![]() ![]() Santiago por el Camino Primitivo ✏️ Blogs de España
Mi primer Camino de Santiago por una ruta poco transitada en 12 días inolvidablesAutor: PepaRabal Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (8 Votos) Índice del Diario: Santiago por el Camino Primitivo
01: La primera idea
02: Los Preparativos
03: Llegada a Oviedo
04: Etapa 1. Oviedo-San Juan de Villapañada. 27 km.
05: Etapa 2. San Juan de Villapañada-Bodenaya. 25 km.
06: Etapa 3. Bodenaya-Campiello. 25,2 km.
07: Etapa 4. Campiello-O Mesa. (Hospitales). 34,7 km.
08: Etapa 5. O Mesa-Castro. 20,5 km.
09: Etapa 6. Castro-Padrón. 24 km.
10: Etapa 7. Padrón-O Cádavo. 23,8 km.
11: Etapa 8. O Cádavo-Lugo. 31 km.
12: Etapa 9. Lugo-Ferreira. 28,4 km.
13: Etapa 10. Ferreira-Arzúa. 36,4 km.
14: Etapa 11. Arzúa-Pedrouzo. 19,4 km.
15: Etapa 12. Pedrouzo-Santiago. 19,8 km.
16: Etapa 13. Santiago-Málaga
17: Camino de Santiago. Ideas, consejos...
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Etapas 1 a 3, total 17
Hacía tiempo que quería hacer el Camino de Santiago.
Toda la gente que conozco que lo ha hecho han vuelto encantadas, y además han repetido. Así que me puse manos a la obra y empecé a recopilar información. Me di cuenta de mi ignorancia respecto al camino en cuanto busqué por internet ¡Hay un montón de Caminos de Santiago! Yo tenía una idea en la cabeza, una imagen de caminante por bosques solitarios, iglesias románicas, cruceiros…y algunos de los caminos se parecían a esto. Además se unía el hecho de que iría desde Málaga hasta Asturias para ver a unos amigos, lo que me daba pie a situar mi punto de partida por allí cerca. Aun faltaban 2 meses. Yo no soy avezada deportista ni andarina infatigable, soy andarina, sin más. Lo más que he caminado han sido 22 Km. y me salieron ampollas…Con estos antecedentes me resultaba difícil calcular cuantos Km. diarios sería capaz de caminar y por tanto cuantos Km. de ruta completa podría planear. Así que pensé que mejor sería ver de cuantos días disponía y en función de eso, caminar hasta donde llegase, y a unas malas, acercarme en autobús a 100 Km. con unos 2 días de margen, por si había imprevistos. Por lo que había leído y lo que me decían mis amistades, hacer 20 Km. diarios “no es ná”, se pueden hacer 30 y 40 Km. si te encuentras bien, pero a mí eso me parecían muchos Km. aunque también pensaba que si tanta gente lo hace ¿porqué no iba a hacerlo yo? Siendo realista, preferí calcular a razón de 20-30 mejor que 30-40, pero ¿cuántos días sería yo capaz de andar? Otra difícil cuestión, sin conocer mis propias limitaciones físicas. La respuesta me la dio el avión. Para ir a Asturias iríamos en el coche de un familiar, pero la vuelta a Málaga desde Santiago era mejor hacerla en avión, ya que tanto el autobús como el tren tardaban muchísimo en llegar y no eran nada baratos. Busqué un vuelo asequible y los que salían a mejor precio me daban 6, 13 y 20 días de margen. 6 me parecían pocos y 20 muchos, así que me quedé con 13 días. Reservé billete un mes y medio antes, 39 euros y en hora y media en casita. Eso me daba la opción de empezar desde Luarca, haciendo el camino del Norte, desde Oviedo haciendo el Primitivo o desde León por el Francés. La mayoría me recomendaba empezar en León, pero me cogía un poco lejos de Llanes, que es desde donde partiría, así que esa opción la descarté. Me quedaba o el Norte o el Primitivo. El Primitivo empieza en Oviedo, muy cerca de Llanes, pero en todos lados leía que era muy duro, el más duro de todos, que no es el más adecuado para iniciarse en el Camino si no estás muy en forma. Todas las recomendaciones eran negativas, y aun así, a mi me atraía cada vez más, porque era el menos transitado, y eso era lo que yo buscaba. Me puse en contacto con la Asociación Jacovea de Málaga para conseguir la credencial. Allí pregunté a los miembros qué camino me recomendaban, el del Norte o el Primitivo, y uno de ellos me recomendó sin dudarlo el Primitivo, decía que era el más “auténtico”, menos turístico y tampoco era tan duro ¡eso era justo lo que yo quería oír!, se disiparon todas mis dudas y a partir de ahí, el Primitivo sería mi destino. Bueno, el mío y el de Fernando, que vamos juntos.[align=left] Etapas 1 a 3, total 17
He leído unas cuantas listas en Internet donde se enumeran las cosas necesarias y me faltaba casi todo. Lo primero que he comprado ha sido el saco de dormir mini. El que yo tenía abultaba demasiado.
También necesitaba una mochila. Eso me costó más elegirlo. No sabía muy bien que tamaño ni modelo elegir. De hecho compré una y la cambié 3 veces. Me quedé con una de 40 litros, bastante acolchada por todos lados, con funda para la lluvia y una cremallera central con la que se accede muy bien al interior. La pega es que pesaba casi 2 kilos. Había otra que pesaba 900 gr pero no estaba tan acolchada. Aparte de la mochila, resulta muy práctico llevar una riñonera o un pequeño bolso donde llevar a mano el monedero, el móvil, la guía, las gafas,...yo llevo un bolso pequeño donde me caben todas esas cosillas y me ha resultado muy útil. Tenía la duda de si comprar bastones o no, pero al final, pensando en la vuelta en avión y sin facturar, preferí no comprarlos, y buscar un buen bastón de campo o comprarlo allí. La semana que voy a estar en Asturias tendré ocasión de comprar lo que me falte. Para protección de la lluvia también tenía mis dudas. Según leía en los foros, no había unanimidad, unos que si capa, otros que si chubasquero, que si trajes de agua, que si paraguas...Por suerte, una amiga me prestó una gran capa de agua y otra un chubasquero. Problema resuelto, aunque yo soy más de paraguas... Me asustaba bastante el tema de las ampollas en los pies, porque me salen con nada. Siguiendo las recomendaciones de mi amiga Mari, me compré dos pares de calcetines especiales para caminatas. Son de un hilo de poliéster especial, Coolmax, que hace que el pie permanezca seco, no tienen costuras y están reforzados en las zonas más susceptibles de sufrir rozaduras. Son más caros que los normales, pero en estas cosas no hay que escatimar. Otra cosa que compré fue una especie de vaselina en barra de la marca Compeed. Como son muy pequeños me compré dos. También compré unas tiritas especiales con hidrocoloide para prevenir ampollas. Para no terminar con las dudas, estaba el tema del calzado. Tengo unas deportivas muy cómodas y muy trilladas y unos zapatos de montaña, algo menos usados. Pensaba llevarme los dos para ir cambiando o por si se me mojaban con la lluvia tener otros de repuesto, pero pesaban demasiado y ocupaban mucho en la mochila, así que preferí llevarme los de montaña, porque aconsejaban para ese terreno un calzado de suela dura. Eso y las chanclas de goma. Otro tema resuelto. En cuanto a ropa, tengo que calcular que puede refrescar algo, pero no mucho. En caso de necesidad, siempre puedo comprarme algo sobre la marcha. Llevo 2 camisetas de manga corta para diario más otra para dormir y descansar, y otra de manga larga, un pantalón corto con muchos bolsillos (ya me hubiese gustado tener uno igual pero largo), un pantalón con bolsillos laterales viene superbien, porque puedes meter muchas cosas que hay que tener a mano, como los mapas o las guías, la cámara de fotos, el móvil, los clinex, las gafas...La pena es que el pantalón largo que llevaba no tenía bolsillos. El pantalón largo está bien para ir por esos caminos llenos de ortigas y “bichitos” y para los días más frescos. Para dormir y descansar llevo un pantalón tipo malla por la rodilla que no ocupa ni pesa nada. Para el frío llevo un polar muy fino. También llevo 2 pañuelos largos para el cuello, muy ligeros y “mú apañaos” y además llevo un pareo que me sirve para muchas cosas, de foulard, de sábana, de funda de almohada, de toalla, me he alegrado mucho de llevármelo. Lo demás ya lo tenía y he escogido lo que menos pesara. También llevo en los bolsillos de la mochila un juego de cubiertos y un vaso, algunas pinzas para la ropa y unos imperdibles, una cuerda y jabón para lavar. Un jabón para el cuerpo, la pasta de dientes, el cepillo y una toalla muy pequeñita en otro bolsillo. Cuando he tenido ganas de refrescarme los pies en un arroyo he tenido esta pequeña toalla a mano y otra toalla más grande dentro de la mochila. Ambas son de microfibra y pesan muy poquito. Los cubiertos no los he usado, pero un cuchillo o navaja se usa bastante. En el bolsillo superior llevo una gorra, crema solar protectora, un pequeño botiquín con tiritas, analgésico, gasa y esparadrapo. También va la linterna, que tiene que estar muy a mano y una pulsera antimosquitos, que no he llegado a usar. Dentro de la mochila llevo el resto del botiquín con venda elástica, betadine, alcohol, todo en minibotellitas, pastillas antiinflamatorias, pomada para los dolores musculares y para la circulación, y alguna cosilla más. Creo que me he pasado con el botiquín, es lo que más abulta pero lo he usado casi todo, aunque también es verdad que algunas de las cosas las podía haber comprado por el camino. También llevo algunos sobres de azúcar y bolsitas de infusiones para los desayunos improvisados. Algunos días me han venido muy bien, acompañados de unas cuantas galletas. Me he probado la mochila llena hasta ajustarme las correas a la medida, de modo que quede bien pegada a mi espalda, que no cuelgue de los hombros sino que se ajuste entre la cintura y las caderas. Lo llevo todo metido en unas bolsas de plástico muy finitas y que hacen poco ruido al manipularlas. Va todo separado en pequeños paquetes. También me dijo mi amiga Mari como hay que doblar la ropa, todo muy plegado y luego enrollado hasta que quede muy reducido. Así llevo el paquete de descanso, la camiseta y el pantalón liado y en su bolsa con su goma, la muda del día siguiente otro paquete, bragas y calcetines, otro paquete, todo muy compactado y ordenado. Lo que va más a mano, la toalla de baño y la ropa de descanso, que es lo primero que se saca cuando llegas al albergue, y la bolsa de aseo. En la bolsa de aseo llevo un cepillo de pelo pequeño, sobres de champú y de acondicionador, un tarrito pequeño de aceite de almendras, crema hidratante para la cara, en un tubo de muestra que me ha durado 3 semanas, desodorante, corta uñas y lima. Llevo una barra de cacao para los labios, pero la llevo en el bolso, a mano porque la uso cada dos por tres. Dentro de la mochila, en un bolsillo, llevo los cargadores del móvil y de la cámara de fotos. La libreta de notas y el bolígrafo los llevo en el bolso, siempre a mano. Para llevar el agua llevo una cantimplora, a veces colgada, a veces cogida encima de la mochila. La mochila ha quedado holgada y queda sitio (aunque no mucho) para guardar algo de comida. He hecho una mini-guía con todos los sitios donde hay alojamiento, los teléfonos y las distancias entre ellos. Me ocupa 2 páginas y la llevo a mano. También he seleccionado una web (de las muchas que hay) que me ha parecido muy completa, que es la de Gronze, y la he sacado en papel. Es un tochillo de 12 páginas y va en un bolsillo de la mochila. Por esta guía es por la que me he guiado para saber los km. de cada etapa. He leído las opiniones y referencias sobre los albergues para saber cuáles están mejor o peor, algunos sitios para comer, los caminos alternativos...ha sido de mucha ayuda. En todo momento he tenido presente que podría tener dificultades de cualquier tipo, sobre todo físicas, y me he mentalizado para ir con tranquilidad, disfrutando cada día del camino, sin ninguna prisa, y en caso de ver que no llego a tiempo a Santiago, coger el autobús o un taxi y no arriesgarme ni hacer burradas de las que luego me pueda arrepentir. Por lo que he leído, este camino se hace en 11 ó 12 días, llevo un día de margen, así que debería estar tranquila, ¡pero no lo estaba! ¡Estaba muuuyyy nerviosa!, pero deseando empezar.[align=left] Etapas 1 a 3, total 17
Hemos llegado en el autobús a Oviedo alrededor de las 12 de la mañana. Es domingo, el día está lluvioso y de fondo nos acompaña el sonido de las campanas de la catedral, al son algo triste del Asturias Patria Querida y un poco más tarde Santa Bárbara Bendita, era una buena bienvenida.
Lo primero que hemos hecho ha sido buscar el albergue para dejar las mochilas. Al pasar por una oficina de información turística le hemos preguntado a la chica y nos ha dado un mapa con la dirección. Cuando llegamos estaba todo cerrado y tampoco había nadie esperando. En unos carteles ponía que hasta las 5 de la tarde no abría y que se podían dejar las mochilas en un bar cercano pero un hombre nos abrió y dejamos allí las mochilas. Era domingo y había muchísima gente por todos lados. Muy cerca del albergue, en los Jardines del Campillín, había un rastrillo de cosas usadas y tardamos un buen rato en verlo, tenía cosas de lo más curiosas y horteras. Luego nos metimos hacia el casco histórico y allí vimos la actuación de una banda de gaiteros y de bailes típicos. En el centro de Oviedo hay montones de bares y a al mediodía estaban ya muy concurridos. Nos metimos en el Lizarrain a tomarnos unos pinchos y luego hemos seguido paseando en busca de una pastelería. Hemos ido a parar a Rialto, una confitería donde tienen la repostería típica de Oviedo: casadiellas, carballones, moscovitas y te los puedes comer en el salón-cafetería que tienen dentro. Ya repuestos del todo vamos a buscar el punto de inicio de mañana, así que buscamos la catedral y encontramos las conchas doradas en el suelo, que seguimos un rato para orientarnos. El centro de Oviedo es muy bonito y está muy cuidado. Alrededor de las 5 volvimos al albergue y ya había una larga cola. Nos pusimos a hablar con una chica que había sentada en la escalera, venía de Barcelona y nos dijo que llevaba allí esperando desde la 1 de la tarde y no había leído el cartel para dejar la mochila en el bar. Cuando abrieron la puerta el hombre que nos atendió por orden de cola no era el mismo de por la mañana. Este no era tan simpático, más bien seco. Nos cogió las credenciales y nos asignó litera. Un cuarto muy apretado en la primera planta, con 8 camas. Los otros compañeros de cuarto en cuanto vieron que había cuartos de 4 camas y más amplios se mudaron. Nosotros nos quedamos allí, viendo el ambientillo “international” que iba cogiendo el albergue. A las 10 cierran el albergue. Son las 7, cae un poco de “orballu” y hay muy poca gente por la calle. No hemos metido en un bar que al mediodía estaba superlleno, se llama La Más Barata, en la calle Cimadevilla, es una arrocería y ahora está vacía, charlamos un poco con el camarero hasta las 8, que empieza a venir más gente. Hay mucha variedad y tiene todo muy buena pinta. Después de comer lo que hemos pedido nos han invitado a unas cazuelitas de arroz que estaban estupendas. Hemos comido bien y baratito. Nos hemos ido pronto al albergue. En nuestro cuarto ya estaban casi todas las camas ocupadas. Una chica de Zaragoza que ya había hecho todos los caminos (solo le faltaba el primitivo), y que además había sido hospitalera, dos chicos que venían del Camino del Norte, el “pamplonudo” Chusmari y el vasco Alberto, otro chico de Madrid, Manu y luego llegaron 2 ciclistas que creo que eran también zaragozanos. Este albergue, aunque tiene 30 camas, para ser Oviedo un punto tan importante en el Camino, se merecería tener un albergue mejor. Es todo lo contrario a confortable, las camas, las duchas, la distribución, en general no me ha gustado. Al poco de apagar las luces no ha parado de haber ruido, encender y apagar de luces, jaleo en la calle, ¡puffff! y nuestro cuarto no tiene puerta…y un calor…y más ruidos en la calle. Como es mi primera noche en un albergue temo que esto sea así todas las noches, ¡cielos qué horror! ¡no voy a pegar ojo en 12 días! Y a las 6, en pie. Etapas 1 a 3, total 17
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