El domingo volvimos a poner el despertador. Esta vez íbamos a visitar el sud de la isla. Yo quería ir al Mercado de Teguise y cómo era el único domingo que teníamos, así lo hicimos. Micky, el taxista, nos recomendó ir a primera hora para no encontrarnos demasiada gente y fue genial hacerlo así, no fue para nada agoviante. Llegamos a las 9:30 de la mañana.
Me gustó ver las paradas de artesanos, las de cosas típicas de las islas, pero no las de los bolsos de imitación, etc.
En el mercado estuvimos hora y media y fue bastante tiempo como para ir tranquilos y hacer las compras justas para la família.

Como queríamos comer en el Parque Nacional de Timanfaya, hicimos la ruta por tal que la comida nos cogiera allí. Y ese fue nuestro siguiente destino. Llegamos hasta el restaurante con el taxi y poco tuvimos que esperar para poder coger la guagua. Me pareció entender que de todas las guaguas que hay, sólo 1 está adaptada. Hubiera sido un fallo no tener las guaguas adaptadas, porqué es un paisaje fabuloso. A los dos nos encantó la ruta de unos 45 minutos con explicaciones.


Esta es la parrilla donde se hace la carne:

Y esta es la carta:
Nos encantó probar la carne hecha allí. Una manera única!

Salimos del PN de Timanfaya dirección El Golfo. Pudimos ver el Lago de los Clicos, aunque mi marido no pudo acercarse del todo por la arena de la playa. Es un lugar precioso.

Y por último, ya nos quedaba por ver Los Hervideros. Otro lugar emblemático. Mi marido tampoco pudo acercarse demasiado pero vió más de lo que nos imaginábamos.

Y ya, de camino hacia el final de la segunda excursión, vimos Las Salinas del Janubio.

Como podeis ver, en dos días se puede ver de sobras la isla. No fue nada cansado y menos con los rincones tan bonitos que tiene esta isla. Creo que he estado más a gusto por visitar esos fantásticos lugares que en el alojamiento.
Y quiero agradecer a Laia (Naira) y Micky su colaboración por hacer de éste, un viaje que jamás olvidaremos. Gracias!!!
