Una semana recorriendo Mallorca (22-29 de julio de 2015) ✏️ Blogs de EspañaDiario de viajes sobre unas vacaciones intentando ver todo lo posible en Mallorca... Aún así en siete días en imposible.Autor: RuperCDP Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (7 Votos) Índice del Diario: Una semana recorriendo Mallorca (22-29 de julio de 2015)
01: 0-Preparativos previos
02: 1-Llegada a Mallorca, traslado al hotel y poco más (miércoles, 22 de julio)
03: 2-Formentor, Alcudia y Pollença (jueves, 23 de julio)
04: 3-La Calobra, Valldemossa y Deià (viernes, 24 de julio)
05: 4-Cuevas del Drach, Cala d Or y Cala Mondragó (sábado, 25 de julio)
06: 5-Palma, Portals Vells, Cala Fornells y Port de Andratx (domingo, 26 de julio)
07: 6-Cuevas de Artá, cala Agulla, Mesquida y Can Picafort (lunes, 27 de julio)
08: 7-Es Trenc y tarde tranquila por Magalluf (martes, 28 de julio)
09: 8-Regreso a Salamanca y fin de las vacaciones (miércoles, 29 de julio)
10: 9-Algunos consejos.
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Etapas 1 a 3, total 10
A la hora de planificar las vacaciones de verano, nos condicionó el hecho de haber estado el año anterior en Menorca; una isla que nos fascinó. Así pues, nos decidimos a conocer otra de las joyas del turismo balear: Mallorca. Como primer recomendación, eso sí dependiendo de los gustos que tengáis, no intentéis comparar con Menorca, y quizás hubiese sido mejor que el orden de visita a las islas fuese al revés. Estamos hablando que la "hermana pequeña" es un ejemplo de turismo sostenible, sin tanta masificación y principalmente con turismo nacional (lo favorece el hecho de haber menos oferta hotelera). En mi opinión Mallorca no llega al nivel que ofrece Menorca, pero aún así tiene muchos atractivos y merece la pena visitarla sabiendo, eso sí, que te vas a encontrar en verano mucha gente y que en muchos lugares es una isla muy enfocada al turismo extranjero y principalmente alemanes. Dicho esto, lo que más teníamos claro es que queríamos alquilar un coche para los siete días y poder movernos a nuestro aire. Es decir, conocer todo lo que pudiésemos, y no andar con excursiones organizadas, muy cronometradas, a golpe de silbato y llevándote a los sitios donde las empresas quisieran (incluyendo visitas comerciales). Eso sí, en cuanto a distancias Mallorca es mucho más grande que Menorca y con más cosas que ver. El año anterior pudimos hacer nuestras excursiones con mucha calma, pero aquí en ocasiones íbamos a tener que ir contrarreloj y quizás sacrificar tiempo en alguna cala para ver todo lo que quisiéramos (al final descartamos alguna visita por no agobiarnos más de la cuenta). Antes de salir lo mejor es tener claro lo que queréis. Si queréis estar moviéndoos continuamente, o relajados en una zona concreta contratando alguna excursión o alquilando el coche sólo uno o dos días. Nosotros apostamos por lo primero aunque siendo conscientes de que quizás no saboreas los sitios como si fueses más tranquilo o con más días de una semana. Con todo, quedaban por hacer una serie de preparativos. VIAJE EN AVIÓN DESDE SALAMANCA Nosotros vivimos en Salamanca y por ello, nuestra idea era intentar volar directamente desde la ciudad, siempre y cuando no se nos disparase. No hay línea regular hasta Palma, si no que Air Europa viene sacando durante años un vuelo semanal durante los meses de verano. Que lo ofrezca esa compañía probablemente abarata mucho el gasto, ya que pertenece al "holding" de "Globalia" que es el principal turístico de España y el más potente de largo en Mallorca (donde tiene su sede), por lo que le interesa ofrecer vuelos asequibles para mandar turistas, a través de paquetes que incluyen el hotel (sobra decir que nosotros hicimos toda la reserva con Halcón Viajes). Nos esperábamos que el viaje fuese más caro que saliendo desde Barajas (plagado de vuelos regulares), pero desde la agencia nos dijeron que salía hasta más barato desde Salamanca, por lo que la decisión estaba clara. Haciéndo cálculos, incluso pagando cien euros más por persona nos seguiría saliendo más barato viajar desde Salamanca y, obviamente, más cómodo por ahorrarte las dos horas y media de viaje de desplazamiento y porque los tiempos se alargan más en un aeropuerto tan grande. Me explico, el desplazamiento te implica ya o bien pagar billetes de bus, o bien la gasolina si vas por tu cuenta, peajes y, sobre todo, los más o menos 50 euros del párking de larga estancia del aeropuerto o cualquier hotel. Por otra parte, los vuelos más baratos son los que salen a primera hora de la mañana y los que llegan de noche, por lo que eso implicaría también ir a un hotel cercano al aeropuerto. Total, que ni punto de comparación, con salir de casa, ponerte en 15 minutos en "Matacán" y tener plazas de párking gratuíto de sobra. *** Imagen borrada de Tinypic *** Terminal del aeropuerto de Matacán (Salamanca) HOTEL EN MAGALLUF (SOL ANTILLAS BARBADOS) Vale, ya sé que la elección de la zona no es la mejor de Mallorca aún así voy a explicar por qué nos decidimos, asumiendo que hay sitios mucho mejores. En principio, en la agencia pedí que me sondeasen hoteles por Cala d'Or, comprobando que la oferta en esa zona es mucho más pequeña. Allí me miraron también por otros lugares como playa de Muro y Alcudia, andando de precio muy similar. Sin embargo, había dos inconvenientes para gente como nosotros que queríamos ir con coche continuamente. Por Muro y Alcudia no tanto, pero Cala d'Or está muy lejos de todo y (según nos comentaban conocidos que estuvieron allí), con continuos atascos para llegar y salir en verano. Por otra parte, es indudable que para Palma Nova, Santa Ponça y Magalluf (sobre todo ahí por la mala fama que tiene la localidad) los precios eran bastante más baratos (también hay una oferta hotelera mucho mayor). No era nuestra zona favorita, pero... Además había otro factor decisivo: La mayor cercanía y conexión por autovías para salir a muchos de los puntos de Mallorca. Para inclinar definitivamente la balanza, nos influyó la opinión de unos familiares que acababan de estar una semana en junio en el "Sol Antillas Barbados". Nos comentaron que el hotel estaba reformado, bien de habitaciones, buffet, atención del personal y muy enfocado al turismo familliar a pesar de tener principalmente clientes con "Todo Incluído". Además, estaba en el extremo oeste de Magalluf, alejado de la zona donde han salido todos los escándalos en televisión, "Punta Ballena". Así que sabiendo que íbamos a estar lo justo por allí, finalmente nos decidimos por ir a ese hotel en régimen de "Media Pensión". *** Imagen borrada de Tinypic *** Complejo "Sol Antillas Barbados" COCHE ALQUILADO EN "HIPER RENT A CAR" El último paso era disponer de coche desde que llegásemos a la isla hasta que nos fuésemos. Es decir, poder cogerlo y dejarlo en el aeropuerto. Nos miramos diversas empresas, buscadores, etc., con suficiente tiempo para que no nos pillase el toro y, sobre todo, se encareciese. Eso sí, lo de alquilar un coche requiere casi un máster para evitar situaciones desagradables Hay que leerse todo y saber las condiciones antes de tener un susto. En diversos buscadores, nos salían coches tirados de precio, pero eran con franquicia. Es decir, que si tenías un accidente o te rozaban el coche, etc. tenías que pagar de tu bolsillo la parte que exige la franquicia. Por lo general era de unos 900-1000 euros, por lo que si te pasaba algo y el arreglo era menor de esa cantidad, lo pagabas tú todo, y si era mayor, hasta el tope que dice la franquicia. Luego hay otras picarescas como lo de la tasa de "llenado de gasolina", donde te dicen que acaban de llenar el depósito y que tienes que pagar 90 euros (te clavan una comisión de aupa). Así pues, miramos un coche que no tuviese franquicia, sabiendo que salía más caro, pero te evitas estar preocupado. Y para estar totalmente cubiertos también cogimos un seguro adicional por 45 euros que cubriese lunas, rallladuras, cerraduras y bajos. En vacaciones es mejor no escatimar en esto. Lo acabamos haciendo con "Hiper Rent a Car", empresa de Baleares con los que ya alquilamos el coche en Menorca el año anterior y la experiencia había sido buena, así que ¿por qué no repetir? Al final nos gastamos 280 euros en el alquiler de un Fiat Punto, incluyendo todo tipo de seguros para poder circular tranquilos. *** Imagen borrada de Tinypic *** SÓLO COGIMOS POR INTERNET LAS ENTRADAS A LAS CUEVAS DEL DRACH El último trámite de antemano fue ver dónde nos interesaba adquirir entradas anticipadas. Finalmente sólo nos decidimos por las de las Cuevas del Drach, por el hecho de que es una de las atracciones turísticas más masificadas. Si no lo hacíamos así, suponía estar bastante tiempo haciendo cola en la taquilla y exponerte a que no tuviesen sitio en la hora que te interesaba (por estar completo) y tener que esperar al menos otra hora hasta que pudieses entrar. Así ya ibas con las entradas y sabiendo a qué hora era tu turno. En el resto no lo consideramos necesario. Sabíamos que íbamos a ir un día hasta La Calobra y queríamos hacerlo en barco desde Puerto de Sóller. Aún así descartamos comprar el billete por internet, ya que estábamos avisados de que algunos días la mar está más picada y entonces se suspende o haces el viaje acabando muy mareado. Así pues, las compraríamos mismamente en la taquilla del barco. Luego veríamos que salen barcos cada poco, por lo que nadie se queda en tierra . Así pues, todo listo, ¡¡YA PODÍAMOS DISFRUTAR DE NUESTRAS VACACIONES EN MALLORCA!! Etapas 1 a 3, total 10
Lo de los ocho días y siete noches en Mallorca era relativo, ya que íbamos a llegar el 22 por la tarde y el 29 regresábamos a las 14:20, con lo cual esos dos miércoles no tendríamos tiempo para hacer “excursiones”, con lo que en realidad los días disponibles para ello eran seis. En cualquier caso, íbamos con una serie de guias y mapas, y una idea preconcebida de cuáles eran los sitios que podíamos agrupar en cada jornada, sabiendo que íbamos a tener que descartar algunas ideas por falta de tiempo. A mí me apetecía ir al “Aqualandia”, pero ya se veía inviable desde el principio. Con toda la documentación preparada, en las maletas metimos ropa, unas palas, gafas y tubos de snorkel e incluso una sombrilla que seguro que nos venía bien. Vamos, kit playero total. Todo listo para irnos. VIAJE MUY CORTO EN AVIÓN A PALMA Nuestro vuelo salía a las 16:50 h. del aeropuerto de Matacán que está a unos 15 km. de Salamanca, llegando muy fácil, ya que vas por autovía. La idea era hacer el “Check-In On Line” para ir con los asientos cogidos, dos días antes que es cuando supuestamente puedes hacerlo. Sin embargo, llegada la fecha, después de intentarlo hacer varias veces y salirme un mensaje donde se me advertía que “el vuelo no existía”, llamé al número de atención al cliente de Air Europa. Una vez que el primer telefonista se extrañaba de que no pudiese hacer esa operación, me pasó con una segunda persona quien me advirtió que “al ser Salamanca un aeropuerto que sólo acogía vuelos de la compañía en verano, no podía hacer el Check-In On Line”. Empezamos bien con la dichosa empresa… No obstante, también me indicó amablemente que “para el vuelo de vuelta desde Palma de Mallorca lo podría hacer”… Muy generosos. En cualquier caso, el salir desde Salamanca fue muy cómodo y nos permitió aprovechar la mañana, comer con mucha tranquilidad y salir de nuestra casa a las 15:00 h. para llegar 20 minutos después a Matacán. A partir de ahí todo fue muy ágil. Encontramos sitio para aparcar a la sombra y ya nos fuimos al mostrador a hacer el Check-In. Fuimos de los primeros en llegar, y no tuvimos problemas para coger asientos pegados, informándonos en la tarjeta que el embarque era a las 16:30 h. (20 minutos antes del despegue). *** Imagen borrada de Tinypic *** Interior de la terminal de aeropuerto de "Matacán" Matacán es muy pequeño, está en la misma zona, por lo que no había que dar largos paseos como puede ser en Barajas. Lo único que tuvimos que esperar algo menos de una hora “matando el tiempo” como podíamos ya que la cafetería del aeropuerto estaba cerrada (no es rentable tener una concesión allí). Sobre las cuatro y cuarto, más o menos, se abrió el control de seguridad y también la puerta de embarque, con lo que todos los viajeros ya nos pusimos a la fila y (paseito andando por la pista hasta el avión incluído), ya estábamos dentro del aparato con bastante antelación. El despegue también fue también con adelanto (cosas que tiene el ser el único vuelo de ese día en dicho aeropuerto y no estar obligados a ser rigurosos en horarios) y la llegada a Palma igual una media hora antes de lo previsto, aunque hay que decir que la compañía prevé una duración de hora y media, cuando el vuelo dura menos de 60 minutos y más con un avión grande de los que caben seis asientos por fila. El vuelo muy plácido, aunque el piloto tuvo que desviarse un poco de la ruta por haber tormentas y bajar casi hasta Alicante antes de llegar al Mediterráneo. Alguna anécdota también como la señora que estaba sentada a nuestro lado y había quedado separada de su marido por el pasillo. Al quejarse a una azafata de no estar junto a él, ésta le contestó, “uy, uy, uy, ya me dirá para que quieren estar tan pegados”. Joder cómo se la jugó la empleada… El caso es que poco a poco se fue adivinando la isla y, a tenor de lo visto en planos y fotos anteriormente, comprobamos que el avión entró en Mallorca pasando justo encima de Magalluf, por ser una bahía caracterizada por su islote en el medio y viendo en uno de los extremos unos edificios más altos que el resto. Deducimos que uno de ellos tenía que ser el del hotel. *** Imagen borrada de Tinypic *** Imagen aérea muy parecida a la que se ve de Magalluf cuando estás cerca de aterrizar. Aún así, antes de aterrizar, el avión tuvo que pegar un rodeo a la isla, yendo hasta el otro extremo, siempre en paralelo con la Sierra de Tramontana, casi como si fuese un “tour panorámico”. Luego pegaría media vuelta y siguió bajando hasta aterrizar en el aeropuerto de Sant Joan siendo sobre las 17:50… Tres horas antes todavía estábamos por casa. *** Imagen borrada de Tinypic *** Aeropuerto de Son Sant Joan. LO QUE NO TARDÓ EL AVIÓN, LO HIZO “HIPER RENT A CAR” Poco a poco fuimos bajando a la única terminal del aeropuerto. A pesar de ser el sitio probablemente con más tráfico aéreo de España en verano, no es muy grande y es fácil llegar a los sitios. Sólo tienes que ir por un pasillo muy alargado y siguiendo las indicaciones de los carteles. Además un pasillo que compartes con los pasajeros que están esperando para despegar (todos estamos juntos). Eso sí, si no estás habituado cuidado con la cinta mecánica que hace que avances más rápido y por lo menos estate atento. Tuvimos que ayudar a una señora que en un momento dado miró hacia atrás y se acabó dando un golpe tremendo. Al final de ese pasillo, bajamos unas escaleras, ya que la zona propiamente de “llegadas” y donde está la zona de recogida de equipajes es en la planta baja. Esperamos a por nuestra maleta, que llegó rápido y sin contratiempos, así que más o menos sobre las seis y diez ya estábamos abandonando el aeropuerto… Todo muy bonito para ser cierto, incluso podríamos llegar pronto al hotel (o eso pensaba, iluso de mí). El siguiente paso era ya ir a por el coche de alquiler; algo que fue muy rápido con la misma empresa en Menorca, pero que no sucedió lo mismo en esta ocasión. El sistema era de hecho el mismo: Les facilitamos el número de vuelo para que estuviese un microbús de “Hiper Rent a Car” esperándonos y nos llevase a la oficina que estaba a unos pocos kilómetros, en este caso en Can Pastilla. De hecho, al hacer la reserva, se nos dejaba claro que nos dirigiésemos al aparcamiento de microbuses y allí nos estarían esperando. Pues cumplimos escrupulosamente lo que se nos dijo, pero allí no había nadie y después de cinco minutos decidimos llamar al teléfono de la oficina. Allí nos atendió una chica que nos cogió el recado y nos dijo “el microbús sale ahora mismo de la oficina y está allí máximo en diez minutos”. Bueno, estábamos de vacaciones y no podíamos estresarnos con este tipo de cosas a pesar de no cumplir con lo de “un microbús de cortesía le esperará en el aeropuerto”. *** Imagen borrada de Tinypic *** Parking de la zona de llegadas del aeropuerto de Palma (donde "Hiper Rent a Car" nos tuvo esperando una hora ) El caso es que pasaron los diez minutos, 15, hasta media hora… Y estar en un parking de pie con las maletas y el calor y la humedad que hace en julio en Mallorca no era agradable; por lo tanto llamamos una segunda vez siendo la conversación así: “Mire llamé hace media hora, me dijeron que máximo diez minutos y aquí no apareció nadie”. “Si mire, en máximo cinco minutos está allí”. “¿Seguro que cinco minutos?”.”Je… Es lo que me dice el chófer”. Al poco apareció el microbús de “Hiper Rent a Car”, aunque no fueron tampoco cinco minutos. Pero bueno, la sensación era de alivio. Nos recibió una chica que nos dio un número típico de las colas de la pescadería con el número 85… No entendíamos nada. De todas las maneras el chófer era muy majo y servicial y a los pocos minutos estábamos ya en la oficina de la empresa. … Y AHÍ ESTABA NUESTRO FIAT PUNTO La diferencia con el año anterior en Mahón era evidente. Claro que aquí el volumen de trabajo que tenían era mucho más elevado, por lo que todo se demoraba. Sólo había dos personas atendiendo para entregar los coches y encima tenían que coger las llamadas. Cuando llegamos, estaban ocupadas las dos. El hombre estaba con un grupo numeroso de chicas que había alquilado dos coches pero que había modificado la reserva varias veces con lo que el jaleo era enorme. *** Imagen borrada de Tinypic *** Imágenes del concesionario de "Hiper Rent a Car" en Can Pastilla Pero más dramático fue el caso de otra pareja que se tuvo que ir sin el coche por no habérse leído todas las cláusulas de la reserva. En este caso, habían ido a por una opción barata, y no sabían qué era eso de la franquicia. Por lo tanto, cuando la chica le explicó detenidamente que le tenía que retener 900 euros de la tarjéta de crédito, se quedaron blancos. A mano sólo debían tener una tarjeta de débito, pero esa no le valía a la empresa, por lo que tuvieron que irse sin el coche y con una decepción considerable. De lo malo los empleados al menos empatizaron con ellos y les dieron alternativas, como llamar a un taxi o decirles dónde coger un bus para ir hasta Palma. Es por eso muy importante leerse todo antes de alquilar el coche. Entre unas cosas y otras, aún estuvimos tiempo en la oficina esperando nuestro turno, pero cuando nos llegó todo fue muy rápido. Llegaba con todo hecho y los papeles impresos, por lo que pagué y, eso sí, me retuvieron 70 euros en la tarjeta de crédito en concepto de tener el depósito lleno, que me liberarían si lo devolvía igual (me dijeron dónde había una gasolinera cerca para la vuelta). El coche que me entregaron era el de la reserva (primera vez que me ocurre y que no me acaban dando otro distinto de la misma gama). Un Fiat Punto, nuevecito, tal y como olía por dentro y sin un solo rasguño. Con lo cual, lo miramos a fondo para evitar sustos al devolverlo y estaba todo correcto. Cuando quisimos salir del sitio eran ya las siete y media de la tarde, con lo que ya no podríamos hacer mucho más aparte de asentarnos en el hotel y cenar. LLEGADA A MAGALLUF POR UNAS CARRETERAS MUY CONCURRIDAS Para salir de Can Pastilla y poder llegar directamente al hotel, optamos por poner el GPS que traíamos con nosotros, aunque luego el resto de los días ya prescindiríamos de él. Nos quedaban unos 26 kilómetros en su mayoría por autovía. Aún así el viaje fue tenso por la densidad de tráfico que había aunque durante toda la semana ya nos acostumbraríamos. Entramos en la autovía que va del aeropuerto a Palma, con bastante tráfico y al poco ya cogimos la MA20, que es la vía de circunvalación de la capital mallorquina y la que más coches aglutina de toda la isla, entre gente que trabaja y vive allí y los turistas que la congestionamos. Algo así como la M30 de Madrid, sobre todo por lo atento que debes estar, lo mal que adelanta o cambia de carril mucha gente, que ni siquiera usa los intermitentes, etc. Por lo tanto, mucha concentración. Después de los diez kilómetros que tiene esa circunvalación, ya llegamos directamente a otra autovía, la MA1, que es la que va a Andratx y da servicio a las zonas turísticas del oeste de Mallorca. Poco a poco vas dejando urbanizaciones, y después de pasar la salida de Palma Nova, ya nos encontramos con la nuestra y que da servicio a Magalluf y otras urbanizaciones como “El Toro”. Tras abandonar la autovía, y por una carretera de unos tres o cuatro kilómetros, siguiendo las indicaciones de las glorietas, por fin llegamos a nuestro destino. Una vez en la localidad, llegar al hotel era fácil, ya que estaba casi a la misma entrada y además había indicaciones. Eso sí, en las primeras calles ya adivinabas lo que te ibas a encontrar: Un sitio que recuerda a Salou o Benidorm y que es territorio casi exclusivo de los británicos, ya que todos los bares, negocios, etc. que vimos tenían sus carteles en inglés… ¡Dios mío, donde nos habíamos metido! De lo malo, la calle donde se ubicaban los edificios del “Sol Antillas Barbados” tenía sitio de sobra para aparcar, a pesar de ser julio. Eso sí, la cuesta para llegar al hotel no nos la ahorramos. Paradójicamente, delante de los hoteles había dos supermercados muy grandes (uno de ellos un “Spar”), pero que servían casi sólo bebidas baratas y snacks. Ya nos habían avisado que no allí no tenían pan si se nos ocurría algún día hacer bocadillos. UN HOTEL MUY BUENO Y PRIMER PASEO POR LA PLAYA Así todo, eran las ocho y ya empezaba a atardecer cuando entramos en el edificio “Barbados” de nuestro hotel. Acertamos, porque fue allí donde teníamos nuestra habitación. En primer lugar, hay que decir que es un complejo enorme, con dos edificios de hasta 12 plantas, llamados “Barbados” y “Antillas”, donde luego te puedes mover libremente usando los servicios y yendo a los espectáculos y piscinas de cualquiera de los sitios. Además es un hotel que se nota que ya tiene muchos años en Magalluf, pero que está reformado y muy bien. El registro fue muy rápido y en recepción se deshicieron en amabilidades hacia nosotros. Nos dieron las tarjetas de la habitación rápido, sin esperas, y también una especie de pase para un pequeño parque temático llamado “Katmandú” con descuentos en algunas atracciones. Aún así, según teníamos programadas las vacaciones, parecía difícil que pudiésemos ir. La siguiente “alegría” fue cuando nos dijeron que el comedor para las cenas estaba abierto hasta las 21:30 h., cuando pensaba que se cerraba antes. Pregunté si era la hora límite para entrar o cuando ya nos teníamos que ir, y el recepcionista nos dijo que no que podíamos estar tranquilos hasta que terminásemos de cenar… Luego ya comprobaríamos que no era exactamente así y que había “gestos” que te invitaban a que acabases inmediatamente… Aún así, nos daba un poco más de margen ese horario, por lo que fuimos a la habitación a dejar las maletas. Situada en una séptima planta de doce, la terraza daba a la calle de acceso al hotel, teniendo justo enfrente otro hotel “guiri” y enfocado para jóvenes aunque, en honor a la verdad, no armaron escándalo durante esos días (o al menos no los notamos). *** Imagen borrada de Tinypic *** Imágenes diversas del "Sol Barbados" La habitación, muy amplia, con un baño completo aunque con plato de ducha que se desbordaba con facilidad y una televisión plana muy grande enfrente de la cama y otro sofá. Se notaba que estaba reformado. Nos quedaba aún algo de tiempo para dar una vuelta cercana antes de ir a cenar, así que salimos con dirección a la playa. El acceso desde el hotel es inmediato, ya que tiene una escalera que va directa. Teníamos que salir hacia la piscina, llegábamos hacia la zona del hotel “Antillas”, y bajábamos ya por las escaleras que nos metían ya directamente en la arena. El paseo marítimo no es diferente a la de cualquier otra gran ciudad mediterránea y en Mallorca cualquier población lo tiene mucho más bonito y sin tantas monstruosidades de edificaciones como Magalluf, donde se notaba que el “ladrillo” había hecho estragos con algunos edificios de muchas alturas en el medio del paseo que desentonaban enormemente. La playa, eso sí, grande y con aguas limpias (como en toda la isla) y el paseo plagado de restaurantes ingleses, con su carta en dicho idioma. Alternaban sitios de lujo y finos como el “Nikki Beach”, donde debes tener dinero para entrar y hay seguridad en la entrada, con sitios donde te daban miedo la carta amplia donde se atrevían a preparar lo mismo una paella que un pulpo a la gallega, regado con unos mojitos y sangría. Vamos, típico “guiri”. Y en medio de todo esto, nos encontramos con un par de casitas con patio bien apañadas de particulares que estaban en su terraza haciendo una fiesta de cumpleaños. Lo único “español” que vimos allí. Unas fotos protocolarias y vuelta para el hotel antes que cerrase el comedor. *** Imagen borrada de Tinypic *** CENA Y ESPECTÁCULO DE “MAMMA MÍA” EN EL HOTEL A la hora de cenar, el hotel no es muy diferente de otros. Lo bueno es que no se formaban colas y entrabas muy rápido y llamaba la atención quizás que eran poco funcionales a la hora de que un camarero te servía la bebida y luego otro venía a cobrarte (si no estabas, te dejaba la nota y le pagabas cuando volviese). Me cuesta creer que lo tuviesen todo controlado de esta forma con la cantidad de gente que había en el comedor. También es cierto que el hotel está más enfocado al "Todo Incluído" y que los que íbamos en otro régimen no éramos tantos y quizás no estaban tan acostumbrados a cobrar las bebidas. En cuanto a la comida, lo típico de un buffet y con una zona de cocina en vivo para carnes y pescados y otra para la pasta. Llamaba la atención que en este hotel, los camareros en su mayoría eran gente en general mayor y españoles; probablemente son de los que llevan muchos años en ese hotel y lo cierto es que tenían muchas tablas y su atención al cliente era perfecta. Eso sí, a las nueve y media, los de la cocina en vivo se iban, por lo que tenías que estar antes cogiendo los platos de allí si no querías quedarte sin nada. Acabamos de cenar y casi inmediatamente fuimos al bar a ver el espectáculo de la noche. Aunque no lo disfrutamos, la animación de los dos hoteles era muy completa durante todo el día (nos dieron un “planning” semanal al llegar) e incluso había veces con un show nocturno en cada hotel. Esa noche, en nuestro hotel representaban el musical “Mamma Mía”. No lo he visto en vivo ni en la Gran Vía de Madrid ni en Londres, por lo que no lo puedo comparar, pero los animadores lo hicieron muy bien. Cierto es que las canciones y diálogos eran en Play Back, pero las coreografías eran muy elaboradas y sincronizadas… Vamos, que había trabajo detrás de esa puesta en escena, por lo que nos encantó y superaba de sobra la media de lo visto en las animaciones de otros hoteles. Sobre las once de la noche acabó y decidimos tomar algo antes de ir a dormir. Pedimos y salimos a sentarnos en las tumbonas de la zona de piscinas, como otra mucha gente. Y hecho eso, ya sólo quedaba ir a dormir, ya que la intención al día siguiente era la de ir a Formentor por lo que queríamos levantarnos temprano. 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El día comenzaba para nosotros sobre las ocho de la mañana. Teníamos claro que el primer destino al que queríamos ir era Formentor y no sabíamos exactamente cuánto íbamos a tardar, ya que nos dirigíamos al extremo norte de la isla. Desde allí, queríamos ir al mayor número posible de sitios y así "ir liberando el resto de días". Teníamos muchas ideas en mente después de ir a Formentor, ya que deseábamos ver un poco el faro, Alcudia, Pollentia, un par de calas, Pollença, etc. Y si pudiese ser, acabar en el monasterio de Lluch, principal sitio de culto de la isla y de gran belleza, pero íbamos muy comprimidos ya para ese día. Pero, mientras tanto, tocaba preparar cosas e ir a desayunar. Comprobamos que había bastante gente en el comedor, principalmente familias, y es que el hotel "Son Antillas Barbados" se nutría principalmente de ese sector, es decir, gente muy tranquila en general y de todos los países, no sólo alemanes o ingleses, ya también había franceses, portugueses, italianos, españoles, etc. Vamos, la ONU. En cuanto al desayuno, típico de un buffet de estas características, con una chica atendiendo la cocina en vivo y sirviendo huevos fritos y tortitas, aunque a nivel de bollería iba un poco "justito", los zumos eran de máquina y el café también con ese inevitable chorrito de agua cuando estás echando leche. Tras acostumbrarnos a sitios donde te servían el café, era como un atraso, pero bueno tampoco nos vamos a quejar, que estábamos de vacaciones. Así que tras desayunar, cogimos las cosas típicas para ir a la playa: Las palas, las gafas y tubos de snorkel, unas zapatillas del "Decathlon" para poder meterte en el agua donde el fondo era pedregoso y una sombrilla. Así que bajamos con todo eso a nuestro flamante Fiat Punto y primera sorpresa... El retrovisor derecho movido Es lo que tiene ir a sitios con "guiris" borrachos aunque estuviésemos fuera de la zona más "conflictiva". Afortunadamente sólo lo movieron y bastaba con volverlo a su posición original. Salimos de Magalluf, siendo sobre las nueve, en dirección a la autovía Ma-1, deshaciendo el camino realizado el día anterior. Primero había que ir hacia Palma, para coger su carretera de circunvalación y con un tráfico enorme digno de cualquier gran ciudad y teniendo que estar plenamente concentrado en la carretera. Desde esa circunvalación (Ma-20), salen todas las carreteras principales de la isla, y nosotros para ir al norte, teníamos que coger la carretera con dirección a Inca y Port de Alcudia. Una vez la alcanzamos, todo el ajetreo de coches se relajó, con lo bueno de tratarse igualmente de una autovía de unos 40 kilómetros de largo, por la que se va muy cómodo. *** Imagen borrada de Tinypic *** Autovía de circunvalación de Palma (adevaherranz.es) Pasamos Inca, que es una de las localidades más grandes de la isla, pero sin atractivos turísticos, más allá de sus fábricas de calzado y que suele ser un punto donde las excursiones organizadas hacen "paradas comerciales", pero a nosotros no nos llamaba en absoluto. Si en este punto nos hubiésemos desviado a la izquierda, ascenderíamos por una carretera local hacia el Monasterio de Lluch, pero nuestra prioridad era ir ya hasta Formentor. *** Imagen borrada de Tinypic *** Inca (mallorcaweb.com) Llegamos al final de la autovía, donde salen dos carreteras con dirección a Alcudia y Pollença, cogiendo nosotros esta última. Se trataba de un vial ancho y sin demasiado tráfico, llegando a unos diez kilómetros a Pollença y un poco más adelante alcanzando el Port de Pollença, puerta de entrada a la península de Formentor. FORMENTOR: UNA PLAYA IDÍLICA ...PERO MUY MASIFICADA A la altura del Port de Pollença vamos rodeando la localidad por la lzquierda por una carretera llena de glorietas hasta que llegamos a la de Formentor, llena de curvas y estrecha, pero al menos con suficiente ancho para haber una raya en el medio de la calzada y que cupiesen sobradamente dos coches. *** Imagen borrada de Tinypic *** Port de Pollença (simpsontravel.com) Bastaba con ir un poco tranquilos para llegar bien a nuestro destino, sin prisas para evitar mareos por las curvas, pero no era una carretera peligrosa si estas acostumbrado a las de montaña en la península. El primer ascenso era para llegar al mirador al que iríamos a la vuelta y, posteriormente ya bajamos hacia la playa de Formentor, unos 11 kilómetros después de Port de Pollença. Eran sobre las diez y diez de la mañana y lo cierto es al final llegamos antes de lo previsto y respetando los límites de velocidad Pero la pregunta era... ¿Y ahora donde aparcamos? Por intuición nos desviamos de la carretera, y fuimos por otra que iba en paralelo a la propia playa, pero que estaba lleno de señales de "prohibido aparcar". Al final llegamos a una especie de parking, pero que era del hotel "Barceló" y un hombre nos dijo que si no éramos clientes, teníamos que pagar diez euros. Pegamos media vuelta en dirección a la carretera y nada más llegar nos encontramos otro párking, que tenía un coste de nueve euros Un auténtico robo, pero estábamos de vacaciones y la otra alternativa era dejar el coche aparcado de cualquier forma en las cunetas y preferimos pagar y estar tranquilos. ¡¡Así, que a disfrutar ya de la playa!! No nos complicamos mucho y nos fuimos a la parte más cercana a la carretera, justo a la derecha del muelle donde aparcan los barcos turísticos. Vimos que había unos baños públicos, por lo que aprovechamos para cambiarnos con tranquilidad. Hay que decir que no eran ni siquiera las diez y media, por lo que llegamos con muy poca gente aún en la playa, por lo que fácilmente encontramos sitio libre para echar la toalla y poner la sombrilla. Aquel paraje es maravilloso, lleno de pinares que llegan casi a una playa bastante alargada pero estrecha, por lo que se masifica rápido. Las vistas de la bahía de Pollença merecen la pena, aunque no tanto algún edificio que se veía construyendo muy cerca de la playa Pero lo mejor eran lo cristalinas que estaban sus aguas *** Imagen borrada de Tinypic *** En el momento que nos metimos, lo hicimos ya con las gafas para comprobar que se veía el fondo perfectamente, aunque al ser arena no había mucha "fauna marina" que ver Para los que no les gusta el oleaje, es una playa muy tranquila, al tratarse de un entrante de mar y muy caliente (como todas las playas de Mallorca). Sin embargo la paz se acabaría rápido, ya que sobre las once ya empezaron a llegar montones de barcos con turistas (principalmente alemanes) que se lanzaban a ocupar la playa. Y la masificación fue cuestión de minutos. Mientras, nosotros a lo nuestro: tumbarnos en la toalla y al agua, sin alejarnos mucho, tampoco dio la sensación de ser un sitio donde sea fácil que nos roben las pertenencias, ya que la franja de arena es estrecha y lo tienes controlado si estás cerca. *** Imagen borrada de Tinypic *** Finalmente estaríamos hasta la una del mediodía más o menos, lo cual puede parecer suficiente tiempo, pero se nos hizo hasta corto. Quizás deberíamos haber disfrutado Formentor más, pero el deseo era el de conocer las mayores cosas posibles y luego veríamos que quizás de alguna podíamos haber prescindido. Además, no estuvimos siempre en el mismo sitio de la playa. De hecho, desmontamos la sombrilla y fuimos al “sector central”. Digamos que la playa está dividida en tres partes si miras los planos, y estábamos más a la derecha. Cruzamos el pequeño muelle donde llegan los barcos de turistas a todas horas y nos fijamos en los restaurantes que hay por allí. Como os podéis imaginar, el precio era prohibitivo, con lo que lo mejor parece en esos casos irse con el bocadillo hecho de casa y si puedes también con una nevera con refrescos porque si no “te van a clavar”. Caminamos hasta este nuevo punto en la playa y ahí sí que ya era a esas alturas, sobre las doce y algo, la pelea por tu porción de arena. Al final nos pusimos delante de unas hamacas, porque no había espacio para más, ya que la playa está practicamente copada por las hamacas. Así que tocó tumbarse un poco, jugar con las palas y meterse un chapuzón tranquilamente. Casí con un poco de pena nos fuimos de allí, no sin antes cambiarnos de ropa en el mismo baño donde nos pusimos los bañadores a la mañana. Ahora nos encontramos con que había una cestita a la entrada para dejar propinas, algo muy típico en otros países europeos y sobre todo en Alemania (donde eran la mayoría de personas que estaban en Formentor), ya que estás recompensando a una persona encargada de tener los baños limpios y cuidados en todo momento. Sin embargo, allí no había nadie y mucha gente pasó de largo, mientras en nuestro caso aún dejamos algún “centimillo”. Nos íbamos de la playa de Formentor, una preciosidad sin lugar a dudas y con una merecida bandera “azul”. El problema de estos sitios es el de siempre, que cuando coge fama es imposible estar tranquilo allí y la masificación es enorme, sobre todo en verano. Es por eso que los propios habitantes de las Baleares guardan en secreto una serie de “calas secretas” que prácticamente no conoce nadie. CALA FIGUERA. UN ACCESO A PIE DANTESCO Y LARGO PARA METERSE UN BAÑO BREVE Como decimos, salimos sobre las 13:15 de la playa de Formentor, estando el parking ya mucho más masificado, y según avanzamos en dirección al faro ya vimos una larguísima fila de coches apilados en las cunetas, hasta dos kilómetros más lejos. Eso ya va en lo que quiera cada uno, pero en nuestro caso teníamos claro que aunque sea caro nueve euros, no merece la pena dejar el coche muy lejos para ahorrarte el dinero y menos que lo roces en alguna parte o recibir algún golpe de alguien que no lo vea, más cuando es de alquiler. Nuestro plan era bastante ambicioso y sabíamos que íbamos a ir pillados. En ese tiempo quería ir hasta la cercana Cala Figuera, meternos un chapuzón y luego ir rápidamente a sacar unas fotos al faro antes de regresar a Port de Pollença o algún sitio así para comer. Nos daba igual que fuese tarde, pero tampoco mucho, ya que el horario de cena finalizaba a las 21:30 h. y estábamos lejos de Magalluf. Haríamos unos 4 o 5 kilómetros por carretera en un tramo llano y con bastantes rectas, justo antes de empezar la última subida de curvas al faro, que es donde encontramos ya el aparcamiento para dicha Cala Figuera (no confundir con el pueblo del mismo nombre que está en el otro extremo de Mallorca). Recordaba en cierta manera a las calas de Menorca, con los párking de tierra, y algún bache y piedras que tienes que tener cuidado si no quieres desgraciar los bajos del coche. Se veía incluso algún conductor novato que iba con mucho miedo por allí. Aparcamos y la sorpresa desagradable vino a continuación, ya que pensábamos que no teníamos que andar mucho para llegar a la cala (iluso de mí). No sabíamos bien por donde se accedía, pero habíamos visto una señal un poco antes en la carretera, así que caminaríamos unos 200 metros o así por la carretera y la encontramos, llevándonos a una senda por la que comenzamos a caminar, sucediéndose las piedras. Al poco nos encontramos la primera visión de la cala comprobando que estaba muuuuuuuyyyyyy abajo ¿Qué hacemos? ¿Continuamos o pegamos la vuelta? Pues ya que estábamos allí, vamos a continuar ¿no? La bajada la hicimos con mucha dificultad, ya que a las piedras se añadía la pendiente y tramos donde había que bajar con mucho cuidado. Y claro, con chanclas que llevábamos como que mal. . Tuvimos que tomar precauciones porque nos resbalaba el calzado, pero llegó un momento que nos juntamos con otra senda que bajaba directamente del aparcamiento de coches y había unos cuantos "valientes" que tampoco sabían dónde se habían metido (esa senda tenía más maleza y pendiente) y alguno iba hasta con colchonetas pasándolas canutas. Al final llegamos a esta cala y lo que más nos sorprendió era que allí mismo había una pista de tierra y un todotorreno ¿De donde había salido? Bueno, pues al final, todo el recorrido para estar 15 minutos nada más. La cala es de piedrecitas y guijarros, así que nos sacamos el calzado para meternos en este tipo de playitas, y el paraje es bonito, muy escarpado, ya que estás en plena sierra de Tramontana, pero la sorpresa desagradable fue encontrarnos todo lleno de algas en la orilla, que sólo con que seas un poco escrupuloso ya no te quieres meter. *** Imagen borrada de Tinypic *** Así que nos acabamos dirigiendo a donde estaba la mayoría de la gente, en uno de los laterales donde están los peñascos y un pequeño embarcadero. Después de toda la caminata, había que meterse al agua ¿no? Pues así lo hice, pero el problema era el oleaje un poco bravo en el sentido de que te llevaba contra esas rocas y tenías que tener un poco de cuidado al entrar y al salir. Mi novia se metió pero rápidamente salió por esa circunstancia. Y yo, pues aún pude disfrutar de una cala que en esa zona sí que tenía las aguas completamente límpias y de gran belleza. Para hacer snorkel es muy buena, ya que desde allí ya cubre bastante y al no ser una cala arenosa, ves una buena gama de peces. Para entretenerse un buen rato sin duda. El tema es que teníamos mucho que hacer en este día y si no te gusta el oleaje no lo disfrutas, así que tras unas particulares fotos, serían sobre las dos y cuarto o incluso y media, ya decidimos emprender el camino de vuelta. Tras la experiencia al bajar, decidimos seguir con ese calzado que te permite caminar entre guijarros en la playa, porque nos cubría todo el pie y agarraba mejor. Aún así con el calor que hacía no resultó muy agradable regresar al coche, esta vez por la senda que llevaba directamente al aparcamiento. El camino muy empinado y en algún tramo con bastante maleza, por lo que si no tienes un cierto fondo físico puedes acabar agotado. Así, con esfuerzo alcanzamos nuestro Fiat Punto de alquiler ¿Mereció la Pena? En frío la respuesta es "No". Lo primero es que cuando vas con el programa tan apretado te descoloca bastante bajar a esa cala. Te lleva bastante tiempo y esfuerzo; y si no vas concienciado ni con el calzado adecuado puedes pasar hasta miedo por caerte. Lógicamente si te gustan ese tipo de calas, hacer Snorkel y dedicarle al menos una mañana o una tarde, lo puedes considerar. Pero si tienes pocos días y lo que quieres es conocer Mallorca a fondo, no lo recomendaría. Sólo si ya has estado y quieres ir allí a "tiro fijo". DESCARTADO EL FARO DE FORMENTOR, NOS FUIMOS A COMER AL MIRADOR DE "SA CREUETA" Con todo y después de cambiarnos, ya eran sobre las tres menos cuarto, y el "experimento" ya nos había hipotecado la mañana. Hasta el faro de Formentor todavía nos quedaban unos seis kilómetros o así de curvas, con lo que la prioridad era casi salir de allí y ponernos a comer en alguna población cercana como pudiera ser Port de Pollença, y después planificar un poco más la tarde. Así que regresamos por donde habíamos llegado esa mañana, volviendo a pasar por la Playa de Formentor (a esas horas, los coches apilados en las cunetas eran inmensos) y ascendiendo hacia el mirador que hay allí, recordamos que a la mañana vimos bastantes coches y turistas sacando fotos, por lo que la intención era de parar a tomar alguna imagen de forma muy rápida. No me había informado de ese lugar, pero por casualidad, llegamos a otro de los atractivos de Formentor, donde suelen también hacer parada los autobuses de las excursione contratadas para ir a la playa. El mirador tiene el nombre de "Sa Creueta" y justo donde el aparcamiento hay ya un espacio donde se pueden sacar fotos, pero lo que no me esperaba es que de allí saliese un paseo donde se extendía el mirador y los turistas iban sacando fotos. *** Imagen borrada de Tinypic *** Dio la casualidad de que allí había un chiringuito, y comprobamos que los bocadillos y hamburguesas sin ser baratas, tampoco eran caras en comparación con lo que era Mallorca, por lo que decidimos no buscar más y sentarnos a comer. Luego veríamos más tranquilamente el mirador. Al final dos baguettes de pollo y dos botellines pequeños de agua nos salió por seis euros. Y encima pudimos coger mesa a la sombra, que era algo que se agradecía a esas horas donde más calienta el sol. Comimos tranquilamente y luego ya nos pusiemos a recorrer el mirador. El sitio es bonito, con una primera explanada para tirar fotos según dejas el coche, y luego ya vas por un camino labrado en roca y con escaleras, que te lleva al otro extremo. Se dice que todo lo diseñó el ingeniero Antonio Parietti hace casi cien años; la misma persona responsable de la construcción de la carretera al faro. De camino hay una explanada intermedia y luego, en la final, ya tienes el premio de sacar una gran panorámica de la península de Formentor en su globalidad, desde diversas alturas. Es uno de esos sitios donde realmente merece la pena sacar fotos. *** Imagen borrada de Tinypic *** Eso sí, cuidado con asomarse más de la cuenta a lo largo del camino, ya que desde allí hay una caída vertical de 200 metros en medio de los acantilados. Bueno, pues con todo, ahora había que ocupar la tarde. ¿Y qué hacemos? En esa zona hay dos poblaciones importantes que quería conocer: Alcudia y Pollença, y dentro de la primera los restos de la villa romana de "Pollentia", que aparecen en diversas guías de Mallorca y que varios viajeros me habían recomendado. Quería ir allí antes que a los puestos de las dos localidades y no dejar de ir a otra cala (a lo que habíamos ido a la isla principalmente era a disfrutar de la playa ). PARADA EN LA VILLA MEDIEVAL DE ALCUDIA... ¿Y ESTOS PRECIOS? El primer sitio de la tarde al que iríamos sería Alcudia, ya que nos aseguraban que merecía la pena realmente dar un paseo por la villa y sus calles... Pues nada, allí que fuimos. Fue dejar Formentor y llegar a Port de Pollença, y desde allí había que girar a la izquierda, yendo por una carretera en paralelo a la bahía de Pollença. Lo que más me llamó la atención era ir con el coche casi tocando el mar, y una infinidad de playa, eso sí, muy estrecha, estando del otro lado de la bahía Formentor, de donde precisamente veníamos. *** Imagen borrada de Tinypic *** Allí había bastante gente haciendo Kite-surf, la prueba de que en hacía aire y dejamos a nuestra derecha la "albufereta". Así, unos siete kilómetros después del Port de Pollença, ya llegamos a Alcudia y de forma inmediata nos vimos en pleno centro y con su famosa muralla. Allí estaba una de sus puertas, la de Sant Sebastiá en una especie de plaza llamada "Port de Mallorca" y justo al lado, un amplio aparcamiento público y gratuíto. Cosa que sin duda se agradece para no dar vueltas y perder más tiempo. Así que salimos del coche y después de contemplar esta puerta de entrada a través de la muralla (construída según los datos en el siglo XIII), accedimos adentro y a su casco antiguo. *** Imagen borrada de Tinypic *** Hay que decir que Alcudia no tiene pérdida, ya que se trata de ir de una puerta a otra de la muralla y si quieres perderte un poquito por sus callejuelas. Eran sobre las cuatro y algo de la tarde, apretaba el sol y no había mucha gente Ya sé que lo ideal es ir de calas y luego dejar el turismo a última hora, pero para ese día teníamos muchas cosas planificadas. Quizás demasiadas En cualquier caso, la calle principal es la Major (original nombre ), que conecta la dos puertas y es la típica de un casco histórico, abundando las tiendecitas de souvenirs, ropa y calzado pero con precios nada baratos. Se notaba que la ciudad estaba muy enfocada al turismo alemán principalmente, ya que los que había en la calle eran sobre todo de esa nacionalidad. Aparte, los precios marcados para tomarte un refresco o un helado completamente prohibitivos Uno de hielo, que te puede costar normalmente un euro, allí te costaban más de dos, y los de más alta gama se iban a los cuatro Eso sí, como hacía bastante calor, hubo que pasar por el aro y acabamos comprando unos granizados en un vaso muy pequeño, por el "módico" precio de 2,5 euros Por el camino, nos encontramos con la "casa consistorial", y franqueando sus puertas dos cabezudos, con los que no pudimos resistir la tentación de sacar unas fotos. *** Imagen borrada de Tinypic *** Según parece, en todas las Baleares hay muchísima tradición de sacar gigantes y cabezudos durante las fiestas. Siguiendo nuestro camino, llegamos hacia la otra puerta de la muralla, llamada "del Moll", con lo que nuestro recorrido por el casco antiguo había casi finalizado, no sin antes querer recorrer algún tramo de la muralla restaurado. Allí curiosamente estaban montando un escenario, con lo que no sé si serían fiestas por aquel entonces. *** Imagen borrada de Tinypic *** Deshicimos nuestros pasos, aunque antes de llegar a la puerta más cercana a donde estaba nuestro coche (la de Sant Sebastiá), decidimos desviarnos unos metros, al ver que estaba cerca la principal iglesia de Alcudia, llamada de Sant Jaume, de estilo gótico mallorquín, pero que en ese momento estaba cerrada, por lo que nos limitamos a sacar alguna foto desde el exterior. Finalizado este recorrido, nuestro próximo destino sería "Pollentia". "POLLENTIA", UNA CIERTA DECEPCIÓN Todas las guías turísticas recomiendan en Mallorca la visita a las ruinas de la villa romana de "Pollentia", y realmente gente cercana nos había recomendado encarecidamente su visita, así que casi lo estaba deseando yo como agua de mayo. Sin embargo, el primer contratiempo, fue que nos perdimos para encontrar el sitio Habíamos prescindido del GPS en Mallorca y como en la dirección ponía "carretera de Port de Alcudia", pues allí que nos dirigimos, siguiendo las señales. En fin, que callejeamos por pleno casco urbano de Alcudia, con unos cuantos semáforos de por medio, y al final llegamos a Port de Alcudia y a su llamativa central térmica y ni rastro de "Pollentia" por el camino". Acabamos volviendo a Alcudia por otra carretera que iba por fuera del casco urbano y al final ya descubrimos lo que parecía unos restos romanos, pero nuestra sorpresa fue cuando vimos que la entrada estaba ¡¡¡¡al mismo lado de la muralla y de la puerta de Sant Sebastiá!!!!" Es decir, habíamos perdido entre 15 y 20 minutos en coche para volver al sitio donde veníamos, y todo por no preguntar antes. El cierre de "Pollentia" estaba para las 20:00 h., pero la idea era verlo con calma ya que no sabíamos bien lo que nos íbamos a encontrar. Claro que lo primero que nos mosqueó fue pagar los tres euros cada uno de entrada y ver que éramos los únicos que estábamos dentro. Un detalle considerable era que pasaban ya de las cinco de la tarde y hacía un calor considerable. El hombre que nos atendió en la taquilla se limitó a darnos unos trípticos y a caminar. Bueno, lo cierto es que caminar por unas ruínas romanas casi sin sombra y sin más gente alrededor podéis entender que no es agradable Aún así comenzamos el recorrido por lo que se supone que era la zona residencial de los nobles y luego una segunda que era el foro de la localidad. *** Imagen borrada de Tinypic *** Lo que nos encontramos son restos arqueológicos y alguna columna, pero principalmente ruínas. No niego el valor arqueológico del sitio, pero no es más completo que otras cosas que tenemos en Castilla y León como Uxama, Numancia, y ya no digamos Las Médulas, la ciudad prerromana de Tiermes y la villa de La Olmeda. Claro que está situado en Mallorca y es mucho más fácil de vender turísticamente, pero a nivel de patrimonio romano lo hay mucho mejor en cualquier punto de la península. Parece ser que lo más atractivo de "Pollentia" es su teatro romano, pero en nuestro caso vimos que había que caminar mucho y era tal el cansancio que llevábamos, un poco de decepción y las ganas de irnos a una playa, que lo descartamos. *** Imagen borrada de Tinypic *** Con la entrada, se podía ir al "Museo monográfico de Pollentia", donde hay objetos encontrados en las excavaciones, pero esa opción ya ni nos la planteamos. ¿Merece la pena? Depende de lo que quieras. Pero si tienes siete días y tu prioridad es ir de playas, no. O si te gusta mucho el patrimonio, claramente hacerlo a primera hora de la mañana o a última de la tarde, pero aún así te tiene que gustar mucho. Eso sí no lleves altas espectativas de lo que te vas a encontrar ni busques comparaciones porque saldrás decepcionado. Lo mismo con esto que con los restos prehistóricos de las navetas y los talaiots. Y LLEGAMOS A LA CALA SANT VINCENÇ Después de esas visitas, lo teníamos claro, ¡queríamos ir a una cala!, y también si había tiempo conocer un poco Pollença, así que la opción era ir a la más cercana a esta localidad, la Cala Sant Vincenç. Y lo cierto es que el acceso es muy fácil, ya que en todo momento estaba señalizada en la carretera, con lo cual esperábamos no encontrarnos lo de la Cala Figuera Se trataba simplemente de regresar a Port de Pollença y a partir de ahí ir en dirección a Pollença y ya nos encontrábamos el desvío a Sant Vincenç, por una carretera ancha y sin muchas curvas para llegar cómodamente. Realmente lo que vimos es que es una urbanización, y como ya pasaban de las seis de la tarde, no quedaban muchos coches Eso sí, me dio la sensación de ser un complejo venido un poco a menos, con varios locales abandonados, pero bueno, la cala en sí era bonita. Es un sitio concurrido, pero principalmente de turismo español y de gente de la zona, vamos que no es Formentor , y se llega inmediatamente por unas escaleritas desde la carretera. La cala situada en el litoral norte de la isla, es de arena pero no fina del todo,sinó que según entras en el agua aún te encuentras algo de gravilla, por lo que entramos con las zapatillas. Llama la atención que a la izquierda hay una especie de cuevas, que investigando pone que tienen origen prehistórico, aunque la realidad (al parecer) es que hace muchos años se usaron como refugio de contrabandistas. *** Imagen borrada de Tinypic *** En lo que respecta a nuestra estancia, la disfrutamos porque no había mucha gente a esa hora y tuvimos espacio para tumbarnos en la toalla con comodidad (sin llevar la sombrilla porque el sol ya no "pegaba" tanto), darnos un baño, hacer un poco de Snorkel e incluso jugar algo a las palas. No quedamos más de una hora, pero fue suficiente y ahora, para despedir el día, nos quedaba ir hasta Pollença. POLLENÇA, UN PUEBLO BONITO ENCLAVADO EN EL EXTREMO ESTE DE LA SIERRA DE TRAMONTANA Ni que decir tiene que a estas alturas ya habíamos descartado la visita al Monasterio de Lluch. Lo cerraban a las seis de la tarde y, aunque sólo visitar su exterior merecía mucho la pena, esto nos suponía meternos en plenas carreteras secundarias y de curvas hacia la Sierra de Tramontana y no llegar a cenar a nuestro hotel. Aún así, apretamos el horario, con nuestra intención de ir hacia Pollença, que lo teníamos muy cerca de la cala Sant Vincenç y además no quedaba de camino en nuestro regreso. Hay que decir que el pueblo es bonito y no está "estropeado" por el turismo. A mí me gustó mucho, además de la tranquilidad que tiene y con unas construcciones que no desentonan, por el gran entorno natural, ya que es la puerta de entrada por el este a la sierra de Tramontana. *** Imagen borrada de Tinypic *** Vista aérea de Pollença El problema para los turistas (bendición para la gente natural de allí) es que no hay sitio para aparcar y eso es un desafío. Accedimos a Pollença por la primera entrada que hay según vienes de Formentor, la cual luego nos dimos cuenta que no es la mejor, porque te metes en una sucesión de callejuelas estrechas donde no puedes dejar el coche. Fuimos a dar a plena Plaza Mayor, pero ahí no se puede tampoco dejar el automóvil Así pues, todavía tuvimos que callejear un poco más, salirnos de ese laberinto y llegar a cerca de una gasolinera donde ya pudimos aparcar. Luego nos enteraríamos que en vez de haber llegado por donde lo hicimos, lo mejor hubiera sido seguir la carretera y coger la siguiente salida, que nos dejaba más cerca del centro histórico y con sitio para aparcar. El caso es que eran las 19:10 y teníamos como mucho 45 minutos para recorrer la localidad si no queríamos llegar muy justos al hotel. Caminando aún tardamos unos diez minutos para llegar a la plaza Seglars, donde había bastante gente paseando de forma agradable ya que estaba atardeciendo. Había muchas terrazas y desde allí era el comienzo de uno de los principales atractivos de la ciudad: El camino al Calvario con sus 256 escaleras Pero lo primero que hicimos fue entrar a un pequeño supermercado que allí había y que vendía bebidas frescas, con la sorpresa agradable de que una botella de medio litro de Coca Cola nos costaba 1,5 euros ¡Viva Pollença! Nos abastecimos de un par de ellas antes de afrontar la subidita, y es que desde abajo veíamos lo que nos esperaba, aunque los primeros escalones no eran muy empinados y poco a poco se iba subiendo, alternando con algunas tiendas principalmente de artesanía y alguna de licores donde nos invitaban a hacer una degustación, pero no teníamos mucho tiempo. *** Imagen borrada de Tinypic *** Poco a poco dejábamos los edificios y seguíamos subiendo, al tiempo que echabas la vista atrás y tenías una panorámica de la zona monumental de Pollença con su iglesia de "Nostra Senyora dels Àngels" y su torreón . Cuando ya podíamos ir cansados, teníamos la propina al final de los últimos escalones, más empinados y como acceso a la cumbre donde estaba la iglesia del "Calvario", que por cierto, nombre más adecuado después de los 256 peldaños es difícil de encontrar *** Imagen borrada de Tinypic *** Se trata de una iglesia pequeñita con una serie de cruces alineadas en su exterior, como si realmente fuese el monte Calvario y tuviesen por misión crucificar. En cualquier caso, lo que sin duda más merecía la pena eran las diferentes vistas desde esa colina a la que habíamos subido La panorámica general de Pollença, sencillamente era espectacular, con las montañas de fondo, y luego donde mirases tenías otras buenas panorámicas, para tirar todas las fotos que deseabas. Después de todo, y recrearnos un poco en el paisaje, ahora tocaba bajar, aunque después del esfuerzo casi entraban ganas de tirarse y bajar rodando. *** Imagen borrada de Tinypic *** Poco a poco deshicimos nuestro camino y tras pasar la plaza Seglars nos entraban ganas de tomar algo en una de sus terrazas pero ya íbamos justos de tiempo. Pasamos por delante de la iglesia principal del pueblo, "Nostra Senyora dels Ángels" y la plaza Mayor comprobando que había movimiento en las calles adyacentes y alguna tienda que visitar, pero ya teníamos que volver al coche, para no llegar muy pillados de tiempo a cenar. Así que unas fotos y en directos a nuestro automóvil. Eso sí, lo que habíamos visto nos gustó y nos prometimos a nosotros mismos que si teníamos tiempo haríamos una parada un poco más calmada en Pollença. *** Imagen borrada de Tinypic *** VUELTA AL HOTEL, CENAR Y TOMAR ALGO ANTES DE IR A DORMIR Serían sobre las 19:50 cuando estábamos saliendo de Pollença, para llegar a una hora prudente a Magalluf y no andar en tensión y a la carrera para cenar. Bueno, el caso es que donde teníamos el coche realmente estaba al lado de una de las salidas a la carretera de Palma (nos lo aprendimos para otra ocasión ) y desde allí apenas había 50 kilómetros hasta la capital mallorquina, de los cuales sólo los primeros eran por una carretera convencional que no tenía mucho tráfico. El resto ya era todo autovía, justo por donde habíamos venido a la mañana y bordeando nuevamente Inca, estando poco transitada y sólo hubo un poco de agobio cuando llegamos a la circunvalación de Palma de Mallorca (Ma-20), que la verdad es que era hora punta de regreso del trabajo y de los turistas que regresábamos a nuestros hoteles. Pero bueno, ya por lo menos no nos pilló de sorpresa y fuimos tranquilos e intentando anticipar si algún conductor hacía alguna maniobra imprevista . Total, que cuando llegamos a Magalluf, fue hasta más pronto de lo previsto y sin ir con exceso de velocidad. Serían sobre las 20:40, es decir, tardamos apenas 50 minutos desde Pollença. En esa zona del hotel siempre había sitio para aparcar, pero igual tenías tres o cuatro minutos de subida andando hasta que llegabas. Total, que según llegamos todavía nos dio tiempo a ducharnos tranquilamente y prepararnos para cenar. Quizás nos dimos mucha calma El hecho es que bajamos al comedor sobre las nueve y diez, sabiendo que a y media se cerraba, pero bueno, supuestamente si estábamos dentro podíamos quedarnos hasta la hora que terminásemos sin agobios. Craso error Entre que esperamos a que nos sirviesen el agua y luego fui a por un plato de spaguettis a la cocina en vivo, cogí también en la otra zona en vivo algo de carne. Pero cuando me di cuenta y quise ir a por pescado a las nueve y media, el cocinero ya se había ido. Y a las nueve y veinticinco ya tienes camareros montando las mesas que quedan libres para el desayuno, con lo que ya te sientas un poco incómodo, como que te invitan a que termines rápido. Eso sí, una cosa no quita la otra, y la amabilidad de los camareros es de lo mejor que he visto en un hotel de estas características. Así que terminamos y fue ir a la habitación y luego con la intención de ir al espectáculo nocturno. Esa noche, creo recordar que en lo que consistía simplemente era en un DJ poniendo música chill out y disco en el patio que da a los dos hoteles ("Antillas" y "Barbados"), y con los animadores intentando mover a adultos y niños. Vamos, que estaba bien en plan familiar, pero a nosotros no nos llamaba mucho, y lo peor ya fue cuando empezaron a poner los éxitos latinos, que lo siento, pero yo no puedo con ello. Así que nada, la opción fue coger unos cócteles e irnos a unas tumbonas al lado de la piscina a tomárnoslos con tranquilidad, pero sin despistarnos mucho. Lo cierto es que la recogida fue pronto, ya que al día siguiente también teníamos un día cargado, donde nuestra primera intención era ir a "La Calobra", y queríamos coger el tranvía en Sóller a las nueve de la mañana, con lo que tocaba madrugar. Etapas 1 a 3, total 10
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