Nos levantamos, bajamos a desayunar a una cafeteria y compramos en el autoservicio de enfrente del hotel nuestro primer Meal Deal. Todos los supermercados autoservicio tienen esta sección donde por 3,75 a 5 libras puedes elegir un primero (sandwich, bocadillo, wrap o ensalada, un snack (taper de fruta pelada y partida, o bolsita de snack o barrita), y una bebida).
Tras el servicio de recogida para traslado al aeropuerto en la zona de alquileres de Arnold Clark (este si fue puntual), cogemos nuestro coche y nos encontramos las dos primeras sorpresas: que nos han ofrecido uno más pequeño de lo que pedimos (hay que tener en cuenta que vamos cuatro personas mayores con sus respectivas maletas) y que, al adelantarnos el vuelo de vuelta y tener que dejar el coche fuera de horario de oficina nos cobran un suplemento de 60 euros para dejarlo en un parking diferente.
De manera que tras dedicar casi veinte minutos a hacer el tetris con las maletas para lograr entrar los 4 y las cuatro maletas comenzamos nuestra ruta.
Lo primero fue acostumbrarse mi marido con la conducción por la izquierda pilotando desde la derecha, menos mal que cogimos coche automático y eso que se ahorró.
Nuestra primera parada fueron los The Kelpies (estatuas de cabezas de caballos acuáticos gigantes de la mitología celta). Tras dejar el coche en el parking recorrimos unos minutos andando hasta el monumento y tuvimos nuestro primer contacto con la lluvia al volver hacia el coche.

Después seguimos hacia Stirling donde vimos el castillo desde fuera y el monumento a Robert the Bruce y, aunque la idea era ver el monumento a William Wallace, tras leer que no merece la pena pagar porque dentro apenas hay nada y son muchas escaleras y no se ve nada si no subes la colina andando o bien pagas para subir en el bus, decidimos ahorránoslos y marcharnos ya. Sinceramente, si al final no entras en los monumentos convinimos en que no tenía sentido haber parado en esta localidad, pero tenemos el planning muy apretado y demasiado reciente el castillo de Edimburgo. ¿Quizá hubiese sido mejor entrar en este? sobre todo porque en el de Edimburgo no vimos la atracción de poder vestirte de escocés con la kilt, y quizá en este si, no lo sabemos.
Lo más conocido de Stirling desde el punto de vista histórico fue que en el puente cercano al castillo tuvo lugar la única victoria de William Wallace sobre los ingleses. Sí, solo les ganó una vez.
De nuevo en camino la siguiente parada fue a unos 15´ fue el Castillo de Doune, conocido por aparecer en varias películas y series: Outlander, Juego de tronos y los caballeros de la mesa cuadrada. Como por fuera se puede ver muy bien no pagamos entrada que ya leí que son estancias vacías.

Ya adentrados en el parque nacional de Loch Lomond y Trossach visitamos las vaquitas peludas de kilmahog en Trossachs Woollen Mill, es una granja con cafetería, aseos públicos y tienda donde tiene tres vaquitas y las puedes ofrecer comida de la que ellos te venden por una libra. Como ya eran las 13:30 allí decidimos comer el picnic que llevamos.

A una media hora paramos en Killin, famosa por las Falls of Dochart, un tramo del río Dochart donde el cauce se precipita entre las rocas en forma de rápidos y bajar y caminar por las rocas. En esta breve parada tuvimos nuestro segundo contacto con la lluvia pero ligera y llevadera.

Nuestra siguiente parada a poco más de veinte minutos fue en Balquhidder para visitar la tumba de Rob Roy en las ruinas de la antigua iglesia y el pequeño cementerio.

Y desde aquí ya sí seguido rumbo a Oban durante poco menos de una hora y media aproximadamente. Llegamos bajo una lluvia muy intensa pero por suerte aparcamos a pocos pasos del apartamento (Alojamiento Air B&B Oban Town Centre).
Tras descansar un ratito mientras llovía vemos que ha salido el sol y aprovechamos para visitar la localidad porque la previsión es de lluvia para toda la tarde noche, aunque no volvió a caer y se despejó. Lo primero es localizar el supermercado para el picnic de mañana y paseamos por el puerto. A continuación subimos caminando a la torre McCaig, una construcción que recuerda al Coliseo romano desde donde se obtienen las mejores vistas de Oban.


A la bajada cogemos algo de comida para llevar y nos la tomamos en el apartamento.
Mañana más.