Empezamos acercándonos a la franja de muro que el día anterior, al habérsenos hecho tarde, no pudimos ver. Partes del muro siguen ahí en pie, ambos lados, y nos muestran la dimensión de la verdadera “Franja de la muerte”, atravesarla debió ser una verdadero milagro para aquellos que lo consiguieron.
Algunos de los valientes que intentaron atravesar el muro
Después de pasear un rato por el lugar nos fuimos hasta Spandau, yo había leído en algún lugar que era un pueblo medieval bonito y bueno, si tienes días suficientes tal vez merezca la pena ir, pero solo en el caso de que no tengas que sacrificar nada de Berlín por ir a visitarlo. Lo más destacado es su castillo.
Spandau, un bonito pueblo para dar un paseo, además había mercado…
De aquí volvimos a coger el mismo tren y nos bajamos en la parada del Estadio Olímpico. Puedes acceder a su interior previo pago de 7€, lo que no pareció una barbaridad para visitar un estadio, por muy Olímpico que sea… así que nos hacemos la foto de rigor para corroborar que hemos estado allí, y de la mismo nos volvemos a coger el tren para volver a Berlín.
Estadio Olímpico, unas fotos y a otra cosa mariposa
Este último día era el de las cosas pendientes, y cuando hicimos el tour por la ciudad, yo le dije al guía que nos recomendara algún lugar que no sale en las guías y que no debíamos perdernos, y nos habló del Monumento al Socialismo. Está un poco perdido, y alejado de casi cualquier otro punto turístico de la ciudad, pero merece mucho la pena acercarse hasta él.
La madre espera al buen soldado soviético que le trae a su niño
Está en , y además de ser un bonito paseo el propio parque, se trata de un monumento enorme en el que por lado podemos ver a una madre arrodillada esperar como a 300 metros el buen soldado socialista le entrega a su hijo al que pensaba que había perdido…
Las dimensiones de todo el tinglado, además de otras esculturas de soldados rusos que hay por el lugar son XXL, y apenas había gente en el parque, imagino también que porque era invierno y el viento helado que corría no invitaba a darse un paseo, pero, sobre todo en verano, es un sitio para no perderse.
Vimos Checkpoint Charlie por última vez
Con la tontería de ir de aquí para allí ya se nos había hecho casi hasta tarde para comer, así que fuimos hasta Checkpoint Charlie a buscar algún restaurante, ya que por esta zona hay mucho, y encontramos un italiano con unos precios super-buenos y que hacen una pasta y unas pizzas mmmmmmmm. 100% recomendable.
Pizzas riquísimas, la pasta también, un buen sitio para ir a comer
El resto de la tarde la pasamos haciendo compras, para nosotros y regalitos para la gente… quemamos las tarjetas en la tienda del amplemann y en la chocolatería.
Cogimos unos tallarines en el metro y una ensalada en el McDonald’s y cenamos en el apartamento tranquilamente.
Al día siguiente cogimos un taxi muy prontito y el avión de vuelta a casa fue puntual, como no se podía esperar menos de Lufthansa.
Gastos del día:
Comida en el italiano –> 48,50€
Cena “fast food” –> 8,95€