Martes 14 agosto 2007
Hoy nos vamos a Neuschwanstein a ver el castillo del Rey Loco. Pasamos primero por Garmisch-Partenkirchen que es un pueblo de Baviera donde se celebran los saltos de ski de año nuevo. En los pueblos de esta zona las casas están pintadas con trampantojos y hay algunas realmente espectaculares. Llegamos sin problemas hasta la entrada de la carretera que lleva el castillo y ahí los coches ya estaban en cola. No sabíamos cuántos kilómetros quedaban hasta el castillo, la gente aparcaba los coches donde podía y seguía andando. Nosotros estuvimos a punto de dar la vuelta, pero tampoco éso era fácil. Cuando llegamos al final los parkings ya estaban llenos por lo que seguimos por una carretera y ahí pudimos aparcar. Aconsejo que si quieres ver el castillo llegues pronto por la mañana, a partir de mediodía o vayas por una carretera alternativa como en la que nosotros aparcamos que llevaba a Schwangau, el pueblo de al lado de Fussen.
Había largas colas para comprar el ticket de entrada al castillo, por lo que pensamos subir a verlo por fuera. Nos hubiera gustado subir en coche de caballos, 5 euros/persona, pero como todo en el dia de hoy, también había mucha cola, por lo que decidimos subir andando. La subida es bastante pesada, y se tarda unos 45 minutos pero vale la pena. No por el castillo en sí, que es más bonito de lejos que de cerca, sino por las espectaculares vistas que hay desde allí. Al lado del castillo hay un camino que lleva a un puente llamado Marienbruck desde el cual se pueden hacer unas fotos del castillo completo, tal y como lo vemos en los posters. Los mas atrevidos de nosotros llegamos hasta allí y a la vuelta bajamos por un camino muy empinado que lleva directamente a la zona de los restaurantes. Allí nos comimos la salchicha diaria y un SchockoBrunen de postre, que es una rosquilla de esta zona. Cuando llegamos al coche pensamos en ir a algún lago cercano pero el cansancio nos hace volver directamente a nuestro apartamento. Antes de llegar compramos carne en un supermercado y cenamos de nuevo en casa. Por cierto, la carne estaba buenísima y nuestro alemán mejora día a dia.