3er. día Serra de Tramuntana y Palma.
Este día lo destinamos a conocer una parte de la Serra de Tramuntana (Santurario de Lluc, Sa Calobra, Torrent de Pareis, Sóller y Port de Sóller) por la mañana y por la tarde Palma (Castillo de Bellver, el Paseo Marítimo, la Catedral (La Seu), la Almudaina, el Born, el casco antíguo, la plaza Mayor, etc...
La sierra de Tramuntana protege a Mallorca de los vientos fríos del norte. Se extiende en una diagonal sudoeste-nordeste desde Andratx hasta el Cap Formentor, con las mayores alturas de la isla. No son altitudes descomunales, pero configuran un paisaje de alta montaña con un elevado índice de pluviosidad. Un contraste más de esa Mallorca que pasa de la húmeda montaña al clima casi desértico del sur o Migjorn.
Durante siglos, la sierra norte fue una de las zonas menos pobladas de la isla. Pueblos que se defendían de los piratas con torres y fortificaciones, olivares, bosques de encinas que se utilizaban para fabricar carbón. Era también lugar de trashumancia, adonde llegaban los rebaños de otros lugares para pastar durante el verano. Una tierra de dura supervivencia, con gentes que simultaneaban el trabajo en el campo con la pesca y el inevitable contrabando.
De buen mañana atravesamos la isla por el centro, conociendo así la otra Mallorca, sus paisajes del interior, con sus campos de olivos y almendros y los pueblos de Petra y Sineu, que no tienen nada que ver con los de la zona costera, hasta llegar a Inca, a partir de allí comenzamos a subir hasta el Monasterio de Lluc el paisaje es precioso, toda la montaña está llena de pequeñas terracitas y en cada una de ellas unos cuantos olivos. (¿Cómo se lo deben hacer los campesinos para acceder a esas laderas para trabajar los olivos? Tiene que ser duro de C.) y la carretera llenita de curvas, aviso a navegantes.
EL SANTUARIO DE LLUC se encuentra en un entorno precioso, nos recordó bastante a nuestra montaña sagrada, Montserrat. Las montañas, las celdas donde se hospedan los peregrinos, la virgen que también es morena, la escolanía (Els Blauets).
Lluc es lugar de peregrinación desde tiempos inmemoriales. Su propio nombre (lucus=bosque sagrado) lo indica. Según la leyenda, la imagen de la Virgen de Lluc, morena y de pequeñas dimensiones, fue encontrada por un pastor y un monje entre unas rocas. Fue trasladada a la Ermita de Sant Pere, pero por sí sola regresó al lugar donde la habían encontrado. El milagro ocurrió varias veces, hasta que se levantó una capilla junto al lugar del hallazgo. A partir de esa primera capilla (1268) se fue edificando el conjunto arquitectónico que se convirtió en el principal centro de peregrinación de la isla. El actual templo fue construido en 1691. Cuenta con una amplia hospedería, con más de cien celdas. En el recinto del Monasterio hay un museo y servicios de bar y restaurantes. También es sede de la famosa escolanía de los «Blauets», la más antigua de la isla. Podéis escucharlos cantar sólo durante el periodo escolar de lunes a viernes 11:15 & 16:45 y domingos a las 11

Visitamos las celdas donde se alojan los peregrinos y el santuario.
Como le teníamos cogido el gustillo a esas carreteras, nos dispusimos a hacer la famosísima carretera de Sa Calobra (Culebra) y su nudo de corbata, son 13 Km. para un desnivel de 900 m.
Pero antes paramos a comprar bebida y bocadillos en un chiringuito que había montado en la carretera y suerte que los compramos aquí, por que lo que ofrecían en los restaurantes de Sa Calobra, dejaba mucho que desear y nos pudimos quedar más rato en la cala tomando el sol.
Hay tres forma de acceder al Torrent:
1ª Con barco desde el Port de Sóller.
2ª Con coche o bus atravesando la Serra de Tramuntana.
3ª A pie, pero hay que llegar a Escorça de donde sale un camino que va descendiendo por el torrente hasta llegar al mar, ojo que son 3 horas y piiicooo como mínimo por trayecto, hay que estar en forma, informarse bien antes de subir o bajar de su estado y sobre todo ir bien preparado.

En este lugar la costa se hace abrupta y espectacular. Las grandes montañas caen sobre el mar en precipicios y torrentes, y apenas hay puertos o refugios. En este marco tan especial se encuentra la zona de Sa Calobra y en él un enorme desfiladero abierto en la piedra con rincones que parecen salidos de un mundo perdido. El Torrent de Pareis (Torrente del Paraíso), es uno de los típicos recorridos turísticos de la isla.
El nudo de corbata, famosa curva de la carretera.
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Hay que hacer caso de las señales de preferencia de paso.
Ya sabeis porqué

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Al final de la carretera nos encontramos con la Cala de Sa Calobra, que es donde llegan los ferrys del Puerto de Soller que hacen el recorrido por el mar (por cierto el parking libre es pequeño y hay de pago, 6 € día). También hay un hotel y varios restaurantes de selfservice, todos con los mismos precios.
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Cala Sa Calobra
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Torrent de Pareís
Cala Sa Calobra
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Torrent de Pareís
El camino desde Sa Calobra hasta el Torrent no es corto y si hace calor se agradecen los túneles peatonales que hay en la montaña, pues se está fresquito en su interior y recuperas el aliento mientras vas caminando.Desde aquí se puede recorrer la desembocadura del Torrent de Pareis, un gigantesco desfiladero que se interna por las entrañas de la sierra. El paisaje es impresionante, ya que conserva la integridad y el silencio de hace siglos.
Para llegar al Torrent hay que pasar caminando por ese tunel.
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Pues ese día hacía un calor bochornoso, aunque la playa es de piedras y guijarros (recomiendo zapatos de agua) y el agua estaba fresquiiiita, venía de gusto darse un chapuzón. Como en la orilla había muchísima gente el agua estaba turbia, así que me puse las gafas de buceo y me fuí hacer snorkel más a dentro. Preciosos el fondo marino, la cantidad de peces y algas diferentes, incluso pude ver algunos pulpos y sipias.
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Cala Torrent de Pareís, cuando se llena y en un momento de poca gente
Cala Torrent de Pareís, cuando se llena y en un momento de poca gente
Varias cosas que nos llamó la atención.
Una era que cada vez que llegaba un ferry se acumulaba una cantidad de gente en la pequeña playa, que se hacía imposible acercarse al agua. La suerte es que no se estaban demasiado, pues tienen el tiempo justito.

Las paredes del torrente parecían como si un monstruo gigante se hubiera dedicado a rasgarlas con sus garras.
Y otra es que dentro del valle hay un escenario labrado en la misma roca, nos explicaron que debido a la inmejorable acústica del lugar, se celebran conciertos y algún festival de música por las noches de verano. A quien tenga posibilidad de ir y le guste la música, puede ser una experiencia inigualable.
Si queréis hacer la prueba, subiros al escenario y GRITAAAARRR.

Qué adjetivo le pondriais a esta imagen que he encontrado del Torrent?
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Como me hubiera gustado haber sido el protagonista de la foto!
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Como me hubiera gustado haber sido el protagonista de la foto!
Por la tarde continuamos con nuestra visita por la Serra. Los paisajes de este entorno natural tan singular nos cautivaron.
Por la carretera dirección a Sóller pasamos junto a los embalses de Gorg Blau y Cúber. Pasado este último embalse hay una carretera que te lleva hacia el Puig Major de 1450 m., no nos atrevimos a subir mas que nada porque el coche iba en reserva, pero debe ser preciosa la panorámica desde su cima.
Al borde del embalse del Gorg Blau se contempla una columna de piedra, trasladada desde uno de los santuarios talayóticos que se encuentran enfrente.
El Mirador de ses Barques es otra de las atalayas de la costa. Allí comienza el Camí de sa Costera, que conduce hasta el espectacular salto de agua del mismo nombre. Es otra de las excursiones más conocidas de la isla, pasando por las «possessions» de Bàlitx d’Amunt, Bàlitx d’en Mig y Bàlitx d’Avall. En total son unas tres horas por buen camino.
El valle de Sóller, situado entre las estribaciones montañosas más altas de la isla, es un mundo aparte dentro de Mallorca. Famoso por sus naranjos, vivió durante mucho tiempo de cara a Francia, hacia cuyos puertos embarcaban sus productos.
Dice la leyenda que los navegantes percibían desde alta mar el aroma perfumado de los naranjos y limoneros que constituyeron su principal riqueza. Sóller exportó masivamente sus cítricos al sur de Francia, y así se formó una burguesía que habitaba en mansiones modernistas, y vivía de espaldas al resto de la isla pero abierta hacia las rutas marinas.
La iglesia parroquial tiene un aspecto inconfundible, ya que fue reformada por el arquitecto modernista Joan Rubió i Bellver, discípulo de Gaudí, quien la convirtió en la «catedral de la montaña». La plaça de la Constitució es el corazón de Sóller, un rincón animado y acogedor, que recuerda a las plazas del sur de Francia. De allí parte el carrer de sa Lluna, una vía comercial que nos conduce por las antiguas casas de piedra sollericas, elegantes y suntuosas, que sorprenden por los amplios recibidores, siempre abiertos al exterior y con numerosas sillas dispuestas en una especie de ritual de hospitalidad.
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En su valle encontramos pueblos como Fornalutx y Biniaraix que levantan sus edificios de piedra entre el verde de los olivares, los frutales y la visión cercana de las montañas.
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Una vez terminado el descenso llegamos a Port de Sóller y nos cruzamos con el tranvía que viene de Sóller.
La playa muy estrecha, no es de las mejores que vimos, pero el puerto natural es precioso.
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Una vez terminado el descenso llegamos a Port de Sóller y nos cruzamos con el tranvía que viene de Sóller.
La playa muy estrecha, no es de las mejores que vimos, pero el puerto natural es precioso.
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Una de las excursiones mas solicitadas por los turistas que visitan la isla es ésta:
Desde Palma se coge el ferrocarril Palma-Sóller, una auténtica pieza de museo, que durante 27 Km. lleva a los visitantes, atravesando la Serra de Tramuntana através de túneles y puentes hasta el pueblo de Sóller, que hace retroceder en el tiempo a sus pasajeros, una vez en Sóller y de una corta visita facultativa a la población (o no), se sube al tranvía que llevará a los viajeros hasta el puerto de Port de Sóller, otro rato para estirarse en la playa o visitar el puerto sus alrededores (o no), y coger un ferry que llevará a los turistas bordeando la costa durante 45 min. hasta Sa Calobra y Torrent de Pareis, (precio 2009 i/v 22 €) unos regresaran con el ferry haciendo el camino inverso y otros con un autocar subirán por la carretera de Sa Calobra , en dirección a sus respectivos destinos, no sin antes parar en alguna "fabrica de piel, cristal, licores,..." tienda para comprar algo.
Una vez visitadas las dos poblaciones y llenado el depósito del coche, nos dirigimos hacia Palma.
Pregunté la posibilidad de subir por el puerto y no por el túnel pero el empleado de la gasolinera me lo desaconsejó, por la cantidad de curvas que hay y el tiempo que se tarda. Como ya llevábamos todo el día por carreteras muy reviradas decidimos dejarlo para otra vez.
Aquí os dejo una foto que he encontrado de la carretera, por si alguno se decide a subir.
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Cuando llegamos a Palma, nos dirigimos al Castillo de Bellver (Entrada 2009 2'10€, los domingos es gratuito), para ello utilizamos para llegar la autovía de circunvalación a Palma por la salida de Génova (barrio del extrarradio de Palma).
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La ubicación de este castillo único, es la causa de su propio nombre, (Castrum de Pulcro Visto = Castillo de la bella vista), de Bellver.
Se construyó en el siglo XIV por orden del rey de Mallorca, Jaume II, como residencia real, además de recinto fortificado y atalaya sobre la bahía de Palma. Su característica más diferencial es sin duda, su planta circular, prácticamente inédita en la arquitectura gótica militar de su época y acoge en su interior el Museo de Historia.
Una vez finalizada la visita a la zona nos fuimos a Pama, aparcamos el coche donde pudimos (zona azul), y nos dirigimos dirección el Parc de la Mar, donde empezamos la visita de su monumental fachada marítima, en primer lugar pudimos contemplar el edificio de Sa Llotja (siglo XV) uno de los edificios mas logrados del gótico isleño, sede del Colegio de Mercaderes, a su lado el edificio del Consulat de Mar sirve de sede para la presidencia del Gobierno autónomo de las Baleares.
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Fachada de Sa Llotja
Fachada de Sa Llotja
Al otro lado de la Avenida Antoni Maura, al pie de la Almudaina, nos encontramos con unos jardines de inspiración árabe, s'Hort del Rei (el huerto del Rey) y el arco que corresponde al embarcadero de la época musulmana, este es lugar perfecto para descansar un rato y realizar unas cuantas fotos por su singular belleza (cuidado con vuestras pertenencias por esta zona, nos avisaron de que los manguis están atentos a los descuidos de los turistas).
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Los jardines junto a la muralla de la Almudaina
Los jardines junto a la muralla de la Almudaina
A continuación el Palacio de la Almudaina, aquí fundaron los romanos la primera PALMA, en el siglo I a.C. Posteriormente, fue la residencia de los gobernadores musulmanes para convertirse en la corte de los reyes de Mallorca, entre los siglos XIII Y XIV. En su interior destaca la capilla gótica de Santa Anna, donde se celebran numerosas bodas. Actualmente es la residencia oficial del monarca para ceremonias y recepciones (entrada 2009 3'20€).

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Fue construida a partir del siglo XIII sobre el lugar donde se hallaba la mezquita musulmana, hasta que en 1601 fue consagrada. Las reformas sin embargo continuaron, destacando las realizadas por Antoni Gaudí y últimamente la capilla realizada por Barceló, que por estas fechas todavía no estaba terminada y no permitían su visita

Si estris de suerte, y nosotros la tuvimos, podéis ver desde su interior el impresionante rosetón, formado por 1.236 cristales de colores, iluminado por la luz directa del Sol al atardecer. La nave central tiene una altura de 44 m. (Entrada 2009 4€, niños gratis)
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Fachada de La Seu
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Altar mayor obra de Antoni Gaudí
Después salimos a dar un paseo por el Parc de Mar, con unas excelentes vistas al puerto y al lago.
A continuación cogimos la calle Palau Reial, donde se encuentra el Palau March y su fundación con una importante colección de escultura contemporánea, con piezas de Chillida, Henry Moore y Robin, tallas medievales e Vírgenes y belén napolitano (entrada 2009 3'60€), hasta llegar al ayuntamiento de Palma.
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Fachada del Ayuntamiento
Fachada del Ayuntamiento
Estuvimos callejeando por la zona, yo admirando los edificios modernistas que hay por ese barrio, mi pareja los escaparates de las tiendas, hasta llegar a la Paza Mayor, donde había instalado un mercadillo con un montón de paradas y varios pintores trabajando en sus lienzos, ellas se fue a ver las paradas y yo me quedé con los pintores


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Plaza Mayor - - - - Panadería principios siglo XX Forn des Teatre
Plaza Mayor - - - - Panadería principios siglo XX Forn des Teatre
Después bajamos hacia la plaza Weiler para intentar localizar el Forn des Teatre, uno de los ejemplos más interesantes de la influencia del modernismo catalán aplicado a la decoración exterior de un local comercial, luego en la plaza pudimos ver el edificio del Gran Hotel que fue el precursor de los hoteles modernos de Mallorca. También representa la primera muestra importante del modernismo en la isla. El proyecto se debe a uno de los arquitectos más reconocidos del modernismo catalán, Lluís Domènech i Montaner (1903). En la actualidad es la sede de la Fundació Cultural La Caixa.
He encontrado una foto de principios de siglo coloreada del Gran Hotel, que también os pongo, para que veáis el cambio del tiempo en ese lugar.
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Foto antigua del Gran Hotel - - - -Edificio del Gran Hotel--------Can Casasayas y Pensión Menorquina
Foto antigua del Gran Hotel - - - -Edificio del Gran Hotel--------Can Casasayas y Pensión Menorquina
Seguimos hasta la plaça Mercat donde pudimos observar dos edificios idénticos, la casa Casasayes y Pensión Menorquina,(1910) con una influencia muy Gaudiniana, nos recordaron mucho a la Casa Batlló de Barcelona. Bueno no quiero recargar más el diario con este tema, pues tengo demasiadas fotos de los edificios modernistas que fui encontrado, le tengo un especial interés.
Continuamos por la Calle Unió, Plaza Juan Carlos I (¡si hubiéramos sabido lo de las Langostas de sobradada del Bar Bosch!), Paseo del Born y Avda. Jaume III, por esta zona le faltó tiempo, muuuuucho tiempo, a mi pareja, cuando se encontró con las tiendas de moda por todas conocidas(ZARA y compañía).
Peeeero se hizo muy tarde y teníamos que volver a Cala Millor para cenar (prontito, como mandan los cánones guiris). UN SABADO POR LA NOCHE!!!

Mientras circulábamos dirección Manacor, en el pueblo de Algaida, pude ver desde la carretera el edificio del Museo del Vidrio. (en mi primera visita, con el instituto, paramos para ver como trabajan de forma artesanal el vidrio por el procedimiento de soplado a boca) El edificio tiene forma de castillo, la factoría fue fundada en 1719 y tienen un museo con piezas de todo el mundo. (Entrada 2009 gratuita).
Es interesante ver como trabajan los artesanos en directo. Pero por ir de tiendas ya no pudimos parar.

Llegamos al hotel con el tiempo justo, tal como íbamos (yo en pantalón corto
