Adivinad qué hora era cuando nos levantamos. Sí, ¡las 7.30Am!

El día se había levantado con algo de aire y medio nublado, algo que hasta ese momento no había ocurrido. Casi mejor: ese día teníamos previsto visitar pueblos y sería mejor si el sol no atizaba fuerte (además de que así no me entraría la neura por no estar en la playa aprovechando en lugar de comiendo ensaimadas

Tras desayunar, cargamos los trastos y el Peugeot 108 nos llevó hacia Valldemossa (1h 15 min de camino). Sobre las 10.30 estábamos allí. Aparcamos en la abundante zona azul (1hora = 1,5 eur) y nos fuimos a dar un paseo. Precioso, la verdad. Las calles, las casas con ese tono ocre, las ventanas todas en verde, flores aquí y allá, vegetación por todos los sitios… Muy chulo. Y muy lleno de turistas (¡como nosotros!


Aprovechamos para comernos una ensaimada pequeña y una "coca de patata", que es otro dulce similar a la ensaimada en lo que a sabor se refiere.
La siguiente parada iba a ser el pueblo de Deià, pero íbamos justos de tiempo y decidimos saltárnoslo e ir directamente a la cala del mismo nombre. Tras bajar una carretera con unas curvas de risa (o de miedo, según quién conduzca



Eran casi las 12 del mediodía y había que continuar moviéndose. Fuimos a Soler y dimos una vuelta rápida por el pueblo, hasta llegar a la Plaza de la Constitución y ver su iglesia:

Dejamos como tarea pendiente coger el trenecito hasta el puerto, así que tras caminar un poco por el carrer de Sa Lluna, dimos la vuelta para ir a por el coche y emprendimos camino hacia Fornalutx. Qué pueblo, absolutamente precioso. Nos gustó más que Valldemossa y eso es mucho decir:

Estuvimos en Fornatlutx hasta las 2pm. En ese momento, tocaba recorrer unos cuantos kilómetros para ir hasta Selva, donde teníamos mesa reservada en el restaurante Miceli.
El trayecto fue de algo menos de 1 hora (menos mal que cogimos el túnel – 5 eur de peaje, por cierto – porque si no aún no habríamos llegado) así que llegamos puntuales a nuestra mesa. Qué decir de Miceli. Maravilloso



Después de este divino parón en la agenda del día, era hora de continuar con el plan. Siguiente parada: Sa Calobra. 32Km desde Selva y 1 hora de trayecto: de nuevo, curvas de risa (de mucha más risa aún que la bajada a Deià). A quien se maree en las cosas con ruedas, que se lleve un saco de biodramina. Quien por el contrario disfrute, como nosotros, que se prepare para una ruta preciosa por una carretera preciosa en un entorno precioso

Llegamos a Sa Calobra a las 18.15. No esperábamos bañarnos ni nada parecido teniendo en cuenta cómo habíamos visto el mar en Deià y no fallamos: estaba igual de bravo


En todo caso, tengo que decir que esperaba más de Sa Calobra. Está rodeada de restaurantes y todo está como muy "puesto" para el turista. En fin, es lo que hay.
Hicimos tres fotos y echamos patas hacia Torrent de Pareis. Esto sí nos pareció mucho más auténtico (y mira que está cerca de la cala). La excursión por este torrente dura como 6 horas, así que es algo que queda pendiente para futuras visitas. Estuvimos un rato allí sentados disfrutando. Algunos valientes se metieron al agua. Y otros más valientes escalaron uno de los laterales y se tiraron desde tremenda altura. Divina juventud



El reloj se acercaba peligrosamente a las 19.30 y teníamos que decidir qué hacer. Una opción era ir a Pollença y dar una vuelta, pero teniendo en cuenta las carreteras íbamos a llegar tan tarde que estaríamos pensarnos más en irnos al hotel que en pasear por allí. Ni que decir que Formentor, su cabo y su playa quedaban descartados.
Al final, fuimos conservadores: decidimos irnos al hotel directamente y pedimos perdón a la sierra de la Tramontana por no haber podido completar una visita más profunda. Está claro que la zona requiere (y merece) mínimo 2 días, pero como decía al principio del diario teníamos que cortar por algún lado y la perjudicada fue esta zona. ¡Volveremos!

La vuelta fue igual de divertida que la ida y paramos en algunos paradores. La verdad es que aunque llevábamos candela de la buena en el cuerpo, no había mucho cansancio. Fueron 2 horas de coche para llegar a Portocolom. Toda una excursión

Como habíamos llenado bien el buche en Miceli, tocaba cenar en el apartamento y de paso acabar con los restos de la compra del primer día.
Fue un día aprovechado al máximo, con un montón de coche pero que para nada se hizo pesado. Otro día completo, ¡oiga!

