Domingo 6 de agosto
Nos levantamos, desayunamos en la autocaravana unas galletas que compramos en una tienda de la Cité y pusimos rumbo a La Rochelle. 512 km.
Llegamos por la tarde. Aparcamos y dormimos al lado del paseo del puerto, en un sitio donde había más autocaravanas, gratis y donde estuvimos genial.
La Rochelle es un precioso pueblo de costa, con puerto y muchas tiendas y restaurantes. Dimos un paseo por la zona, la niña cogió la bici para pasear y nosotros fuimos andando. Nos comimos un helado, nos fuimos a la autocaravana para una ducha rápida y salimos a cenar en una terraza al lado del puerto, el restaurante Di Venezia, donde nos comimos nuestros primeros Mules et Fries (mejillones con patatas fritas) y la peque una estupenda pizza. Deliciosos los mejillones!!!
Y aquí también empezó el fresco que nos acompañó el resto del viaje, pero que nos permitió dormir la mar de bien cada noche.