Bilbao, España — jueves, 3 de julio de 2014
El viaje de Cádiz a Bilbao fue de 16 horas y en el ínterin fuimos chequeados por la Guardia Civil, que mas que eficiente peca de paranoica, pero, es la ley.
Eso sí, muy correctos...
Llegamos a media mañana a la capital vascuence, a eso de media mañana y no estaba lloviendo, para varia un poco.
Encontré hospedaje en el Albergue de los Peregrinos de Bilbao, pero lo pague caro porque de las tres noches que allá estuve, dos de ellas tuvieron una competencia de ronquidos entre dos de los tres que ocupa vamos una habitación de cuatro y la tercer noche, cuando los activistas roncadores se habían ido, y quedaron otros dos pero de mansa presencia al dormir, quedaría yo tan, pero tan traumatizado, que lo que me dio fue insomnio y casi ni dormí.
Luego, han cambiado el equipo del restaurante y los desayunos son escaso y las comidas caras y pobres. Ya vendrán tiempos mejores.
Los demás servicios están bien.
De todas formas es un lugar bueno para llegar, si no conoces nada mejor y es el paquete que le vende a los otros europeos que han soñado toda su vida con hacer el camino de Santiago, cualquiera que sea este camino.
De igual manera yo pase poco tiempo en la que es la más bella y mejor capital de toda Europa, la ciudad donde nací.
Compre un plastcico por tres euros, lo cargue con 5€ mas y me fue por euskatren a ver Gernica, el alma del pueblo vasco y tristemente celebre por el bombardeo boche de paternidad tapa amarilla, (si bien los italianos tomaron parte también, saludos a sus progenitoras); BOMBARDEO DE GUERNICA.
En Europa perdonamos, pero no olvidamos y par recuerdos esta el cuadro de Picasso, una obra de arte.

VER: BILBAO
Guernica o Gernika, es un pueblito encantador, aun cuando es pequeño.
Pude ver su asamblea y tanto el nuevo Árbol de Gernika, retoño del anterior hecho papila por el bombardeo.
También vimos, digo vimos, pues me encontré con un pana que resulto ser catalán y nos tomamos unas fotos frente al tronco ya yerto y seco del árbol original de por allá del treinta y pico.
Luego, tomamos el euskatren a Bermeo.
Bermeo tiene una playa maravillosa, muy encantadores los atracadores de barcas y un lindo muelle, luego de eso, su ciudad es pequeña pero acogedora. Visité con mi amigo lo mas que pudimos y luego aunque tomamos el mismo tren de regreso, yo me quede en la ciudad de Durango, que queda en la vía.
Durango, la visite porque siempre me llamo la atención ese nombre, porque hay un Durango en México.
Es una ciudad también pequeña pero con todo. Su principal icono de atención es su catedral, que no es ni gótica, ni románica, sino más bien a lo vasco. De tejas y con grandes alerones al rededor, soportado por regias vigas de madera, que junto con la mampostería se esta cayendo.
Cuando regrese a Bilbao, aun había luz de día. Visité parte del casco antiguo y luego me aliste para pasar la noche e irme al otro día a Tudela en Navarra.