Existe una manera oficial de cruzar la frontera entre Montenegro y Croacia, que puede suponer 1hora - hora y ½ de espera entre ambos puestos fronterizos y una –entiendo- menos oficial que fue la que eligió el conductor de nuestro transfer (40€ 2 personas Aeropuerto de Dubrovnik-Herceg Novi), que no llevó más de 30 segundos en la salida de Croacia y 1 minuto para entrar a Montenegro. En nuestro cambio de país estuvimos los 3 ocupantes de nuestro vehículo más 2 polis por puesto fronterizo. No vimos a nadie más. No sabría deciros exactamente dónde está el desvío para rodear la montaña y después de la frontera estar en unos minutos en Igalo, pero sí explicarlo con un mapa. Por si interesa.
El paisaje durante el trayecto empieza a anunciar la magnitud del país. Tremendo.
Llegamos directamente a Casa di Mare, a una habitación muy sencillita que invitaba a quedarse a vivir en el balcón:
*** Imagen borrada de Tinypic ***y a 3 minutos bajando, la playita.
Como suponía que iba a pasar, Herceg Novi nos encantó. Es una pequeña ciudad no apta para vagos ni flojos, porque está enclavada en una montaña y es escalera constante, una burrada de subidas y bajadas, pero para empezar la ruta no está mal. Cuando caminas por el Stari Grad, se aprecian bien los vestigios de un pasado otomano, veneciano y austrohúngaro. Quizá lo más llamativo sean sus dos fortalezas ambas de la época otomana (si no recuerdo mal), en las que en verano se organizan eventos nocturnos.
Las vistas son espectaculares en ambos casos:
Desde Kanli Kula:
*** Imagen borrada de Tinypic ****** Imagen borrada de Tinypic ***
Y desde Forte Mare:
*** Imagen borrada de Tinypic ****** Imagen borrada de Tinypic ***
(mira que le gustaba a Tito hacer piscis en el mar…)
Sin embargo, lo que más nos llamó la atención fue la Fortaleza Española -Tvrdjava Spanjola- en lo alto de la ciudad, ejemplo de un brevísimo periodo de dominación y que, por cierto, nos costó un rato encontrar: tuvimos que preguntar a unas cuantas personas cómo llegar y por el trato recibido (mecanismo antropológico activado) se empezó a vislumbrar que aquello no era Croacia o Serbia.. (no es por dramatizar, es que cuando preguntábamos la peña se daba la vuelta y se iba casi corriendo …).
Una vez arriba, con probablemente un par de kilos menos, el estado de abandono de la Fortaleza no desmerece el paseo:
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Volviendo al Stari Grad, lo que más me gustó, dada mi pura pasión artística por la iconografía ortodoxa, fue la Iglesia del Arcángel San Miguel -Sveti Arhangela Mihaila-, evidentemente serbia:
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Por dentro es un lugar mágico, donde el incienso es tan intenso que se palpa en el aire. No lo fotografié por respeto, porque nadie lo impedía, al contrario que en la mayoría de las iglesias ortodoxas que he visitado en el resto de Europa, que suele estar prohibido.
Lo que empezamos a ver en Herceg Novi se extendería por muchas partes de Montenegro, y es la existencia de iglesias católicas y ortodoxas por igual. En algunas ciudades como Kotor y Budva, incluso hay algunas que han formado parte de ambos cultos (no tengo muy claro si a lo Estadio de San Siro ).
Aquí la Iglesia Católica de San Jerónimo -Crkva Svetog Jeronima-:
*** Imagen borrada de Tinypic ***
El resto del paseo por el centro pasa por laTrg Nikole Durkovica (a tope porque estaban montando un sarao para por la noche, por cierto). Pocos turistas que no fuesen de países vecinos, gente morenísima y guapa a rabiar (serbi@s, seguro …) y mucha vidilla en la ciudad, como siempre he visto en los Balcanes en verano.
Bajando por unas de las mil escaleras infinitas, llenas de bares desparramando decibelios (muy buena música, por cierto, otra vez más por estas tierras), se llega hasta el paseo y las playas, en las que siguiendo el modus operandi de las escaleritas y sus bares, la tranquilidad y el relax brillan por su ausencia…., pero mola
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Al final de este paseo -en realidad al principio, según está tomada la foto-, las playitas están mucho más descongestionadas de ruido, que no de gente, y se encuentra un pequeño jardín botánico que supone un remansito de paz, en el que está la Casa Museo de Ivo Andric. Como no me quedó claro cuánto tiempo pasó el Maestro aquí ni cuánto le dio para escribir, no entramos. Según he leído a posteriori, es un museo dedicado a la Bahía de Kotor o Boka Kotorska, al parecer interesante. Un lugar precioso, de cualquier manera.
Aunque yo no lo visité, leí que el Monasterio de Savina merece una buena visita, y para quien no viaje atropelladamente, el paseíto de 6-7km al borde del mar que separa Herceg Novi de Igalo es maravilloso, pero no tanto este último, que sí que con llegar, tocar la pared y darse la vuelta, vale.
Me he centrado mucho en esta bonita y a veces muy tranquila ciudad, porque creo que es una gran desconocida en la Bahía, a juzgar por lo poco que encontré antes de ir, y para nosotros merece un día de disfrute, al menos. Supongo que me he dejado mucho sin contar, pero nos toca irnos a Kotor.