29 de julio de 2025
Hoy dedicamos el día entero a descubrir Vilnius, una ciudad que combina historia, arte y modernidad en cada rincón. Nuestro recorrido nos llevó por algunos de sus lugares más emblemáticos:
Ayuntamiento de Vilnius (Vilniaus rotušė): Empezamos en la plaza del Ayuntamiento, centro neurálgico de la ciudad vieja, donde se alza este edificio neoclásico del siglo XVIII. Ha sido teatro, sala de conciertos y, hoy, acoge eventos culturales.
Muro de la Literatura (Literatų gatvė): Paseamos por esta calle mágica decorada con más de 200 placas conmemorativas dedicadas a escritores lituanos y universales. Cada baldosa es una obra de arte que conecta la literatura con la ciudad.
Casa de los Signatarios: Aquí se firmó en 1918 la Declaración de Independencia de Lituania. Convertida en museo, esta casa rinde homenaje a quienes lucharon por la libertad del país y conserva documentos y objetos históricos.
Iglesia de San Juan Bautista (Šv. Jonų bažnyčia): Una de las iglesias más impresionantes de Vilnius, conocida por su alta torre barroca. Forma parte del conjunto de la Universidad de Vilnius y destaca por su decoración interior.
Catedral de Vilnius (Katedra Bazilika): Impresionante por su estilo clásico y su gran plaza. Dedicada a San Estanislao, es el corazón espiritual de Lituania. Justo al lado, el campanario independiente parece vigilar la ciudad.
Calle Pilies gatvė: La arteria principal del casco antiguo, llena de vida, tiendas de ámbar, recuerdos, arte local, cafeterías y edificios históricos. Obligatorio recorrerla de punta a punta.
Torre de Gediminas: Subimos en funicular hasta esta antigua torre del castillo superior, símbolo de Vilnius. Desde lo alto, las vistas panorámicas de la ciudad, el río Neris y los tejados rojos son simplemente espectaculares.
Colina de las Tres Cruces: Aunque no subimos, desde la torre divisamos estas tres cruces blancas sobre la colina. Monumento a unos monjes mártires, hoy es también un símbolo nacional.
Barrio de Užupis: Terminamos el día en esta república autoproclamada de artistas y soñadores. Con su propia constitución, embajadas y presidentes, Užupis es un rincón bohemio lleno de murales, esculturas y libertad creativa. Cruzar el puente es como entrar en otro mundo.
Vilnius nos ha sorprendido con su belleza, historia y originalidad. Una ciudad tranquila pero viva, pequeña pero intensa, que te atrapa sin darte cuenta.