Etapas relacionadas:
- Forau d'Aiguallut y Coll de Toro, Benasque (Huesca).
- Portillón de Benasque (Huesca): Espectacular brecha entre España y Francia.
- Las Gorgas de Alba, Baños de Benasque (Huesca).
- 2 Rutas desde Cerler (Huesca): 3 Cascadas; Rincón del Cielo y Pico Cogulla.
Nos gusta mucho ir a los Pirineos y uno de nuestros lugares favoritos de alojamiento es Benasque. En otras etapas, figuran algunas de las rutas de senderismo que habíamos hecho anteriormente (enlaces al principio de la etapa). Ahora le toca el turno a las de este verano.

Como de costumbre, nos atendieron muy amablemente en la Oficina de Turismo de Benasque, donde nos facilitaron folletos e información sobre las rutas a realizar en el Parque Natural Posets-Maladeta.

Valle de Estós. Ibones de Escarpinosa.
A finales de julio, hacía sol y buena temperatura durante el día, pero por la noche aparecía un viento frío que no invitaba a estar al aire libre, cenando en terrazas. Nos sorprendió, porque en ocasiones anteriores, ya en agosto, tuvimos bastante calor. Sin embargo, nuestra primera jornada completa se presentaba perfecta: sol, temperatura en torno a 20 grados y poco viento. Así que nos decantamos por la ruta del Valle de Estós, con el Ibón de Escarpinosa como objetivo final.

Para realizarla, hay que ir con el coche hasta el aparcamiento del Valle de Estós, situado a 4,3 kilómetros de Benasque, siguiendo la carretera A-139 en dirección a Llanos del Hospital. A la altura de un indicador que pone “Valle de Estós), sale un desvío hacia la izquierda que conduce al parking. Está muy concurrido en verano. Si el primero está lleno, hay otro más arriba, continuando por la pista unos doscientos metros.

Este Valle tiene una historia curiosa, que explica el motivo de que parte del mismo sea de titularidad privada. Tras las Guerras Carlistas del siglo XIX, buscando mejorar sus finanzas, el Estado decidió vender algunos bienes públicos, entre los que se hallaba el Valle de Estós, lo que fue visto con recelo por los habitantes de Benasque, Cerler y Anciles, pues en todos los valles de alrededor se cimentaba su economía, por entonces basada fundamentalmente en la actividad ganadera. Así que se unieron para comprar una participación del valle por casa (184 en total), independientemente de su estatus y posición. Situación que se mantiene en la actualidad, si bien el turismo ha pasado a formar parte de la ecuación.

Datos de la ruta.
Los datos de la ruta según la Oficina de Turismo son los siguientes:
Distancia: 13,2 kilómetros.
Duración: 5 horas.
Tipo de sendero: de ida y vuelta por el mismo itinerario.
Desnivel acumulado tanto de subida como de bajada: 750 metros.
Nivel de exigencia técnica: bajo.
Nivel de exigencia física: moderado.
Aconsejable para hacer en cualquier estación, excepto en invierno.

Nuestra ruta.
Los datos marcados por mi copia de wikiloc fueron similares, así que no los voy a repetir. Simplemente, pondré una foto del mapa y del perfil, que soflejan el itinerario de ida. Respecto a la duración, tardamos unas seis horas y cuarto, incluyendo paradas y bocadillos.


Después de ponernos las botas, coger las mochilas y demás, empezamos la caminata (bien señalizada durante todo el recorrido) por una pista cementada que remonta el valle y que coincide en principio con las marcas del GR 11.

A nuestra izquierda, quedaba el río Estós, a cuyo embalse solo tardamos unos minutos en llegar y superar. El paisaje era muy bonito, pues, entre los bosques y los picos, el agua corría alegre, formando preciosas cascaditas que no me resistí a fotografiar, aunque el sol que daba de lleno no me lo puso demasiado fácil.

Aunque toda cuesta arriba, esta primera parte nos resultó muy cómoda, incluso cuando la pista pasó de cemento a tierra. Sin problema alguno.

Tras cruzar el río por un puente, que nos deparó una vistas espléndidas, tomamos un ancho sendero de tierra y, al poco, pasamos por la Cabaña de Santa Ana, un pequeño refugio pastoril. Aunque el camino seguía en continuo ascenso, era muy llevadero.


Un rato después, llegamos hasta una bifurcación señalizada: a la derecha, el sendero avanza hasta el Refugio de Estós (1 hora 30 minutos) y hacia la izquierda, sigue hasta el Ibonet de Batisielles (1 hora 30 minutos) y al Ibon de Escarpinosa (2 horas 15 minutos), nuestro objetivo de la jornada. Hay otras combinaciones posibles que no nos interesaban.

En este punto, se acabaron las comodidades del camino, ya que el sendero se hizo más estrecho, con piedras y una pendiente más acusada. No obstante, el frondoso bosque por el que transitábamos nos protegía del sol.

Pasamos otro puente, con una bonita cascada. Desde ahí, la pendiente se hizo mucho más acusada, con tramos duros, algunos rectos, que parecían interminables, y otros formando zetas. Por fortuna, entre ellos había alguna zona llana, en la que podíamos descansar.

Casi con la lengua fuera, alcanzamos otro tramo llano, al final del cual llegamos frente a unas tablas de madera que, a modo de pasarela, nos depararon la hermosa vista del Ibonet de Batisielles, pequeño pero muy bonito, en medio de una gran pradera y con varios picos de fondo que le daban un toque bucólico, que acentuaban unos patos, nadando en las aguas de color esmeralda.


Allí, vimos un indicador que señalaba el Ibón Grande de Batisielles hacia la derecha (1 hora) y el Ibón de Escarpinosa hacia la izquierda (40 minutos), nuestro objetivo y el de casi todos los excursionistas, ya que es el más atractivo. La belleza del entoro invitaba a segur.

Pese a la poca distancia, este tramo es el peor con diferencia, pues hay que afrontar una pendiente todavía más acusada, remontando el río (con cascada incluida), a menudo por un camino poco marcado y con enormes piedras. Incluso hay que hacer una pequeña trepada al final, aunque no tiene demasiada dificultad yendo con la lógica precaución.


El premio de la caminata es el idílico panorama que depara el Ibón de Escarpinosa, de aguas verde esmeralda, rodeado de un imponente bosque de pino negro y con las agujas pétreas de los picos de Ixeia y de Perramó sirviéndole de fondo.


Muy bonito, la verdad.

Tomamos nuestros bocadillos contemplando el lago y, después de un rato de descanso, emprendimos el regreso por el mismo camino, si bien la bajada con tanta piedra se nos hizo más larga y pesada que el ascenso.
Resumen.
Una excursión muy interesante desde Benasque, sobre todo si ya se han hecho las que, en mi opinión son las principales: Forau d’Aiguallut, Portillón y Gorgas de Alba.


En cuanto a la dificultad, aunque el camino no tiene pasos técnicos, no es aéreo ni peligroso, tampoco se trata de un paseo, pues resulta exigente a nivel físico, ya que hay zonas con pendientes acusadas y se deben afrontar algunos tramos de piedras y rocas, donde hay que ir con cuidado.


Te mando 5***** y 5 abrazos.