Todavía nos dio tiempo a echar una pequeña siesta y a las 18 horas estábamos en el Oceanográfico, que teníamos las entradas compradas desde Madrid. ¡otra sesión de bichos!


La visita al Oceanografic merece la pena de verdad. En Madrid tambien hay un buen acuario, pero las instalaciones valencianas son muy superiores y se puede disfrutar de los peces de otra forma.
Lo primero que llama la atención, antes incluso de entrar, son sus curiosos edificios, de lineas atrevidas, como todos los de la zona y una vez que atraviesas las puertas te encuentras con una curiosa disposición del espacio: en la parte de arriba, a la altura de la calle se encuentran las instalaciones para aves marinas y focas y otros animales parecidos.
En el subsuelo se encuentran los diferentes acuarios, ordenados según la procedencia de las distintas especies. A mí, particularmente, lo que más me gustó fue el acuario del Caribe.
Me encantan los peces de colores y sus tonos intensos y brillantes


Sin olvidar los corales y todas las plantas que allí se encuentran. Nos explicaron que la decoración de los acuarios es decoración, no son corales de verdad pues necesitan unas condiciones de vida que no se pueden recrear en estos acuarios. Sí que hay pequeños acuarios en donde se encuentran especimenes vivos, pero de un tamaño más pequeño y allí sí se pueden recrean sus condiciones propias de vida.
Y no podía faltar la famosa Morena, animal con muy mala fama, tanto que dicen las malas lenguas que hasta su mordedura es venenosa, pero no, no lo es, pero si es peligrosa pues es tan cochina ella que sus boca está llena de gérmenes y su mordedura se infecta con facilidad, pero el bicho venenoso no es.
Y a mi marido le estusiasmó el acuario de los tiburones. Hay que reconocer que son impresionantes y que verlos así, como están en el Oceanografic es una pasada, con los bichos nadando sobre tí y a tu alrededor.
Es enorme la cantidad de especies diferentes de tiburones que hay en el acuario, desde el normalito que todos conocemos
hasta este otro precioso animal con la piel de lunares y que recibe el nombre de tiburón jirafa
pasando por las típicas Rayas y el pez sierra, que logré captar en una sola instantánea.
Y aquí os presento al bicho marino más odiado y temido, aunque de tamaño diminuto y de una gran belleza: La medusa
Y ahora direis, con esto y un bizcocho ..., pues no. No se acaba todo aquí, sino que ahora toca subir a la superficie, despedirnos de nuestra vida de cavernícolas y volver a tomar nuestra forma humana para visitar todo lo que nos aguarda al aire libre.
En nuestro paseo por el exterior podemos disfrutar de zonas sombreadas y con bancos, apropiadas para dar a nuestros pies un merecido descanso mientras admiramos una elegante pareja de cisnes negros
Y podemos encaminarnos hacia el aviario, esa construcción que tanto nos ha llamado la atención desde el exterior pues desde fuera divisamos una esfera enorme formada por multitud de "hilos" que se cruzan

Lo primero que nos dicen a la entrada es que guardemos silencio para no molestar a las aves. ¡qué difícil se nos hace esto a los españolitos! Todo el mundo hablaba, pero no creais que bajito, no, a grito "pelao". ¡en fin, que se le va a hacer! Y despues de esta disquisición filosófica, a lo nuestro.
Una de las aves más curiosas es la "espátula" llamada así por su curioso pico, aunque su nombre científico es "Plataleinae" con algún otro apellido. Su pico tiene forma de cuchareta y lo usan para remover el agua con el pico semiabierto y en cuanto que notan que algo ha entrado, ¡zas! se lo comen.
Y tambien había varias clases de Ibis, famoso por ser venerado por los antiguo egipcios y que se caracteriza por tener un largo pico curvado que utilizan para remover el barro y buscar así su alimento.
Aqí tenenis una foto del ibis negro y otra del rojo, que tiene un colorido digno de admiarse.
Y ahora si, ahora ya podemos abandonar este lugar con todos los deberes hechos. Si, ya se que me faltan los delfines, que no he hablado de ellos, pero es que no fuimos a verlos

Y despues nos fuimos a dar nuestro último paseo por la Ciudad de las Artes y de las Ciencias, con la esperanza de ver los edificios iluminados y poder hacer muchas fotos. Pero nuestro gozo en un pozo, la señora alcaldesa está ahorrando y gastar luz no entra en sus planes así que a los turistas que les den, que ella no les ilumina los edificios y si quieren fotos pues que se guanten

Esta vez cenamos en una terracita enfrente justo de la Ciudad de las Artes, bueno cenó Jose y cenó bien y no fue caro, pero no recuerdo el nombre del lugar.
Y ahora sí, ahora ya nos despedimos pues hemos terminado nuestra estancia en Valencia. Mañana volveremos de nuevo a darnos un chapuzón y desde allí directos a Madrid.