Comenzamos nuestro día con desayuno en el comedor del alojamiento y parada en el super para dirigirnos a nuestro primer destino: Faro Nest Point. Hemos elegido ir de más lejos a más cerca y hacer la ruta por los hitos de Skye en el sentido de las agujas del reloj, así nos aseguramos de llegar a todo.
Llegar a Nest Point fue toda una aventura, la mayor parte de los últimos ocho kilómetros son por una carretera en la que solo cabe un coche, menos mal que la presencia de los passing place, donde un coche se puede parar para que el coche que viene de frente pueda pasar, facilita la circulación en ambos sentidos, además tuvimos que modificar la ruta porque la carretera que llevaba directo estaba en obras.
Creo que todos en la familia estamos de acuerdo en que este es el punto que más nos gustó de todo Skye, el acantilado con su forma de punta de flecha, las vistas, y las ovejitas.
Seguimos hacia el castillo de Dunvegan y vemos una de las cabinas rojas...
...al llegar al Dunvegan decidimos pagar la entrada porque si no, la verdad es que no ves nada. Es el castillo más antiguo habitado de continuo, perteneciente al clan McLeod en el interior puedes ver habitaciones decoradas y con todo su mobiliario con fotografías familiares. Para entretener a los niños les dicen que si encuentran todas las llaves que tienen escondidas en cada sala les dan un regalo a la salida, y, aunque los míos ya no son tan niños, les tuvo muy motivados buscando llaves en las habitaciones. (Spoiler: el regalo es un peoncito).
Después salimos a recorrer los jardines aunque estaban en reformas con las telas en algunos puntos. Bajamos a la playa donde se puede pagar por un paseo en barca para avistar las focas que suelen aparecer en las inmediaciones del castillo.
Según mi marido, este fue el castillo que más le gustó de todos.
A continuación nuestro itinerario nos marcaba parar en Coral beach por una carretera que parte del castillo y que es muy estrecha y termina en un parking desde donde sale una ruta de unos 20 minutos para llegar a una playa que destaca por su color blanco formado por algas blancas trituradas que le da al agua un aspecto azul tropical. Y fue el lugar que elegimos para hacer nuestro picnic en nuestra mantita impermeable para después, fiel a mi costumbre, meter un poquito las piernas en el agua tan limpia y….friiiiiiia. Pero más valor tuvieron unos niños bañándose y helándose con ropa.
Tras este descanso cogemos el coche porque toca otro punto fuerte: The fairy glen, donde dejas el coche en el parking de pago y te deleitas paseando por los senderos entre los montículos verdes y subiendo a la montañita para ver las vistas. Un muy agradable paseo. Segundo puesto en el ranking de Skye de mi familia.
Siguiendo la carretera llegamos a las Quiraing, un paisaje típicamente de película escocesa con unos extensos verdes y cortes de montaña, que mejor que se describan por si solas. Nosotros no avanzamos excesivamente porque estábamos ya cansados y había que “saltar/escalar” una pequeña brecha que no me veía ya con fuerzas para seguir y estaba ya suficientemente alucinada con lo que tenía delante.
Volviendo hacia nuestro origen en Portree hacemos la última parada, Kilt rock, una caída de agua que se ve desde el propio parking y buenas vistas, aunque he leído que es prescindible, la verdad es que no quita tiempo prácticamente por lo que merece la pena echarle unos minutos de nada.
Donde ya no paramos es en The old man of storr para ver el pináculo porque leímos que la ruta es de unas dos horas y, aunque desde la carretera se ve, como íbamos en dirección contraria por la izquierda nos pillaba a desmano parar y ya tenemos demasiado día y paradas encima, Necesitamos descansar.
Ya vuelta por fin veo la foto típica de Portree con las 4 casitas de colores.
Me ha encantado la isla y sus rincones. Es justo lo que esperaba y ha satisfecho mis expectativas y necesidad de paisajes.
Os dejo el mapa de nuestro recorrido por Skye