Llegamos a Varanasi en tren desde Agra con un pequeño retraso de 6 horacas. Varanasi es una de las
ciudades más importantes de la India, una de las más relevantes a nivel histórico y especialmente, a nivel religioso, ya que es una de las siete
ciudades sagradas por el hinduismo (como la Meca seria al Islam) y se encuentra a
orillas del río Ganges, considerado sagrado.
El primer contacto con Varanasi me parece un lugar alucinante. En lo bueno y en lo malo. Varanasi es uno de los sitios que más suele gustar de la India por su
autenticidad, pero a veces requiere cierta distancia para no agobiarse. Hay que tener presente que en Varanasi vive más de un millón de personas y al ser epicentro de la religión hindú la
explosión cultural es muy fuerte.
Además de la gente y los olores, tampoco ayuda el
calor sofocante, por lo menos en agosto.
Para más inri, el mes de agosto es el mes de Shiva y Varanasi se convierte en
centro de peregrinación. Reconocerás fácilmente a los peregrinos por ir vestidos de naranja y llevan unos botijos que llenan de agua del Ganges para luego ir hasta el templo dorado a hacer las ofrendas a los dioses. Algunos recorren cientos de kilómetros a pie (¡muchos descalzos!) y vienen de muchas partes distintas de la India.
No te puedes perder la visita al
templo dorado (Golden Temple). Se forman unas colas kilométricas alrededor y luego dentro es un hervidero de gente emocionadísima y con una devoción que no había visto nunca.
Además del agua del Ganges, las flores o la leche son también ofrendas típicas por lo que hay muchos puestecitos para comprarlo. También verás muchos lugares donde venden las cenizas rojas o de otros colores para marcarse un punto en la frente (“tilak”).
Los extranjeros entran por la puerta 2 (ves preguntando, no hay otra forma de llegar a la puerta). Hay que dejar todo en unas taquillas (50 rupias) descalzarse (sí así sin manías, es para flipar un rato), te registran con tu pasaporte y entras al templo a quedarte loco. No puedo expresarlo con palabras, hay que verlo (tampoco tengo fotos porque todo se queda en la taquilla).
Como reflexión personal, es curioso como en el imaginario colectivo de mucha gente los musulmanes parecen ser caracterizados como fanáticos, mientras el hinduismo es una religión más “buen rollera” y yo la verdad que flipé con el fervor y la exaltación religiosa y la importancia crucial que tiene la religión en la vida india.
Obviamente
no te puedes perder el Ganges, el río más importante de la India. Cuenta la leyenda que si mueres cerca del Ganges pasas directo al paraíso ahorrándote las 6 reencarnaciones así que mucha gente viene a los alrededores a morir…
Hay que ir a ver los Ghats.
Los Ghats son las escalinatas que conectan la ciudad con el río que se expanden por toda la ciudad. Hay como unos 90 dónde está lleno de gente y vida. A pesar de ser un río sagrado esta contaminadísimo, pero aun así hay mucha gente bañándose y “purificándose” todo el rato.
El
Ghat Dasashwamedh es de los más famosos y
durante el mes de Shiva hacen una ceremonia bastante brutal de ver cada día a las 19h (aunque creo que hay otras ceremonias allí de manera recurrente). Está plagado de peregrinos y vendedores ambulantes. La gente reza, canta, aplaude, hay gente bailando…
Como era
época de monzones, y había llovido mucho, el río estaba altísimo y casi no se veían las escaleras. Hay que tener en cuenta que en época de monzones puede ser que haya inundaciones…
Desde este Ghat también puedes coger un barco (en un principio nos dijeron que como estaba muy alto el río no se podía navegar, pero luego lo pudimos hacer). La verdad que te lo recomiendo. Ver Varanasi desde el río es toda una experiencia y te da una perspectiva nueva.
Pillamos una barca que estaba llena de indios dónde el precio teórico era 100 rupias por persona para media hora más o menos. Pero a la hora de pagar y cuando ya nos habíamos hecho amigas de bastante gente (después de las fotos de rigor), resulta que el precio oficial eran
50 rupias y nuestros nuevos amigos se enfadaron mucho con el barquero que nos quería timar. Así que esto te puede pasar también, gente de muy buen rollo que solo te quiere bien.
Otro de los Ghats que no te puedes perder es el
Manikarnika, que es dónde está el crematorio más famoso. Sí, sí
crematorio de muertos. Lo que te estas imaginando, pues bastante más.
Ahí lo ves tal cual. En la orilla del río se queman los muertos de las castas más bajas, mientras que en los hornos de arriba, a las castas más pudientes. Los cuerpos se queman durante unas 4 horas.
Obviamente mantén la distancia y el respeto que tú esperarías de una ceremonia de este tipo.
Los cuerpos una vez quemados se tiran al río Ganges. Sí, en el mismo río dónde todo el mundo se está bañando.
Es típico que haya gente que se enganche a los turistas a explicar cosas sobre el ritual y luego pidan dinero. Es interesante lo que te cuentan, así que depende un poco de ti y de las ganas que tengas de escucharles.
Las mujeres no pueden asistir a las cremaciones. La justificación oficial es para que no se tiren a las piras crematorias. La leyenda viene de cuando la mujer de Shiva, que estaba muy apenada por la pérdida de su marido, se lanzó a quemarse con él. Antiguamente, y teniendo en cuenta que las viudas están muy mal vistas en la sociedad de castas India, algunas se lanzaban a la pira para no tener que vivir una vida de miseria o algunas incluso eran forzadas a ello (podéis ver una peli que se llama “Agua” que cuenta un ejemplo de ello). La sociedad patriarcal a veces disfraza sus actos más terribles en leyendas y supuestos sentimientos “femeninos”, hay que tener poca vergüenza. Ahora la presencia de mujeres está prohibida por lo que esta práctica se evita. Como veis, hay mucho camino que recorrer para la igualdad de género…
Aparte de ver las piras crematorias, en los alrededores del Ghat hay también algunos
templos preciosos.
Esta es una de las partes que más me gustó de Varanasi.
La
calle principal de Varanasi es la
Luxa Road donde hay mucha gente todo el tiempo y vacas, taxis, coches, motos y bicicletas comparten espacio. Hay que acostumbrarse al sonido del claxon PERMANENTE y dejarte llevar por la corriente.
Todos los alrededores del Luxa Road son
callejones minúsculos abarrotados de gente y de vendedores de TODO. Aunque lo intentes no vas a poder no desorientarte, así que déjate llevar, piérdete por las callejuelas y abre bien los ojos porque nos vas a dejar de alucinar.
Varanasi es un sitio bastante ideal si quieres comprar artesanía, ropa, etc.
Si estás saturado del bullicio del centro de Varanasi puedes acercarte en tuk-tuk (unas 50 rupias) a la
Universidad. Se trata de un campus inmenso a las afueras dónde puedes husmear dentro de las facultades (me sale la vena socióloga con estas cosas).
En el medio del campus hay un templo muy grande y concurrido. La entrada es gratuita.
En Varanasi nos alojamos en el “Hotel” Old Yogui Lodge que si buscas algo muy barato (430 rupias la habitación doble) no te importa ducharte con un cubo y no buscas grandes lujos, está genial porque está muy bien situado.
Un amigo me dijo una vez “que bien haber estado en Varanasi y que bien que ya no estoy allí” y estoy ¡muy de acuerdo!
¡Qué lugar tan intenso!
.