![]() ![]() La otra Ibiza ✏️ Blogs de España
9 días de relax, calas, gastronomía y algo de noche con visita a FormenteraAutor: MarinaW Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.9 (7 Votos) Índice del Diario: La otra Ibiza
01: Preparativos y llegada
02: DIA 1 (Domingo 09/08/15): Playa d’en Bossa y Ushaia
03: DÍA 2 (Lunes 10/08/2015): Portinatx y Cala d’en Serra.
04: DIA 3 (Martes 11/08/15): Cala Bassa
05: DIA 4 (Miércoles 12/08/2015): Cala Comte y Eivissa ciudad
06: DIA 5 (Jueves 13/08/2015): Cala d’Hort y Ses Salines
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Etapas 4 a 6, total 11
Aquel día se nos pegaron las sábanas más de la cuenta. Desayunamos en casa y partimos para Cala Salada. Llegamos sobre las 13:00 y había una enorme cola para acceder y coches dándose la vuelta diciendo que era imposible. Cambiamos el plan y nos dirigimos a la más cercana en nuestra lista, Cala Bassa, la cual teníamos reservada para otro día. Se puede aparcar de forma gratuita en el camino, pero hay que darse una buena caminata y con tanto calor no apetecía nada, por lo que aparcamos en el parking por 5€ el día con invitación a una Coronita. Se puede llegar con el autobús L7 desde San Antonio que sale cada hora hasta el atardecer solo en verano, pero ojo que de 12:30 a 15:30 no hay servicio. Fue una pena no poder disfrutar de esa playa con más tranquilidad, porque estaba literalmente a rebosar. Ya contábamos con que nos íbamos a encontrar con esa situación así que encontramos un huequecito donde poner nuestras toallas casi al final de la playa y disfrutar en primera línea de una de las dos mejores calas de la isla en mi opinión. ![]() El agua, limpia y cristalina, era además de un turquesa precioso y podías andar y andar mar adentro que siempre hacías pie. Comimos bastante tarde, sobre as 16:30. Como teníamos desde hace tiempo antojo de arroz negro, no encontramos lugar mejor para satisfacerlo que en el Beach House esa fantástica playa. Nos pusieron en una mesa en primera línea y mientras nos servían las bebidas y el gazpacho que mi chico se sirvió de aperitivo, observábamos absortos el color del mar. El arroz estaba muy bueno, tomamos dos platos cada uno y terminamos con el ya tradicional plato de fruta para “uno”. ![]() El total fue 98,50€ los dos. Nos pareció un precio adecuado teniendo en cuenta el lugar y los platos. No obstante, al final de la playa hay un snack bar con bocadillos y pizzas con precios más económicos. Por la tarde, el sol nos dio una tregua y dejó paso a las nubes. Ya no se apreciaba tanto el bonito turquesa del agua, pero la temperatura era divina y nos quedamos hasta el final. Aprovechando que estábamos cerca, nos acercamos a Cala Comte para ver el atardecer. Lamentablemente, las nubes no dejaban ver el sol y simplemente acabamos echando un vistazo que sirvió para confirmar que si queríamos encontrar sitio al día siguiente, había que ir a primerísima hora. ![]() Nos acercamos también a Cala Tarida para valorar su visita con más tranquilidad, pero la descartamos en principio porque nos pareció muy urbanizada. Sorprendentemente, estábamos rendidos y terminamos en día en la casa con un picoteo. Etapas 4 a 6, total 11
Ese día llevábamos la lección aprendida. Desayunamos pronto y a las 11:00 ya estábamos en Cala Comte. Con todo y con eso, ya había bastantes coches y toallas, pero conseguimos sitio con facilidad.
![]() Sin duda, mi cala favorita de Ibiza aunque en realidad es un conjunto de 4 playas. El agua más turquesa que he visto jamás, ni siquiera en el Caribe, suaves rocas que eran más bien arena dura, y un fondo y zonas rocosas que hacían las delicias de los amantes del snorkel. En autobús, se puede llegar con el L4 desde San Antonio con frecuencia de una hora sólo en verano y sin servicio de 12:30 a 15:00, como en Cala Bassa. Nos colocamos a la sombra de la pared rocosa que rodea la playa, pero el sol caía por ese lado y nos acabó dando todo el día. De todos modos, no fue demasiado problema porque pasamos más tiempo en el agua, era una gozada zambullirse en ese pedacito de mar, literalmente, como si estuvieras nadando en Bombay Saphire. ![]() Hay un par de restaurantes en la zona, el más cercano a donde estábamos era Ashram Sunset. Tenía dos zonas, una más exclusiva y otra de self-service. A media mañana pregunté si se podía reservar y me dijeron que sólo en el primero, pero que en cualquier caso ya estaba todo lleno. A la hora de comer, fue una odisea conseguir mesa a pesar de que fuimos después de las 15hrs. Estábamos todos como buitres para abalanzarnos sobre la primera que se quedara libre y nos llevó más de media hora. Una vez sentados había que ir a la barra a pedir, era una carta bastante variada. Cuando la comida estuviera lista, te vibraba el cacharrito con tu número de mesa y te acercabas a recogerla. Fuimos tres personas y pedimos una ensalada de queso de cabra para compartir, un sándwich club, una hamburguesa de buey de Kobe y pollo al curry con dos botellas grandes de agua. Al final pedimos un café un par de helados. El total fue de 82€. Me pareció algo excesivo teniendo en cuenta que era un self-service y que los platos, aunque correctos, no eran nada del otro mundo. ![]() Observamos que el restaurante ofrecía 2 tumbonas mas sombrilla en la playa con inmejorables vistas, una jarra de sangría y un plato de fruta por 45€. Seguimos disfrutando de la playa toda la tarde, pero a última hora ya estábamos bastante cansados y no aguantamos hasta la puesta de sol, algo de lo que me arrepiento completamente, pero la verdad es que habíamos llegado muy pronto y ya resultaba excesivo. ![]() Cenamos algo rápido en casa y fuimos a la ciudad. Tuvimos la suerte de encontrar aparcamiento en el mismo puerto a la primera, y paseamos por las tiendas, que están abiertas hasta las 24:00 disfrutando del casco histórico mientras tomábamos un helado. Me sorprendió gratamente el precio de los souvenirs, bastante baratos comparados con otras ciudades. Por ejemplo, una taza, 3.50€. Entramos dentro de la muralla para pasear por Dalt Vila, la zona alta de la ciudad. Casitas blancas en calles estrechas tenuemente iluminadas que se me parecían a las imágenes que había visto de Santorini. ![]() Fuimos hasta un mirador donde podíamos ver el puerto a un lado y Dalt Vila al otro. ![]() No sabría decir qué vista era mejor, pero en ese momento reafirmé mi idea de haber elegido el destino perfecto para estas vacaciones. Paseamos por el puerto viendo los impresionantes yates, incluido el más grande del mundo, el Prince Abdulaziz Jeddah, aunque yo personalmente me quedo con esta maravilla: ![]() Volvimos a casa agotados sobre las 3 de la madrugada. Etapas 4 a 6, total 11
Lamentablemente, el día anterior volvimos demasiado tarde como para madrugar. Quisiéramos haber ido a Cala Salada, pero al ser más de las 12 cuando salimos de casa, tuvimos que descartarla de nuevo y fuimos improvisando sobre la marcha.
Primero fuimos a Cala Jondal. No era de las mejor valoradas pero sí estaba entre las más famosas. Allí está el beach club Blue Marlin, muy frecuentado por las celebridades, así que supusimos que la playa no debía estar mal. Pues supusimos mal. Sí que es verdad que estaba tranquila y con poca gente, pero no tenía nada de especial aparte de las grandes piedras de las que estaba cubierta completamente, así que nos dimos la vuelta y pusimos rumbo a Cala D’Hort. El aparcamiento a pie de playa estaba ya completo y tuvimos que dejar el coche en la parte alta y darnos una buena caminata. Sin embargo, no hay mal que por bien no venga, pues de otra forma no hubiéramos podido disfrutar de las impresionantes vistas que desde lo alto se tienen de la playa y de la isla de Es Vedrá. La historia de este islote está cubierta de leyenda. Según parece, se han visto OVNIS volando alrededor y bancos de peces cambiar de rumbo súbitamente al aproximarse, además de ruidos metálicos entre otras historias. Hay incluso quien dice que forma un campo magnético, una especie de “triángulo de las Bermudas” junto con el Peñón de Ifach en Calpe y el suroeste de Mallorca. La playa nos gustó más desde arriba que desde abajo. La zona izquierda estaba mucho menos concurrida que la derecha, y el agua, aunque azul, estaba algo turbia para nuestro gusto. El turquesa de Cala Bassa y Cala Comte había dejado el listón muy alto. ![]() Estuvimos hasta las 15hrs y decidimos movernos a la playa de Las Salinas, de las más famosas de Ibiza. ![]() A esa hora ya había quien se empezaba a retirar y encontramos aparcamiento, eso sí, no cerca de la playa. Nada mas situar las toallas fuimos a reponer fuerzas al beach club Guaraná en lo que resultó ser una de las mejores comidas del viaje. Pedimos tres platos para compartir: Raviolis de foie con bechamel en crema y confitura de albaricoque, calamarcitos a la plancha y magret de pato con frutos rojos. ![]() Estaba todo espectacular, especialmente el magret. Lo de los postres fue un clímax gastronómico, sin duda, la mejor sopa de chocolate blanco que he probado nunca y una tarta de manzana con helado de vanilla que era una locura. ![]() Con 3 bebidas, el total fueron 116€. Sabíamos que la cuenta rondaría ese precio, pero la comida estaba a la altura. La playa estaba fenomenal. El agua estaba clara y transparente, la arena fina y limpia y podías adentrarte en el mar metros y metros sin que cubriera. ![]() Regresamos a casa para ducharnos y salimos tarde a cenar. Llevábamos varios días escuchando en la radio local el anuncio de 202 Hamburger & Delicious, que ofrecía supuestamente las mejores hamburguesas de la isla, así que teníamos claro el destino para seguir con nuestra lista de catas de este plato. El local está situado en Carrer del Bisbe Abad y Lasierra, 34. Tengo que decir que la carta no tiene demasiada variedad, salvo una hamburguesa de salmón que estuve tentada a probar, pero finalmente nos decidimos ambos por la 202, de la casa. ![]() La carne estaba demasiado hecha para mi gusto aunque la pedí al punto, pero el sabor estaba bien sin ser espectacular. En la carta ponía que te invitaban a un muffin si les compartías en las redes sociales, así que eso hicimos. Como no quedaban, nos ofrecieron una tarta de queso para compartir y eso sí que fue un manjar de dioses: Mucha galleta, masa compacta y salsa deliciosa. Nos gustó tanto que pedimos otra. Con 2 aguas, el total de todo fueron 26€, así que podemos ponerle el “OK”. Caminamos un rato por el puerto y aprovechamos para comprar en uno de los muchos puestos que se pueden encontrar por el centro de la ciudad los billetes para el ferry a Formentera. En Internet los habíamos visto anunciados por 17,50€ i/v pero finalmente no era posible conseguirlos por menos de 30€ por persona. Los compramos por 19€ con la única condición de que la ida y la vuelta si hicieran en el mismo día pero con horarios abiertos. Nos pareció perfecto y nos retiramos a casa con un nuevo plan a la vista. Etapas 4 a 6, total 11
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