ETAPA 7. (80 Km).
Como de costumbre, nos levantamos temprano y dedicamos toda la mañana a visitar esta ciudad, sede de la Universidad más antigua de Portugal. Y, naturalmente, lo mejor es ir a pie, sabiendo que toca subir y bajar como buena ciudad portuguesa. Menos mal que habíamos seguido nuestra normal habitual de que el hotel estuviese en una zona que permitiera desplazarse caminando a los lugares más interesantes, dejando el coche lejos de los inevitables atascos de tráfico de la zona centro. En nuestras caminatas, pasamos varias veces por la puerta del Jardín Botánico, creado en 1722 y el más antiguo de Portugal, que cuenta con esta bonita entrada:
Iniciamos la jornada en la Universidad por aquello de que como está en lo alto de la colina, es mejor empezar por arriba para decender después. El rey Dinis la fundó en 1290 y en 1537 se instaló definitivamente en el palacio real de Coimbra. A lo largo de los siglos, la Universidad se ha ido transformando, pero se han conservado prácticamente intactos los edificios que rodean al Patio das Escolas: la Biblioteca Joanina, el Pórtico de la Capela de Sao Miguel, el Campanario (que se ve desde toda la ciudad), la Sala Grande dos Actos... La columnata con doble escalera se llama Vía Latina y se añadió en el siglo XVIII.
Este es el Patio das Escolas:
Luego tocó callejear y callejear: en la parte alta, el Arco de Almedina, la Torre de Anto, las dos Catedrales, nueva y vieja… En la zona baja, las calles y las plazas se llenan de animación, con tiendas, bares y restaurantes, hasta llegar a la Praça do Comercio, donde apetece sentarse en una terraza a tomar un refrigerio.
Pórtico de la Iglesia-Monasterio de Santa Cruz en la Praça do Comercio.
Después comemos un estupendo cabrito asado, plato típico de la región. No es que sea uno de mis platos favoritos, pero lo agradecí porque estaba un tanto cansada de que en todos sitios ofrecieran el bacalao como plato estrella. Este fue uno de los días que mejor comimos y a buen precio.
Por la tarde, de camino a Buçaco, nos detuvimos para admirar esta preciosa postal de COIMBRA desde la orilla opuesta del Mondego, con la Universidad y su campanario coronando la colina de Alcaçova:
Por la tarde, de camino a Buçaco, nos detuvimos para admirar esta preciosa postal de COIMBRA desde la orilla opuesta del Mondego, con la Universidad y su campanario coronando la colina de Alcaçova:
El Parque Nacional de Buçaco se encuentra a unos 40 Km. de Coimbra, cerca de la población de Luso. Dicen que es un bosque mágico, retiro monástico desde el siglo VI, en donde los carmelitas construyeron un edificio y cercaron el bosque en 1628 para mantenerse apartados del mundo y… de las mujeres que habían sido excluidas del acceso por una bula papal, cuyo texto (junto con otro de protección a los árboles) se encuentra grabado en sendas placas en las llamadas Puertas de Coimbra:
Todo el lugar es un remanso de paz y realmente merece la pena recorrerlo sin prisas, bajando del coche para pasear por sus jardines, estanques, cascadas y fuentes:
Y tomar un café en el Hotel Palace de Buçaco aunque solo sea para ver un poco de su interior. Lástima no habernos dado el gustazo de pasar una noche en este majestuoso edificio, que se concibió como pabellón de caza en 1907, y que actualmente ofrece esta idílica imagen (con cisne incluido pero con el reflejo un poco estropeado, qué le vamos a hacer):
Por entonces ya habíamos cruzado bastante zonas de bosques, dándonos una imagen de Portugal mucho más verde de lo que pensábamos. Lamentablemente, empezamos a tener noticias de la ola de incendios forestales que asolaban el país y de la que seríamos testigos presenciales en los días siguientes. Además, el tiempo seco y caluroso que nos acompañaba desde que dejamos Lisboa no favorecía el control de los fuegos. Una auténtica pena.