Como en cada viaje, todo llega a su fin, y en nosotros ya ahonda la sensación de que nos quedan los últimos suspiros de este viaje.
Nuestra próximo punto del recorrido son las cataratas de Niágara, pero antes haremos una parada en el pueblo vitivinícola de Niagara on the lake. Es un pueblecito cercano a las cataratas, que se dedica al cultivo de la uva. Es muy típico su ICED WINE, vino helado, que tiene como particularidad que se recoge con las primeras heladas (incluso nevadas), y por la noche, de forma que la uva no pierda la temperatura, consiguiendo que aumente su concentración de azúcar... No soy experta en vinos, y seguro que esto podría explicarse muchísimo mejor, pero tendrá que valer esta pincelada...
La verdad es que el pueblo es muy pintoresco, y como no super pensado para el turista. Todo puede comprarse, y diría que la calle principal, no tienen nada que no sean tiendas de todo tipo de souvenirs, dulces, vinos, comidas varias... pero aún así, bien merece una visita.
En el pueblo hay una antigua farmacia (Apothecary) que data de 1820, y que estuvo en activo hasta 1969. Es una de las farmacias más antiguas y que más años estuvo en activo del País.
Lo siguiente es visitar alguna de las bodegas del pueblo. Primero hacemos parada en una pequeñita, donde puedes probar los distintos vinos (o sidras) que preparan por un módico precio, y por último, visitamos una de las grandes bodegas de la zona: INNISKILIM.
Aquí nos explican como es su producción de vino, y un poquito de la historia de la bodega. Al final, te dan una pequeña cata de varios de sus productos. No entiendo mucho de vinos, pero creo que cualquier vino español es mucho mejor que el mejor de ellos, pero aún así, el "vino helado" se deja tomar. Eso sí, nos pareció carísimo!!
Olvidaba comentar que en el pueblo hay una pequeña oficina de turismo, donde nos facilitaron un mapita con un montón de bodegas, y nos contaron cuales merecían la pena si no teníamos mucho tiempo. Una ayuda para optimizar el tiempo, sobre todo para ir a tiro fijo, y no perderte.
Continuamos camino hacia Niagara Falls. Estamos deseando ver la furia del río al caer. Ya podemos verlas al fondo, sin todavía habernos bajado del coche... Hacemos una parada para visitar el reloj floral que hay a la entrada al pueblo...
Si desde el coche nos impresiona, ni que decir tiene que a su lado, escuchando el sonido del agua al caer, y mojándote con el vapor que desprenden, son muchísimo más impresionantes.
La parte mala de las cataratas, es que los hombres hemos modificado hasta tal punto el entorno, que se ha convertido en un chiringuito de feria que dificulta el disfrutar de una naturaleza tan pura y salvaje como supongo que serían las cataratas cuando se descubrieron.
Eso si, si queréis noche de marchita y desenfreno no hay mejor lugar en Canadá. Es un pequeño "Las Vegas".
En Niágara nos alojamos en un Motel 6.
MOTEL 6 NIAGARA. 5700 Stanley Avenue, Niagara Falls, Ontario L2G 3X5
www.motel6.com/reservations/motel_detail.aspx?num=5701
Se trata de un motel, y aunque está muy limpio, las camas son amplias y cómodas, y el motel está bastante bien, el trato no es ni parecido al que hemos tenido en los B&B, que el trato es mucho más personal y cercano. Aunque los Motel 6 suelen ofrecer un desayuno continental, en el caso de este, deciros que no tienen "amenities", y no hemos podido tomarnos ni un café, pero hay varios sitios perfectos para desayunar al lado del motel. Otro detalle importante, es que no está muy céntrico, pero no hay nada tan lejano que no se pueda hacer andando, así que para nosotros no ha supuesto inconveniente. Como ventaja, no estábamos en medio del meollo, sufriendo los ruidos de la noche.
Después de caminata nocturna por las cataratas, una vuelta en la noria, una copa, y mucho, pero mucho frío, nos vamos a descansar, mañana salimos hacia Toronto.
Nos acercamos a Toronto, y la verdad es que el aspecto ha cambiado. Hay muchísimo más tráfico y el aspecto de Toronto es más parecido a una gran ciudad americana que a las pequeñas ciudades quebequenses que hemos venido visitando.
Entramos en la ciudad, y en su perfil domina la CN Tower sobre el resto de los edificios.
Toronto es una ciudad complicada para aparcar, así que en esta ocasión, decidimos hacer el check-in en el hotel nada más llegar, dejar maletas y posesiones, e ir a devolver el coche, ya buscaremos taxi para acercarnos al aeropuerto el día de regreso. He de decir también, que a pesar de que es una ciudad grande, no hay nada que no pueda hacerse a pie, o en transporte público.
En Toronto nos alojamos en un ECONO LODGE.
ECONO LODGE INN & SUITES DOWNTOWN. 335 Jarvis Street, Toronto, ON, M5B 2C2
www.choicehotels.com
El hotel está situado en una zona bastante céntrica, aunque no es la mejor zona de la ciudad, pero aún así no tuvimos ningún problema. Una vez dejamos nuestras maletas, nos fuimos a entregar el coche.
Estábamos cerca del "DISTILLERY DISTRICT", una antigua zona industrial remodelada, en la que se han instalado galerías de arte, teatros, tiendas de moda, tiendas de diseño y venta de joyas, cafés... todo bastante chic, así que aprovechamos para visitarlo.
Paseamos por la zona, y seguimos dirección al centro de la ciudad. De camino nos paramos a ver el mercado de "St. LAURENCE" y el "FLATIRON BUILDING"
Continuamos hacia el centro, y hacemos parada en el centro comercial PATH. Es impresionante ver la ciudad subterránea que ahí hay. Las temperaturas son tan bajas en invierno, que tienen un montón de edificios conectados subterráneamente, e incluso mediante pasarelas, de tal forma que puedes hacer Km de caminata sin necesidad de salir al exterior.
El PATH es un gigantesco centro comercial que conecta los puntos más importantes de la ciudad, las principales torres y rascacielos de oficinas, hoteles y restaurantes, además de 6 estaciones de metro. Son en total 27Km de túneles, que incluyen más de 1.200 comercios y que conecta con los grandes centros comerciales de la ciudad, como Toronto Eaton Centre, el complejo de compras y oficinas más grande de la ciudad. Se calcula que todos los días pasean unas 100.000 personas por el PATH. Lo dicho, impresionante.
Salimos del PATH, por una de las puertas cercanas a la plaza del Ayuntamiento. En la misma plaza se puede ver el antiguo edificio del Ayuntamiento, y las dos torres del ayuntamiento nuevo, que no dejan de sorprender por lo diferente de ambas arquitecturas.
Seguimos caminando hacia la zona de la universidad de Toronto, y el barrio chino, para terminar nuestro recorrido con una visita y cena en la CN Tower.
Hemos reservado una cena temprano, con el fin de aprovechar las vistas diurnas, el atardecer, y las vistas nocturnas desde lo alto de la torre, y la verdad es que no nos han defraudado. Eso si, si pensabais hacer fotos desde el restaurante, os diré que no es muy sencillo... el giro de la plataforma no permite que salgan muy buenas fotos, pero siempre quedarán las vistas en nuestra retina...
Después de la cena, las vistas, y pisar el vidrio de lo alto de la torre, nos vamos al hotel a descansar. El cansancio ya pesa, y mañana queremos madrugar para dar nuestro último bocado a Canadá.
Madrugamos para aprovechar nuestras últimas horas en Toronto. Queremos disfrutar de las vistas desde el parque situado al otro lado de la bahía, así que cogemos un ferry que nos lleva a las islas de Toronto, que se llenan de gente que va a disfrutar de mil y una actividades los domingos: patinaje, canoas, jogging, caminar, un picnic, hay para elegir... La verdad es que es sorprendente, porque al menos el fin de semana está lleno de gente que va y viene en los ferrys, cada cual a hacer lo que más le gusta.
No sólo impresiona esto, sino la estupenda vista que se tiene de la ciudad.
De vuelta a la ciudad, y de camino al hotel, hacemos parada para ver el edificio del Royal Bank of America. Este edificio tiene una peculiaridad, y es que el vidrio de sus cristaleras se bañó con oro de 24 kilates, lo que le da un brillo y un color muy especial. Parece ser que esto se hizo para que hiciese de aislante térmico, y así ahorrar coste de calefacción, eso sí, el vidrio ha costado un millón de dólares, y no os hagáis ilusiones, está fabricado de tal modo que el oro no es recuperable. Este edificio también está conectado con el PATH.
Algún detalle que olvidaba comentar: Coincidiendo en fechas con nuestra estancia en Toronto, estaba el Festival internacional de cine de Toronto. A no ser que vayáis con la intención de disfrutar del festival, mi consejo es que intentéis evitar las fechas, ya que todo es más caro, y es más complicado de reservar. Realmente nos costó encontrar alojamiento, y no encontramos lo que buscábamos, que era un B&B. Incluso para irnos al aeropuerto, nos recomendaron reservar taxi con antelación, y salir con bastante tiempo, ya que se suponía que iba a haber atascos cerca del aeropuerto, porque el domingo era el día de retirada del Festival, así que si es posible, evitadlo.
Dicho esto, nos queda poco tiempo ya, así que nos damos un paseo en el tranvía, por eso de probarlo, paramos a comer algo, nos vamos al hotel a recoger el equipaje y camino al aeropuerto, no sin sorpresa, ya que igual que super estrellas, el taxi que nos espera es una limusina!
Y hasta aquí nuestro pequeño bocado a un gran país!!!
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