apartamento y pasamos el resto de la tarde descansando. Mi rodilla se merecía un poco de sosiego.