Lunes 13 agosto 2007
Hoy lo primero que hacemos es ir a un supermercado del pueblo porque se nos acaban las provisiones. Después ponemos rumbo hacia Salzburgo que está a 200 Km por autopista. Cuando dejamos la autopista hay una buena cola para llegar a Salzburgo. Al final aparcamos en un parking que está metido en una montaña, ya que Salzburgo está rodeado de montañas bastante altas. En una de ellas está la fortaleza que visitaremos a la tarde. La ciudad es muy bonita, vemos la catedral, la Mozartplatz y nos comemos nuestra primera salchicha en una plaza que está llena de puestos de comidas.

Luego nos vamos hacia el río para llegar bordeándolo al convento de los agustinos para probar una cerveza que hacen allí. Cuando llegamos a la dirección que nos han dicho (agustinerstrasse) vemos que es la puerta de un convento. Entramos, bajamos unas escaleras y empezamos a notar olor a comida. En el convento hay unos grandes comedores, muchos puestecitos con comida y al fondo, la cervecería. Hay estanterías con jarras de cerveza de diferentes tamaños. Tú coges la que quieres, la enjuagas en una fuente, pagas el ticket y te la llenan. Nosotros nos la tomamos en la enorme terraza del convento, y si quieres algo de comer te lo compras en los puestecitos y te lo llevas a tu mesa. Pasamos un rato muy agradable.

Después de bebernos la cerveza, que es muy suave, y descansar un rato, volvemos hacia el centro de Salzburgo para subir a la fortaleza. Subimos en un tren cremallera que cuesta 10 euros/persona. Desde arriba la vista de Salzburgo es impresionante, pero el interior de la fortaleza no vale mucho. Nos percatamos de que hay muchos españoles.


Después de estar un rato por arriba y hacer fotos de la vista, bajamos y nos vamos a coger el coche y de vuelta a nuestro apartamento. Esta noche cenamos en casa probando las cervezas que hemos comprado en el supermercado, un queso del Zillertal (buenísimo) y un hervido que nos sienta muy bien después de tantos dias sin comer sano.