Con mucha pena empezamos el último dia de viaje. Después del desayuno dimos otro paseo por Kristiansand, pero la verdad que vimos que no daba para mucho más, asi que decidimos irnos a comer a otro pueblo. Eso sí, antes disfrutamos un poco del ambiente veraniego que había sentándonos en una terraza a tomarnos un zumo, en Joe & Juice, una cadena que ya habíamos probado en Stavanger y que te hacen zumos naturales de todos los sabores que quieras, por el "módico precio" de 15 euros....pero estaban buenos.
Asi que otra vez cogimos coche y nos fuimos a Lillesand, a una media hora. Un pueblo muy bonito, muy cuidado... como todos en Noruega y con mucho ambiente veraniego. Dimos una vuelta, pero como no vimos nada que nos convenciera para comer nos fuimos hasta Arendal.
Este ya es un pueblo más grande, con una parte de casitas blancas, más tranquila y residencial y luego la zona del puerto, llena de terrazas. Nos sentamos en una de ellas, muy mona decorada, aunque no me acuerdo del nombre ya comimos. Una lasaña, una pasta y dos coca-colas unos 43 euros, no estuvo mal.... Después dimos otra vuelta por el pueblo y a la carretera otra vez.
La última parada la hicimos en Kragero, como a una hora de Arendal. Otro pueblo muy bonito, pequeño rodeado de pequeñas islas.... encantador, aunque más tranquilo que los otros, pero con cierto ambiente de verano.
Y esta era nuestra última parada antes de volver a Oslo. Allí esta vez nos alojamos en el Confort Hotel Brosparken, cerca de la ópera y la estación. Nos salió unos 115 con desayuno. El hotel está bien, moderno, el desayuno aceptable.
Y nos fuimos a dar nuestro último paseo por Oslo, para despedirnos de este maravilloso país. Cenamos en el Burguer y a dormir. A la mañana siguiente cogimos el tren al aeropuerto y a casita.
Como conclusión decir que Noruega es un país que hay que visitar. Es caro, pero merece la pena. Los paisajes son espectaculares, todo es bonito. De verdad que lo recomiendo totalmente.