Hicimos el checkout y salimos rumbo a Canyonlands, parando en algunos sitios por lo bonito del paraje por donde pasa la carretera.
Paramos en una pequeña área de servicio ambientada en el lejano oeste para comprar algo de bebida y comida.
Poco más delante está el desvío a la carretera de Canyonlands. Entramos al parque y foto de rigor con el cartel.
Visitaremos la zona de Island in the Sky, en concreto tres de los puntos más importantes del parque ya que no teníamos más tiempo. Nuestro primer destino el punto Green River Overlook, una impresionante panorámica desde lo algo donde a lo lejos se ve un gran cañón excavado en el suelo zigzagueante que me recordaba a las raíces de un árbol.
Cogimos el coche rumbo al siguiente punto, Grand View Point Overlook, otra vista panorámica desde lo alto de un inmenso cañón con forma de pisada de ave. Que ilusión, tantas veces lo había visto en fotos y ahora lo tenía delante de mí
Cogimos de nuevo el coche para volver por donde habíamos venido, pero parando en el siguiente punto importante del parque, Mesa Arch. Aquí hay que hacer un corto sendero hasta llegar a un nuevo precipicio con vistas desde lo alto a otro cañón excavado en el suelo a lo lejos, pero lo especial de este punto es que hay un gran arco de piedra al borde del precipicio donde puedes ver el panorama bajo él. Otro lugar impresionante.
Las vistas de este parque han sido fabulosas. Salimos del parque por donde vinimos y pusimos destino al parque Arches, que estaba a pocos kilómetros.
A este parque se entra por una carretera que no tiene salida, por lo que hay que volver por el mismo sitio para salir. La primera parada fue para ver Park Avenue, una impresionante pared de piedra naranja.
Volvimos al coche para seguir. Como íbamos justos de tiempo fuimos directos al final de la carretera del paque el Landscape Arch, uno de los más famosos. Mientras íbamos por la carretera vimos Balance Rock, un lugar donde hay unos pináculos de piedra que milagrosamente no se caen.
Seguimos por la carretera hasta el final, donde se podían ver unas bonitas vistas.
Una vez allí se coge el sendero que lleva al Landscape Arch.
Hacía mucho calor, y no corría apenas aire. Mereció la pena, ya que el arco es impresionante. Es muy grande y muy, muy delgadito. Dicen que no aguantará muchos años más.
Nos volvimos, ya que el sendero seguía mucho más para ver otros arcos, pero no teníamos tiempo.
Cogimos el coche y volvimos por donde habíamos venido. Por el camino se veían arcos a lo lejos, pero no podíamos desviarnos, no había tiempo. Solo había tiempo para un arco más, ya que no era un arco cualquiera. Nos desviamos para ver el Delicate Arch, el más famoso del todo el parque. A mí me hubiera gustado hacer el sendero que lleva hasta sus pies, pero no había tiempo, así que nos tuvimos que conformar con verlo desde el Delicate Arch Viewpoint, donde se ve desde abajo y a lo lejos, pero por lo menos lo vimos. Que ilusión, ahí estaba, a lo lejos, pero ahí, delante de nosotros. Gracias al zoom de JR lo pudimos ver casi como si estuvieramos allí.
Cogimos el coche rumbo a la salida del parque. Era medio día y nos quedaba un buen trayecto hasta Monument Valley, uno de los platos fuertes del viaje. Pero antes paramos en Moab para comer y comprar un objetivo para mi cámara ya que lo llevaba roto desde San Francisco (por eso no pude hacer fotos como yo hubiera querido, ni zoom, ni enfoques en condiciones...
Pusimos rumbo a Monument Valley mientras disfrutábamos del trayecto con bonitos paisajes con el Wilson Arch.
Más bonitos paisajes con rocas rojizas y redondeadas.
Según nos acercábamos a Monument Valley el paisaje se iba transformando al de las películas del oeste, con montículos con forma de mesa.
Cerca de Mexican Hat, donde nos alojaríamos esa noche, pasamos al lado del montículo que da nombre al pueblo. Un plato de piedra que se mantiene en equilibrio sobre finas rocas.
Pasamos Mexican Hat y en seguida llegamos a la Milla 13, un punto famoso por la película de Forrest Gump y el cual era uno de los lugares que más ganas tenía de ver. Como era por la tarde, la luz no era la mejor, pero al día siguiente por la mañana volveríamos a verlo en mejores condiciones.
Llegamos a la entrada de Monument Valley y pagamos la entrada (5 dólares cada uno) ya que este parque no forma parte de la red de Parques Nacionales. Lo gestionan los indios Navajo. Dejamos el coche en el parking del centro de visitantes y subí corriendo unos escalones que llevan al mirador donde se apareció una de las mejores vistas del viaje para mí.
Ooooooohh!!!!! Ahí estaban, The Mittens, los tres famosos montículos que tantas veces han salido en películas del oeste. De color marrón anaranjado, la luz de la tarde les daba más intensidad a esos colores ofreciendo una vista única. Esta vista es la que más ganas tenía de ver en todo el viaje. La primera sensación fue que los pináculos eran muy grandes y que estaban muy cerca.
También nos hicimos unas fotos con el cartel de Monument Valley donde había una escultura de una familia navaja.
Con el sol ya casi en el horizonte cogimos el coche y salimos del parque para hacer unas fotos del entorno, con otros montículos de roca, matorrales, casas de los navajo a lo lejos...
Ya era casi de noche cuando llegamos a Mexican Hat e hicimos el checkin en nuestro alojamiento, el Mexican Hat Lodge. El lugar estaba muy chulo, con una ambientación típica del oeste. Dejamos las cosas en la habitación y bajamos al restaurante de abajo, de donde subía un olor a carne a la brasa.
Nos sentamos en una mesa y nos pedimos una hamburguesa bien gorda a la brasa. Las hacía un señor vestido de vaquero en una plancha que giraba sobre las ascuas.
Una vez acabamos subimos a la habitación y decidimos ir a ver las estrellas, ya qué el cielo de por allí debería ser impresionante. Y así fue, nos fuimos a las afueras del pueblo y nos salimos a un camino, nos echamos anti mosquitos (que nos estaban rodeando) y miramos para arriba. El cielo era impresionante, negro y con miles de estrellas. La Vía Láctea se veía perfectamente como una nube.
Nos fuimos a dormir. Aquel fue un día muy largo e intenso.