El destino de nuestra nueva etapa es el parque de Pointe Taillon, pero para poder disfrutar el camino con calma haremos parada y noche en Alma.
Pero antes de esto, viajaremos siguiendo el río Saguenay. Lo cierto es que aunque se podría parar en un montón de puntos para disfrutar del parque marino del Saguenay, no hacemos parada hasta llegar a Chicoutimi. Es uno de los pueblos más conocidos, principalmente, porque desde Tadoussac, no hay ningún punto antes, por donde se pueda cruzar el río, pero quitando esto, no tiene demasiado encanto.
Haremos noche en Alma, en el B&B LE 50 RUMFELDT
B&B LE 50 RUMFELDT. 50 Rumfeldt, Alma, Quebec, G8B 3S1.
www.gitescanada.com/12816.html
El B&B 50 Rumfeldt, es maravilloso, limpísimo, acogedor, confortable. Está situado a las afueras de Alma, en un barrio residencial, tranquilísimo. Pero lo mejor del alojamiento no es la vivienda ni su ubicación, sino sus propietarios. Un matrimonio de recientes jubilados, jovial, agradable, amabilísimo y encantador, que hicieron que nos sintiésemos como en nuestras casas. Totalmente recomendable si Alma coincide en vuestra ruta.
Alma es un pueblo pequeño, que resultó ser una buena elección. Llama un poquito la atención el estilo Americano del pueblo, en contraposición con lo francófono que nos está resultando todo hasta el momento. Aprovecho para deciros, que ciertamente en la provincia de Québec, son proteccionistas con lo francés, principalmente con el idioma, aunque no únicamente. Si sabéis hablar algo de francés, agradecen el intento, y creo que están más predispuestos a la amabilidad. Es curioso ver que la gente mayor, apenas habla el inglés, aunque esto no sucede con los jóvenes, que suelen ser bilingües.
En Alma, disfrutamos de una cena típicamente americana, en un bar llamado Unión, siguiendo la recomendación de nuestra casera.


Este día no damos para mucho más.... empieza a notarse el cansancio.
Nos levantamos temprano, para visitar el Parque de la Pointe Taillon. El parque presenta un montón de opciones para disfrutarlo. Si vais en verano, tiene una playa a su entrada, en la que se puede disfrutar de un bañito. En septiembre, ya no está permitido, pero además, no es muy recomendable por lo fresquito del tiempo. Se pueden hacer diversas rutas, a pie o en bici, que puede alquilarse en el parque. Nos apetecía pedalear, con lo que decidimos cogernos unas bicis, y hacernos una de las rutas posibles. El camino elegido discurre entre arboleda, paralelo a la orilla del Lac Saint Jean.




A lo largo del recorrido, se pueden coger desvíos que te dirigen por distintas rutas, algunas, que bordean el lago, y otras en cambio, que atraviesan transversalmente la “península” que forma el parque. El recorrido da para un buen paseo en bici, con diversos miradores, e incluso zonas donde poder hacer un picnic… Se acerca el otoño, y aunque todavía los tonos rojos típicos canadienses no se dejan ver demasiado, la vegetación empieza a cambiar su tono…



De nuevo emprendemos camino, dirección a Val Jalbert. Parece que en Canadá son muy proteccionistas con su historia, y les encantan las recreaciones de tiempos pasados, así que nos dirigimos a otro pueblo muestra de ello. En este caso, se trata de la vida del pueblo entorno al 1920. Como también va siendo habitual, hay una cascada (que en su momento se utilizó para generar energía eléctrica), y un funicular que te sitúa en la cabeza de la cascada. Os dejo la web por si os puede interesar: www.valjalbert.com/ ...=animation



Nos llamó muchísimo la atención, ¡¡¡ver una lavadora de aquella época!!! Y los artilugios típicos de las casas de antaño; así como un tela, como si fuese lo habitual en cualquier salón…


No podía faltar tampoco, el típico coche antiguo que sólo tenían los pudientes.


Esto contrasta con las casas más humildes de todo el complejo… algunas de ellas, declaradas en estado de ruina…



Como punto final de este día, haremos parada y fonda en Roverbal.
GITE LA BRISE DU LAC. 493, rue Brassard, Roberval, Québec, Canada, G8H 1B8
www.gitelabrisedulac.com
El alojamiento, y pese a la mala sensación que nos dio en un primer momento, resultó ser muy agradable, y el propietario, un estupendo anfitrión. Como de costumbre hasta el momento, los desayunos son lo mejor,… ummm deliciosos!
Mañana fresquitos y descansados, arrancaremos camino al Parque Jacques Cartier.