ROSES-CADAQUÈS-CAP DE CREUS ✏️ Blogs de España

Llegamos a Roses en autobús desde Figueres, a la que previamente habíamos ido en tren desde Barcelona.

Dejamos las maletas en el hotel y nos vamos a explorar la ciudad. La oferta hotelera es amplia porque se trata de una zona muy turística. Muchos hoteles ofrecen también buffets en todas las comidas.

La Costa Brava es el nombre asignado a la zona costera de España que comienza en Blanes y acaba en la frontera con Francia, en Portbou. Limita al norte con la Costa Vermella y al sur con la Costa del Maresme. Tiene una extensión de 214 km y está comprendida por las comarcas de l'Alt Empordà, Baix Empordà y La Selva. Tiene importantes yacimientos, parajes espectaculares, poblaciones encantadoras y reconocidas playas.

Roses es un municipio de l'Alt Empordà de alrededor de 20.000 habitantes. Ya hay evidencias de haber estado habitado por el hombre desde la Prehistoria. Hacia el 333 a.C. griegos procedentes de Masalia (Marsella) se asientan en la zona donde se asienta actualmente el monasterio de Sant Pere de Rodes. Poco después bajan al nivel del mar, donde fundan una colonia con el nombre de Roda.

En el año 216 a. C. llega una expedición militar romana al mando de Cneo Cornelio Escipión Calvo. Se asienta un campamento militar. Poco después tiene lugar aquí una importante batalla contra los cartagineses que gabarin los romanos (batalla de Rhode). En el siglo I Rhode ya era un municipio romano, lo que nos indica su importancia (sobre todo comercial).

Entre los años 650 y 700 la población abandona el llano y se asienta en una elevación cercana, creando el poblado del Puig Rom, el castrum visigótico. Este asentamiento está fortificado y constituye una de las fortificaciones visigóticas más relevantes. Estaba amurallado.

Durante un corto período de tiempo hubo una ocupación musulmana. Al volver a manos cristianas se funda el Monasterio de Santa María, alrededor de que se vuelve a instalar la población.

En el siglo XVI se construye la ciudadela para protegerse de ataques de piratas sarracenos.

La ciudad sufrió en la Guerra dels Segadors, la Guerra de Sucesión y la Guerra de Independencia. A partir de los años 60 del siglo pasado vive una bonanza económica gracias al turismo.

Un buen modo de explorar los alrededores es con tren turístico. Dejo enlace:

www.trenrosesexpres.com/ ...=es#popup1

Nosotros hicimos la excursión de la cala Jòncols. En tren vas pasando por otras bonitas calas, incluso la Montjoi, donde se ubicaba el Bulli, el famoso restaurante de Ferran Adrià. La cala Jòncols, final de la excursión, es la última de Rosas, ya en el Parque Natural del Cap de Creus. Hacemos una parada para ver las vistas y nos invitan a galletas y una bebida.


Regresamos a Roses en el mismo tren. De vuelta pasamos por la Masía Torre del Sastre. Esta masía fortificada está situada en el borde de la carretera de Roses a Montjoi, a la altura del km 4. La masía está formada por la casa y una torre de defensa de planta circular de 18 metros de alto. Es de los siglos XVI - XVII. Esa torre defensiva servía para vigilar el mar por si venían piratas (Roses ha sufrido muchos ataques de ese estilo a lo largo de su historia).

Este trenecito turístico se coge en el paseo marítimo, por el que paseamos previamente.

Nos vamos a comer al hotel y después salimos para visitar el monumento más importante de la ciudad, la Ciudadela. En 1543 Carlos I de España manda fortificar la villa para protegerla de ataques externos, sobre todo de piratas. Pero eso no significa que la ciudad no tuviera ya muralla. De hecho el monasterio de Santa María la tenía y la población que surgió después también.

En 1544, en base a un proyecto del capitán Luis Pizaño, se construyó el castillo de la Trinidad, que debía proteger la bahía por el este y el flanco oriental de la ciudad. El 1552 se inició la construcción de las potentes murallas abaluartadas que debían rodear la población, según proyecto del ingeniero militar Giovanni Battista Calvi una vez abandonado el primer proyecto de Luís de Pizaño, que proponía una fortaleza de mayores dimensiones. Tiene forma de pentágono y tiene terraplenes y baluartes.


Lo llamamos ciudadela pero en realidad vemos mucho más.


Una parte en visita guiada y otra por libre hacemos un recorrido por la historia de la ciudad. Allí dentro encontramos los cimientos de edificaciones griegas, parte de las murallas medievales o lo que queda del Monasterio de Santa María, de estilo románico lombardo.



Se trata de una visita muy interesante e imprescindible.

No tan conocido, en Roses hay un interesante y abundante patrimonio megalítico. Se trata de una ruta no demasiado complicada en la que se pueden ver una importante cantidad de dólmenes y menhires.


Voy a destacar algunos:

-Dolmen de la Creu de Cobertella: Sepulcro de corredor que se documenta por primer vez el año 1912. Conservado dentro de una masía, de donde toma el nombre, el dolmen fue utilizado como corral hasta el abandono de la casa. El año 1957 el arqueólogo Francesc Riuró llevó a cabo una campaña de excavación y restauración del megalito que proporcionó información sobre el corredor y el gran túmulo que lo rodeaba. La construcción del dolmen se sitúa entre el 3500 y el 3000 aC. Se hizo con losas de gneis, una piedra muy abundante en los alrededores. Se ha perdido el corredor de piedras que llevaba a la cámara. Se considera uno de los más importantes de Catalunya.

-Paraje de la Casa cremada: El paraje de la Casa Cremada fue en la prehistoria un área dedicada a los entierros, tal y como demuestra la abundancia de megalitos que se encuentran. Los dólmenes fueron sepulcros de inhumación colectiva que se construyeron de forma comunitaria (entre el cuarto y el tercer milenio aC) y que probablemente fueron utilizados durante un largo periodo por la gente que vivía en este entorno. Encontramos el llamado dolmen de la Casa cremada, sepulcro en corredor (éste se ha perdido y también la cubierta) del 3000 o 2500 a.C. Hay también varios menhires de más de 2 metros de alto. En la misma zona hay restos de un edificio que se cree que era parte de una iglesia prerrománica.


Os animo a descubrirlos, estos y los que no he nombrado. Tendréis que ir explorando por la montaña (hay rutas).

Descendemos nuevamente a la ciudad y damos una vuelta. Nos encontramos con la Iglesia de Santa María. El edificio actual se consagró en 1796. Se conserva el ábside, el crucero y la cúpula. El resto de la nave, capillas y fachada son neoclásicas de 1853. Es un poco extraña, sobre todo su campanario. Además, parece que la fachada esté superpuesta en el edificio.

Terminamos de dar un paseo y nos vamos a cenar al hotel.

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De buena mañana, después del desayuno, cogemos un autobús para ir a Cadaquès, donde nos quedaremos una noche en un pequeño y encantador hotelito.

Pero antes fuimos caminando hasta la lonja de Roses (con viento huracanado). En 1544 se iniciaron las obras de su construcción, por orden del rey Carlos I. El responsable del proyecto fue el ingeniero militar Luis Pizaño.

Este castillo, popularmente conocido como el de la Poncella o el Botón de Roses, presenta una planta en forma de estrella de cuatro puntas, llamadas punta de Roses (O), de la Trinidad (E), de las Medes (S) y de Sant Pere de Rodes (N), con un quinta punta añadida para proteger la vía de entrada al castillo (revellín).

Después de haber participado activamente en las batallas de los diferentes sitios por los que pasó la población y puerto de Roses durante los siglos XVI, XVII y XVIII, el castillo de la Trinidad fue destruido definitivamente en 1814. Este fue objeto de una voladura devastadora llevada a cabo por los ingleses que no podían proteger la guarnición que lo defendía del ataque de las tropas francesas.

Y, ahora sí, nos vamos a Cadaquès. Ojo si te mareas. El trayecto tiene muchísimas curvas.

Cadaqués es el pueblo más oriental de la península ibérica. Su término municipal abarca también el Cap de Creus, del que hablaré más adelante. Es un precioso pueblo, traficionalmente pesquero pero cuya belleza ha atraído a artistas desde siempre. El más conocido, Dalí, que tenía su casa veraniega familiar allí, y también vivió muchos años. Lorca estuvo alojado un tiempo en Portlligat. Picasso, Joan Miró o Marcel Duchamp también estuvieron una temporada.



El pueblo tiene una preciosa estampa blanca que hacen de él uno de los más bonitos de Catalunya.


Destaca la iglesia de Santa María, la iglesia parroquial de Cadaqués. Fue construida en el siglo XVII en el centro de la población, en el punto más alto del núcleo antiguo, rodeada de las callejuelas. Es de estilo gótico y en su fachada, toda ella pintada de blanco, destaca el campanario, con base cuadrada y parte superior octogonal. Su retablo de estilo barroco, es impresionante. Seguro que os vais a sorprender porque parece propio de una catedral.

El Casino, donde hay un bar del mismo nombre, es la sede de la Sociedad La Amistat, fundada en el siglo XIX. Está siempre muy concurrido.

Paseando por el Paseo marítimo no tardamos en encontrar una estatua a Dalí.


Podemos encontrarnos pequeñas playas y calas, algunas aún con barcas de pescadores.

Mientras una parte del grupo ha contratado una excursión en trenecito al Cap de Creus (con susto incluido porque los vendedores me "perdieron"el DNI al ir a pagar), dos de nosotros hacemos una bonita ruta a pie de algo más de 5 kilómetros al Faro de Cala Nans. No tiene pérdida porque seguimos un sendero bien señalizado. Dejo un enlace con información sobre la ruta.

www.rutaspirineos.org/ ...e-cadaques

Después de comer, y ya reunidos todos de nuevo, vamos a visitar la casa de Dalí.

Dalí definió la cala de Portlligat como "el lugar más bonito del mundo". Se trata de una pequeña y encantadora cala con alguna barca de pesca.


Para visitar la casa necesitamos hacer reserva previa. Dejo enlace:

www.salvador-dali.org/ ...ortlligat/

En esta casa Dalí vivió con Gala desde los años 30 hasta 1982, cuando ella murió y él se fue al castillo de Púbol. No os vais a perder. Es la casa con un enorme huevo blanco en el tejado (-en realidad son dos; en el Museo de Figueres hay muchos más). Leí, no sé si será verdad, que el padre de Salvador le había desheredado y prohibido volver a Cadaquès. Y él hizo un cado relativo (porque Portlligat está separado). Esa enorme mansión que ahora vemos (por llamarla de algún modo) apenas si era en origen una casa de pescadores que Dalí y Gala compran y tranforman a su antojo. Claro, de una sola casita no sale todo este espacio. Digamos que después de una compraron otra y luego otra...La casa es de todo menos sencilla y pequeña.


No daré muchos detalles porque tiene que descubrirse pero el genio del surrealismo lo plasmó también en su casa. Para empezar nos recibe un oso disecado que sirve de paragüero y portatrastos. No será el único animal disecado de la casa...Y es solo el principio. La zona de la piscina tampoco nos deja indiferentes.


Se ven las estancias privadas del pintor, al que le gustaba lo recargado y estrambótico. Hasta las dos camas (separadas) del dormitorio son de todo menos sencillas. Inspiración de palacios reales pero con un toque extravagante.

Se puede ver incluso el taller del pintor con la obra en la que estaba trabajando (¿un esclavo de Miguel Ángel?). Pintaba sentado, por cierto.

Por cierto, hay huevos en la terraza. Te puedes meter dentro, incluso.

¿Debo hablar del Cristo de las Basuras?. El Cristo de las basuras o los escombros es una obra formada por distintos materiales de rechazo: la barca de madera forma el cuerpo de la figura, la cabeza es de hierro oxidado; fragmentos de cerámica, ladrillos huecos y neumáticos son el resto del cuerpo. Está estirado en medio drl olivar de la finca.

He buscado por qué la obsesión de Dalí por los huevos y he encontrado esto:

"El huevo, por ejemplo, es un buen ejemplo de contraste entre una cáscara dura y un interior blando. Este contraste interior-exterior (duro-blando) está asociado con la perspectiva psicológica de que los individuos construyen defensas alrededor de su psique, flexible y vulnerable."

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Empezamos la mañana esperando nuestro transporte, que resulta ser algo parecido a un tuc tuc de países asiáticos. Lo hemos contratado de antemano para que nos lleven al punto de inicio de la ruta drl Paratge de Tudela.

Yo creo que se trata de uno de los puntos más curiosos del Parque Natural de Cap de Creus. En los últimos años ha cambiado radicalmente. Algunos paneles explicativos que encontramos al inicio nos muestran fotografías de un complejo turístico de los años 60 que afeaba el entorno y que por suerte ha desaparecido. No hace falta recordar que para preservar el lugar como lo vemos ahora debemos ser respetuosos y cumplir las normas, no arrancar flores ni plantitas, no tocar las rocas, no salirnos de los caminos, etc.


La gracia de este paraje es recorrer los caminos señalizados y ver lo que la erosión ha hecho con las rocas. Con algo de imaginación veremos un conejo, un águila y hasta un tigre.


Este lugar servía de inspiración a Dalí. Y de hecho unas palabras suyas nos sirven de advertencia:

«Esta parte comprendida entre el Camello y el Águila que tú conoces y amas tanto como yo mismo, es y debe seguir para siempre siendo geología pura, sin nada que pueda mixtificarlo; hago cuestión de principio. Es un paraje mitológico que está hecho para dioses más que para hombres y hace falta que continúe tal como está «.


La Roca Cavallera, de hecho, inspiró a Salvador Dalí para pintar su obra El Gran Masturbador (uno de sus cuadros más famosos, que actualmente se encuentra en el Museo Reina Sofía de Madrid).




Encontrar el camino hasta la carretera sin deshacer lo andado nos cuesta un poco. Pero lo logramos.

El Cap de Creus es el punto más oriental de la Península ibérica, situado al norte del golfo de Roses. Es un promontorio abrupto y rocoso de 672 metros de altitud que se alza sobre el mar Mediterráneo. En el extremo oriental del cabo, a 87 metros de altitud, encontramos un famoso faro del siglo XIX. Todos los alrededores, insisto, son Parque Natural. Ah, acostumbra a hacer viento. Mucho viento. Es la famosa tramuntana. Cuidado, pues. No os pongáis al borde de los acantilados porque podéis perder el equilibrio.


El Cap de Creus es visita obligada si estás por la zona.

Para regresar a Cadaquès vamos andando. Y lo haremos por el llamado Camí antic que nos lleva a Portlligat. Son algo más de 7 kilómetros. Aprovechamos para comer un bocadillo que llevamos en la mochila a medio camino. El camino está bien indicado.

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