Salimos ya con las maletas pero antes de volver decidimos hacer una última parada en Mondsee para ver la Abadía.
Salimos ya definitivamente en coche rumbo a Oberperfuss (Innsbruck),1 hora y media larga. Comimos en un Mcdonalds de un polígono industrial donde hicimos algo de compra para desayunos y cenas y descargamos.
Nos alojamos en Gästehaus Heis, en el apartamento B, que es un apartamento con dos habitaciones (una doble de matrimonio y otra con tres camas individuales; un salón-comedor (equipado con televisión satélite (tipo movistar Tv pero con los canales en alemán, tres en castellano, un andaluz y dos sudamericanos) dvd, radio cd); cocina completa ( vitrocerámica, nevera con congelador, microondas, sandwichera, cafetera de cápsulas.....; un baño completo con ducha y radio ambiente incluida y wifi gratis.
Lo mejor, las vistas impresionantes y sobre todo la anfitriona Nina, siempre dispuesta a todo lo que necesites. Super atenta y simpática. La única pega sería que no hay persianas y la luz entra muy temprano en la habitación. Y como curiosidad, que en todas las casas tienen bandejas y zapateros en el descansillo de la puerta de entrada para quitarse los zapatos dejando zapatillas para los huéspedes porque no se puede entrar con el calzado de calle.
Se lo recomiendo a todo aquel que quiera visitar el Tirol.
Estas son las vistas desde la casa:
Por la tarde bajamos a Innsbruck dejando el coche en el parking. Esta foto está sacada justo a la salida del parcking.
Increíble la capital del Tirol al pie de los Alpes.
Paseamos por la calle principal Maria Theresien Strasse, cuya instantánea con la montaña al fondo y sus fachadas de colores es imprescindible.
En ella está el Arco del Triunfo y la Columna de Santa Anna. Aunque lo emblemático de la ciudad es el Tejadillo de Oro hecho por orden del emperador Maximiliano I como conmemoración de su boda. También pasamos delante del Palacio Imperial y la Catedral. Y como vamos con niños paramos un ratito a que se columpiaran y jugaran en el Parque Hofgarten.