La llaman Jerusalén de Europa por sus cuatro religiones: musulmana, ortodoxa, católica y judía
Pero vamos a ir por partes: Sarajevo deriva de las palabras turcas Saray-jedive (palacio del gobernador)
Aunque se han encontrado restos de asentamientos neolíticos en la zona, la ciudad en sí se formó alrededor de una fortaleza otomana en el siglo XV.
Este período otomano es de esplendor para la ciudad, que se convirtió en la más importante de los Balcanes y en un hervidero cultural que la situaba muy cerca de Estambul, artísticamente hablando.
A su período austro-húngaro le debe su modernidad, bellos edificios y singularidades como la de ser la primera ciudad europea con sistema público de tranvía.
Esa soy yo, en el puente latino
(para algunos héroe y para otros villano) desencadenando la Primera Guerra Mundial.
En la esquina hay un museo y algunas fotografías de la época
Aún se mantienen el pie lo que fueran los muros del gran caravansar de Gazi Husrev Bey, justo al lado del mercado.
¿Multiculural? Pocos metros separan este minarete de la torre del reloj ¿Tan difícil es vivir en paz?
Es una zona muy animada, especialmente a la caída de la tarde.
Para la reconstrucción de esta iglesia, el gobierno griego ofreció su ayuda pero, desgraciadamente, estalló la crisis y la bancarrota del país vecino y se cerró el grifo., peeerooo.. el pueblo griego decidió que se podía financiar la reconstrucción con donativos privados, voluntarios, y así fue como se consiguió que hoy en día luzca así de bella.
Sarajevo está llena de placas de agradecimientos y a mi ciudad, le han dedicado unas cuantas (en la villa olímpica y aquí mismo)
Me comenta Amela que el primer envío de ayudo humanitaria procedía de Barcelona y que siempre supieron de la empatía y solidaridad entre estas dos ciudades.
Gran parte de su representación es sefardí, que fue acogida por los judíos de Bosnia tras su expulsión de España.
Esta vieja sinagoga es actualmente un museo pero no alberga la reliquia más importante de la comunidad sefardí (está en el Museo Nacional): se trata de la Hagadá de Sarajevo, el manuscrito medieval creado en Barcelona y traído por los judíos de la Corona de Aragón que ha sobrevivido a inquisición, holocausto nazi y otras muchas guerras gracias al ingenio de sus guardianes.
Resulta casi surrealista pensar que en a penas una cuadra urbanística tengamos 4 grandes religiones representadas, aunque, eso sí, ninguna torre podía sobrepasar en altura a los minaretes de la mezquita.
Las financian sobre todo desde Arabia Saudí y Pakistán, y, en palabras de los propios bosnios, son demasiadas en proporción al número de creyentes practicantes. De hecho, hay poblaciones cuya nueva mezquita tiene más aforo que habitantes.
Uno muy bonito estaba dentro de este antiguo caravansar restaurado, con decoración de oriente medio donde no se sirve alcohol ya que se considera zona musulmana.
Este bazar recuerda mucho a los de Turquía.
Seguramente habrá productos de importación asiática, pero en esta calle del Cobre, se oye el repiqueteo de los artesanos.
Cada calle tiene su gremio, joyas, especias, alfombras, cobre...
Me olvidaba de glorificar la comida bosnia.... bufff... contundente, aromática, sabrosa... de régimen, vamos..
Muy dificil resultaría convertirse en vegano aquí, con esos Ćevapi, esas verduras rellenas de carne, cordero, pato...
Y los dulces... auténticas delicias turcas.
Ha sido medio día intenso pero lo que vamos a ver esta tarde merece ser tratado en profundidad, así que volveré a separar en otra etapa.