Desperté sobre las 6.45 para ver la puesta de sol en el desierto de Wadi Rum. Fue muy bonito pero nada comparado con el atardecer del día anterior. Fuimos a desayunar y después preparamos nuestro equipaje. Mientras esperábamos a que nos vinieran a buscar nos ofrecieron té y estuvimos viendo a los camellos que allí tenían. Este era nuestro penúltimo día en Jordania, teníamos que coger el vuelo de Amman a Malta al día siguiente, por tanto el día hoy lo dedicaríamos a conducir con calma hasta Madaba ya que hay unas cuantas horas de camino.
Elegimos alojarnos en Madaba a pesar de ya haber estado allí porqué está tan solo a 30 min del aeropuerto. Contemplamos la opción de quedarnos en Ammán pero no nos veíamos capacitados para conducir por su locura de calles. Vinieron a buscarnos con el Jeep al campamento, nos dejaron en el sitio donde teníamos el coche y emprendimos nuestro camino a Madaba. Nos alojamos en el mismo hotel que la última vez que estuvimos allí, ya que nos encantó el trato y sus servicios. A medio camino entre Wadi Rum y Madaba está Karak y su famoso castillo. Aprovechamos para hacer allí la parada para comer y visitar el Castillo. El castillo es gigantesco y se puede invertir perfectamente una hora para verlo con calma y entrar por sus laberínticos pasillos y habitaciones.
Os recomiendo visitar Karak solo si os viene de paso, ya que aparte de sus castillo no hay muchas más cosas que ver. Lo que sí que os recomiendo, si pasáis por allí, es comer en Adel Halabi Restaurant. Si os gusta ir a lugares poco turísticos y sumergiros en la gastronomía real jordana, este será tu sitio. Comida casera 100%. Cuando entramos el dueño nos recibió con mucha alegría y amabilidad, preguntándonos de donde éramos y que nos apetecía comer. Allí tenía grandes ollas con muchísima comida casera preparada. No hablaba muy bien inglés pero te va enseñando los diferentes platos y vas eligiendo lo que te apetece comer. El señor fue encantador y nos sentimos como en casa. Tras comer nos tomamos un café en el mismo restaurante (os recomiendo probarlo y no porqué esté delicioso sino porque lo preparan de una forma totalmente distinta a la que estamos acostumbrados)
Tras esta parada para visitar el castillo de Karak, comer y comprar una botella de agua, volvimos de nuevo al coche y continuamos nuestro camino muy entristecidos, ya que eran nuestras últimas horas en este maravilloso país. Todo de él fue increíble y es la combinación de su gente y sus lugares lo que hace que este país tenga un encanto especial. Os puedo asegurar que es un viaje que recordaremos toda la vida y que si alguno de los que estáis leyendo esto decidís hacerlo o lo habéis hecho, me entenderéis.
Espero que este Diario os sirva si estáis pensando en visitar Jordania o que os traiga buenos recuerdo si ya lo habéis visitado