![]() ![]() UNA ESCAPADA CON SCOOTER 125 ✏️ Blogs de España
Un corto viaje con scooter 125 parando en Almansa, Chulilla, Villar del Arzobispo y MorellaAutor: Agus1973 Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (3 Votos) Índice del Diario: UNA ESCAPADA CON SCOOTER 125
Total comentarios: 4 Visualizar todos los comentarios
![]() UNA ESCAPADA CON SCOOTER 125Relato de mi viaje en moto 125 pernoctando en Almansa y Villar del Arzobispo y visitando Almansa, Chulilla,Villar del Arzobispo y Morella.
En el universo de las dos ruedas hay una creencia muy extendida, que para realizar largos viajes se necesitan motocicletas de grandes cilindradas. Y aunque pueden ser más confortables y más seguras, por supuesto, no hay ninguna evidencia científica que viajar con una moto de cilindrada 125 no sea posible. De hecho, hay personas que han demostrado con creces que se pueden realizar grandes travesías de meses e, incluso, de años, tal como Gabriel Vissio (www.canariasenmoto.com/ ...14223.html) que estaba recorriendo el mundo en una Yamaha YBR 125. Obviamente, no nos vamos a engañar, tienen sus desventajas, pero nada que no se pueda solventar con decisión y paciencia; como velocidad de crucero, comodidad ( al menos en mi scooter que se agradecería una posición más de reposapiés para ir cambiando de posición) o las “pájaras” de órdago en la que se ve sometido el motor en los puertos con porcentajes de desniveles altos que a la hora de ascenderlos lo deberemos realizar con toda la tranquilidad del mundo. A su favor esta los consumos contenidos, su sencilla mecánica que ante un imprevisto no será tan doloroso para nuestras economías y que, más tarde que temprano, llegaremos al destino elegido.
Así que, sin saber bien qué hacer este año atípico ( por la pandemia) y ser virgen en estos menesteres, me propuse un recorrido no muy ambicioso para probar el mundo de las dos ruedas aprovechando que tenía una scooter 125 y espoleado por los pioneros de las 125 que habían dejado inmortalizados sus viajes por internet. Mi ruta la iba a limitar a tres etapas (1051 km en total), porque hacerla de más etapas hubiera requerido de un extra de mayor capacidad de volumen de carga del cual no disponía ni quería invertir económicamente en accesorios para elevar tales prestaciones en ello sin saber si me agradaría la experiencia: 1º Tarragona- Almansa 2º Almansa- Villar del Arzobispo 3º Villar del Arzobispo- Tarragona Antes de iniciar la narración del viaje haré un pequeño inciso para presentaros quién es la compañera de viaje que me llevara a horcajadas a recorrer este itinerario propuesto. Es una Yamaha XMAX 125 Black Edition del año 2009 que normalmente utilizo para el día a día. Y que hace unos meses se le hizo la junta de culata y parecía después de mil kilómetros que la moto había recuperado de nuevo su brío y energía. ¿O sería un espejismo? Ya veríamos. ![]() Primer día (Tarragona a Almansa). El primer día cometí el error de realizar, los 478 kilómetros, casi todos por autovía, que a pesar de su monotonía no se me hizo tan pesado por la novedad. Al mediodía llegaba a Almansa sin casi paradas. Una para almorzar y otra para repostar. Me alojé en el primer Hotel abierto que encontré: Encasa Hotel Almansa (35 euros una individual), ubicado al lado de una rotonda presidida por un curioso y feo monumento (La Paz Aupada) conmemorativo de la importante batalla de Sucesión que aconteció en 1707 en estas tierras y para cerrar viejas heridas históricas con la autonomía vecina y levantina del escultor almanseño José Luis Sánchez. www.depaseo.es/ ...az-aupada/ Después de realizar el registro me fui a comer en uno de los restaurantes de la antigua nacional 430, no muy lejos de mi hotel. Un menú por 9 euros. Era un lugar enfocado más para currelas pero no por ello de menor categoría culinaria. Y es que como me comentó el dicharachero encargado o propietario del Hotel: “En Almansa en cualquier negocio gastronómico se come de rechupete”. Hecha la siesta. Me fui directamente al monumento estrella de la localidad que domina el núcleo urbano: El Castillo. Que gracias a los esfuerzos de restauración a partir de 1952 hasta la actualidad se puede disfrutar hoy en día y hacerse una idea de aquella larga época que alojó personas, desde árabes a cristianos. ![]() En julio 2020 se inauguró un pequeño museo en su interior, donde podemos realizar, gracias a las nuevas tecnologías, un viaje virtual en 360º por el castillo con el peligro de caer del taburete en el que estamos sentados cuando ascendemos a la última planta de la Torre del Homenaje y salimos al pequeño balcón que da a un patio interior unos cuantos metros más abajo. Tentándome a agarrar la ficticia barandilla por la sensación real de desplomo. Luego me fui al museo de la Batalla de Almansa, ubicado en la planta baja de la oficina de Turismo, que tiene una maqueta del pueblo de aquella época que fue una de las cosas que más me agradó por su ayuda a interpretar un poco mejor aquellos convulsos momentos. Más tarde, me dediqué a pasear por sus alrededores, descubriendo unas columnas salomónicas en la fachada principal del convento de las monjas agustinas donde destacan también esos seres celestiales omnipresentes en muchas obras de índole religioso (ángeles) en altorrelieves en la parte superior. Hay otros interesantes edificios como la Casa Grande y , en la misma plaza del convento, varias casas solariegas para los amantes de la arquitectura. Y para aquellos que quieran explorar más concienzudamente la población descubrirá muchísimas más sorpresas. Al atardecer, consumidas mis exiguas energías intelectuales, cogí la moto y me dirigí al pantano por el acceso posterior a la presa, el mismo camino que lleva al santuario de Belén. Y allí tuve la gran fortuna de ver una hermosa puesta de sol ante el sonido de varias especies que no pude identificar, excepto unos patos que sobrevolaron el lago, que rompían la sanadora calma. Hay unos quince minutos en vehículo desde Almansa. ![]() Cené en el lado opuesto del acceso a mi hotel. Un plato combinado con refresco. Y, aunque tal atrevimiento pueda ofender alguien, pensé cuánta razón podría tener el encargado de mi alojamiento, pues vi entre los almanseños, no solo mayores, sino también jóvenes, más personas regordetas en proporción que en otras poblaciones que afianzaba su tesis, en cierta manera , de la buena gastronomía. Y por mi poca experiencia no pude refutar nada en contra, sino apoyar su opinión. Mi locuaz amigo del hotel me aseguró que la moto podría estar un mes aparcada en la marquesina, en la calle, que nadie en Almansa me la tocaría, que el día que había un tirón de bolso era la noticia del lustro por su rareza. No sé si exageraba pero sí que era cierto que se respiraba un aire muy amigable y hospitalario que no preludiaba ningún acontecimiento malvado. Así que dejé la moto a la intemperie y me olvidé de ella hasta el día siguiente. Segundo día (Almansa a Villar del Arzobispo). Esta vez solo transitaría por carreteras comarcales, dirección a Requena por la N330. Una carretera muy frecuentada los fines de semana por motoristas por su serpenteante recorrido y por la estampa dominante e impresionante de sus dos chimeneas vaporosas de la nuclear de Cofrentes. La curiosidad de esta central nuclear es que está construida a tan solo tres kilómetros del volcán apagado de Cofrentes. Eso al menos dicen, pero su cámara magmática todavía sigue alimentando la fuente del balneario Los Hervideros. Como es sábado la carretera es concurrida. Hago una parada técnica en Requena. Toca repostar el estómago y el depósito de la moto. Como en un restaurante ocupado por camioneros y ciclistas. Encontrar la carretera secundaria dirección a Villar de Arzobispo no es sencillo. Hay un tramo de unos cuantos kilómetros del recorrido que la carretera se estrecha tanto que dos coches en direcciones opuestas pueden tener problemas en el momento de cruzarse que atraviesa el Parque Natural de Chera-Sot. A las doce del mediodía llegué a mi destino: Hostal Posá. Un alojamiento sencillo pero limpio que por el día se accede por el bar, aunque tiene un acceso directo a la calle en la planta superior. Al ir en moto me ofreció dejarla en un parking particular que tiene cincuenta metros más arriba en el lado contrario. 31 euros una noche. Sin ropa adecuada para realizar una ruta de senderismo me fui a la blanquecina Chulilla, un pueblo que se llena de valencianos los fines de semana atraídos por la espectacular ruta de los pantaneros que atraviesa el cañón del Turia que alcanza en algunos tramos los 160 metros de altura y 10 de ancho. Que la senda recrea, con dos nuevos puentes colgantes, el recorrido que hacían en los años cincuenta los obreros que estaban construyendo el embalse de Loriguilla. Los puentes originales fueron destruidos por una gran riada. El sendero, dependiendo de donde salga uno, puede llegar a diez kilómetros, si es desde el centro del pueblo, o cinco y algo si es desde el parking de tierra más cercano al inicio de la senda. Una ruta fácil y apta para niños. A pesar de iniciarla al mediodía, me encontré muchos senderistas de todas las edades y condiciones físicas. Y algunos que se bañaban en el río contrarios a las indicaciones sanitarias por el COVID 19. El tramo más espectacular es cuando se encuentra uno ya en el interior del cañón, después de descender por escaleras y los puentes colgantes a su base. Siguiendo el recorrido del río que ha sido el culpable, durante siglos y siglos, de la espectacular hoz.Antes de llegar al muro de contención de la presa cojo una pista hormigonada ascendente que me lleva hasta a la parte superior de la construcción hidráulica, donde hay unas vistas excelentes del embalse aunque no es, por ser el final de esta ruta lineal, la más bonita. Y así debe pensar más senderistas que no llegaron hasta el embalse. Acabada la ruta me fui a beber unas cervezas al pueblo bien merecidas por el día caluroso y la ruta. Volví con mi moto, que no tenía ninguna queja de su respuesta, a Villar del Arzobispo a descansar un poco y acicalarme. ![]() Por la tarde fui en busca del extinto aeródromo republicano de la guerra civil donde todavía se mantiene en pie un refugio antiaéreo y unos hangares en ruinas en un paraje agrario. El lugar, si uno desconoce su pasado o no lee el panel informativo cercano, pasa desapercibido. Difícilmente uno podría imaginar que hace casi un siglo allí aterrizaron aviones de guerra. Quise descender al interior a explorar el refugio por una de sus dos bocas opuestas pero la luz de mi móvil era demasiado tenue para tener suficiente claridad y tuve que desistir. Después del vagabundeo habitual en los lugares que pernocto me fui a cenar en el restaurante del hotel, que aprobó justito. ![]() Tercer día ( Villar del Arzobispo a Tarragona, parando en Morella). Como la experiencia de viajar por vías secundarias del día anterior había sido más gratificante y entretenida que la autovía del primer día opté por seguir recorriéndo su asfalto aunque gastara más horas de viaje. El primer tramo para llegar a Alcubias circulé por una vía pecuaria. Luego, seguí dirección a la sierra de Gúdar, atravesandola por la serpenteante carretera hasta llegar a su punto más alto: Puerto de Linares, donde no muy lejos hay el mirador de San Rafael que se disfruta de unas panorámicas increíbles de la zona, en el cual paré para disfrutar de tan majestuoso espectáculo. Zigzagueando fueron pasando los kilómetros hasta que llegué a Morella a la hora de comer. Comí en uno de los restaurantes que hay a pie de la ladera donde empiezan las edificaciones y donde la mayoría de sus casas están en el interior de una muralla muy bien conservada que cerca a la mayoría de sus edificaciones. Sus accesos se realizan por una de sus siete puertas. Y en la cima preside los restos del gran castillo que aprovechó los muros naturales que le ofrecía el terreno para la construcción en todas las adecuaciones a lo largo de su historia, desde su origen islámico hasta las guerras carlistas. Finalizado el llenado de estomago, me dirigí a una de los accesos de entrada a la ciudadela para dejar la moto lo más cercana posible al casco antiguo y el acceso al castillo .El ascenso se me hizo pesado a causa del soporífero efecto del vino peleón de la comida y las altas temperaturas de aquellas horas. Accedí, después de pagar los 3, 50 euros, por el único acceso que hay, por el convento de San Francisco de estilo gótico que todavía se está rehabilitando, que llegó a estar completamente en ruinas. El acceso provisional se accede por un lateral, ascendiendo por unos andamios con peldaños. El Castillo tiene muchos puntos de interés que hace entretenida la visita. Tranquilamente uno puede pasar un hora explorando y leyendo los paneles informativos que hay diseminados en todos las estancias y puntos relevantes. Después de dos horas de visita, incluyendo una rápida visita al centro histórico, dejé Morella ya dirección a casa. Un lugar, que por la cercanía, pienso volver más adelante con los deberes hechos (leer sobre la historia de esta histórica y relevante villa) para que la visita sea mucho más fructífera e interesante. ![]() Al finalizar esta pequeña escapada en scooter 125, después de una buena ducha y una frugal cena, reflexioné sobre este viaje. Que en líneas generales me gustó mucho y que probablemente vuelva a repetir en un futuro y que intentaré que sea de varias semanas e incluso si puedo por tierras galas .Eso sí, antes deberé volver a la autoescuela para sacarme el carné A2 para poder circular por tierra francesas sin miedo a que me multen, porque la normativa para llevar 125 en cada país es diferente en la UE. Gastos de mi viaje. Combustible: 29,17 euros (Kilómetros: 1051,litros:27,3) Alojamiento: 66 euros (35 en Almansa y 31 en Villar del Arzobispo) Comidas: 63 euros Entradas 7 euros Otros gastos (aguas y alguna cerveza): 10 euros Gasto total: 175,17 euros 📊 Estadísticas de Diario ⭐ 5 (3 Votos)
![]() Total comentarios: 4 Visualizar todos los comentarios
CREAR COMENTARIO EN EL DIARIO
Diarios relacionados ![]() ![]() ![]() ![]() ![]()
![]() |