Tras un nuevo desayuno en casa de nuestros amigos, partimos hacia el otro lado de la frontera. Hoy visitaremos San Juan de Luz. Se trata de una bonita ciudad costera situado a 35 Kilómetros de San Sebastián. Se encuentra en una tranquila Bahía en el Golfo de Vizcaya y es en parte conocida por ser un asentamiento de corsarios durante el S XVII.
Comenzamos la visita bajando de la parte moderna, donde aparcamos, al casco antiguo. Éste está repleto de tiendas de todo tipo: ropa, productos típicos, dulces, quesos, etc. Y en plena zona comercial nos encontramos con la original Iglesia de San Juan Bautista. Construida entre los S.XV y XVII la parte exterior es bastante austera pero su interior sorprende bastante. Posee un impresionante altar barroco del SXVII. En ella se celebró la boda entre Luis XIV de Francia y la Infanta María Teresa de España que puso fin a muchos años de rencillas entre los dos países.
Llegando casi al puerto encontramos la Plaza de Luis XIV, la más animada de la ciudad donde se encuentra el ayuntamiento, La casa de Luis XIV, donde éste esperó durante 40 días a su futura esposa y un buen número de restaurantes. Desde esta plaza a través de una atractiva calle se accede al paseo marítimo, donde se encuentra la “Playa Grande”, una bonita playa de arena fina con muy buenas vistas.
Visto el pueblo, decidimos, aconsejados por Gemma y Miguel, hacer el camino de vuelta por la carretera de la costa y de verdad que vale la pena. Al salir de San Juan de Luz nos encontramos con un bonito faro y un par de quilómetros más adelante una de esas joyas que no mucha gente conoce: Unos acantilados con Flysch , quizás no tan espectaculares como los de Zumaia pero igualmente encantadores.
Tras esta agradable sorpresa, seguimos la carretera hasta la frontera , que cruzamos a través esta vez de Irún para finalizar nuestra estancia en San Sebastián con una agradable comida en casa de nuestros queridos amigos, que yo creo que son algo más que eso.
Sobre las 5 de la tarde emprendemos el viaje de vuelta a casa, pero antes nos espera Pamplona, que está a menos de una hora de camino por una autovía de montaña bastante interesante. Pasadas las 6 de la tarde, y tras realizar el Check-in en el Hotel NH Pamplona-Iruña Park (144 € sin desayuno) nos disponemos a realizar una visita rápida del centro de la ciudad. Caminado unos 15 minutos llegamos la Ciudadela, construida entre los S. XVI y XVII ofrece un entretenido paseo por sus jardines hacia la zona vieja de la ciudad.
Tras callejear un rato llegamos a la Plaza del Castillo que está completamente repleta de gente, hay un ambiente espectacular con actuaciones callejeras y entretenimiento para todas las edades.
Visitamos el famoso monumento al encierro, que para variar está plagado de turistas haciendo las fotos de rigor, y pasar junto a la plaza de toros, decidimos ir a cenar unos Pintxos, y que mejor que acudir a la emblemática calle Estafeta, concretamente al Bar Fitero, donde cenamos fenomenal con un personal muy atento. Estamos muy cansados, con lo que decidimos regresar al hotel. La verdad es que queda un poco lejos con lo que al llegar al final de la Calle Mayor, saliendo ya del casco antiguo decidimos coger un Taxi que nos lleve de vuelta al hotel. Son las 10 de la noche, Estamos agotados y mañana regresamos a casa.


Comenzamos la visita bajando de la parte moderna, donde aparcamos, al casco antiguo. Éste está repleto de tiendas de todo tipo: ropa, productos típicos, dulces, quesos, etc. Y en plena zona comercial nos encontramos con la original Iglesia de San Juan Bautista. Construida entre los S.XV y XVII la parte exterior es bastante austera pero su interior sorprende bastante. Posee un impresionante altar barroco del SXVII. En ella se celebró la boda entre Luis XIV de Francia y la Infanta María Teresa de España que puso fin a muchos años de rencillas entre los dos países.



Llegando casi al puerto encontramos la Plaza de Luis XIV, la más animada de la ciudad donde se encuentra el ayuntamiento, La casa de Luis XIV, donde éste esperó durante 40 días a su futura esposa y un buen número de restaurantes. Desde esta plaza a través de una atractiva calle se accede al paseo marítimo, donde se encuentra la “Playa Grande”, una bonita playa de arena fina con muy buenas vistas.


Visto el pueblo, decidimos, aconsejados por Gemma y Miguel, hacer el camino de vuelta por la carretera de la costa y de verdad que vale la pena. Al salir de San Juan de Luz nos encontramos con un bonito faro y un par de quilómetros más adelante una de esas joyas que no mucha gente conoce: Unos acantilados con Flysch , quizás no tan espectaculares como los de Zumaia pero igualmente encantadores.





Tras esta agradable sorpresa, seguimos la carretera hasta la frontera , que cruzamos a través esta vez de Irún para finalizar nuestra estancia en San Sebastián con una agradable comida en casa de nuestros queridos amigos, que yo creo que son algo más que eso.
Sobre las 5 de la tarde emprendemos el viaje de vuelta a casa, pero antes nos espera Pamplona, que está a menos de una hora de camino por una autovía de montaña bastante interesante. Pasadas las 6 de la tarde, y tras realizar el Check-in en el Hotel NH Pamplona-Iruña Park (144 € sin desayuno) nos disponemos a realizar una visita rápida del centro de la ciudad. Caminado unos 15 minutos llegamos la Ciudadela, construida entre los S. XVI y XVII ofrece un entretenido paseo por sus jardines hacia la zona vieja de la ciudad.

Tras callejear un rato llegamos a la Plaza del Castillo que está completamente repleta de gente, hay un ambiente espectacular con actuaciones callejeras y entretenimiento para todas las edades.


Visitamos el famoso monumento al encierro, que para variar está plagado de turistas haciendo las fotos de rigor, y pasar junto a la plaza de toros, decidimos ir a cenar unos Pintxos, y que mejor que acudir a la emblemática calle Estafeta, concretamente al Bar Fitero, donde cenamos fenomenal con un personal muy atento. Estamos muy cansados, con lo que decidimos regresar al hotel. La verdad es que queda un poco lejos con lo que al llegar al final de la Calle Mayor, saliendo ya del casco antiguo decidimos coger un Taxi que nos lleve de vuelta al hotel. Son las 10 de la noche, Estamos agotados y mañana regresamos a casa.