Igualada es la capital de la comarca de l'Anoia.
Inicialmente fue un muy pequeño núcleo de población que aparece documentado en 1003. En ese documento se hablaba de una iglesia dedicada a Santa María, relacionada con el monasterio de Sant Cugat.
En el siglo XII se construyeron las primeras murallas de las que se tiene noticia. Se ampliaron en el siglo XIV con la intención de incluir las construcciones del Raval de Capdevila. Una tercera expansión de las murallas se llevó a cabo en el siglo XV, con 36 torres y 10 puertas. Estas murallas permanecieron hasta el siglo XVIII.
De la última muralla, construida en 1468 quedan dos de las siete puertas que tenía. Una de ellas es la de la Font Major, abierta con una bóveda apuntada que da paso a un arco de medio punto adovelado las casas. En 1951 se llevó a cabo una reconstrucción en la que se añadieron las almenas y las arcadas del coronamiento. Se le denomina también portal de Gracia para que, sobre ella, hay una capilla dedicada a la Virgen de Gracia, que fue fundada por la familia Collados.
También se conserva el Portal de Vives, gótico, de los siglos XIII a XV. Igualmente quedan callejones medievales como el de san Roque, porticado, antigua plaza del mercado, o el bonito arco apuntado del Pasaje de San Miguel.
Hacia finales del siglo XVIII se edificaron los barrios de "San Agustín" y el de la "Soledad" (fuera de las murallas). Y en este mismo siglo se construyeron las nuevas curtidurías. De hecho, la piel era y es un sector muy importante en la ciudad.
Llegamos a Igualada en FGC. Al lado está la estación de autobuses. Muy cerca está el Cementerio viejo pero siempre lo hemos encontrado cerrado.
También cerca está el Paseo Verdaguer, una rambla de la ciudad. Mide unos 1,5 kilómetros de largo y parece ser que es el paseo recto más largo de España. Tiene una calzada central para los peatones con plataneros a ambos lados. Es la principal arteria de la ciudad y donde sale todo el mundo a pasear. A lo largo del paseo hay varias casas de principios del siglo XX, modernistas en su mayoría.
El edificio histórico más importante de la ciudad seguramente es la Iglesia de Santa María. Ya comenté que los primeros documentos de la ciudad hablan de una iglesia del 1003 por lo que se cree que los primeros pobladores también sean de esa época.
La iglesia original, románica, se construyó en un importante cruce de caminos entre Barcelona y Aragón.
El edificio que nos encontramos ahora no es románico sino del siglo XVII. En la Guerra civil se usó como mercado y luego tuvo que ser reformada. Es basílica menor desde 1949.
El edificio que vemos hoy en día es el fruto de varias remodelaciones.
Lo primero que nos llama la atención es lo sobria que es la fachada. No hay más adorno que la puerta y un rosetón. Si alzamos la vista por la zona de los laterales quizás sí podamos ver las gárgolas en lo alto de los contrafuertes.

En el interior hay una sola nave y doce capillas. Muchas son de estilo barroco pero reformadas después de la Guerra civil. De entre todas ellas, destaca la del Santo Cristo, del siglo XVIII. Dentro està la copia de una talla gótica del siglo XIV que desapareció durante la guerra civil. Unos murales evocan las supuestas lágrimas de sangre que derramaba la estatua. Parece ser que ese Cristo estaba en la Iglesia de la Mare de Déu del Roser. El 20 de abril de 1590 dos mujeres que estaban rezando vieron que el Cristo lloraba y sudaba sangre. Se consideró un hecho milagroso y se decidió trasladarlo a Santa María y hacer más grande la iglesia, para venerarle y para que pudieran entrar más fieles.
La primera piedra se puso en 1627 y se terminó en 1637. En cuanto a la capilla, se empezó en 1704.
El retablo del altar mayor también es del siglo XVIII.
Mucho más antiguo es el campanario, del siglo XVI, anterior a la remodelación. También es muy austero.
En uno de los ángulos de las paredes exteriores de la iglesia encontramos una fuente. Es la más antigua de la ciudad, del siglo XVIII.
Nos vamos hacia la Plaza del Ayuntamiento. Hasta 1411 había dos plazas, la Major y la del Blat, que se unieron en una sola. En origen era completanente porticada pero ahora solo quedan pórticos en dos lados. En 1910 se derribaron casas que quedaban en medio y se construyó un bonito mercado de carne que solo duró unos 50 años. Después se colocó una fuente pero también se quitó. Ahora solo hay terrazas de bares y restaurantes. En uno de lis lados encontramos el Ayuntamiento. Se construyó en 1883 y es bastante sobrio. Tiene planta baja y dos pisos. En el primer piso, la planta noble, hay un balcón. En el piso superior hay 4 ventanas, muy simétricas, dos a cada lado y en el medio el escudo de Igualada.

Ya comenté que había bonitas casas modernistas en la ciudad. También hay comercios destacados como la Farmacia Bausili, con unas preciosas puertas; la Dolceria Targarona, con decoración noucentista y la Pastelería Pla, con bonitas pinturas en el techo. En esta última se representa, en una pintura de los años 20, una boda de unos angelitos. En 1995 hicieron una escultura de uno de los personajes comiendo chocolate y la pusieron fuera de la tienda. Se llama El Llaminer y es típico tocarle un dedo del pie. Se impone una foto allí.

Muy importante y no sé si tan visitado como se debiera es el Asilo del Santo Cristo. Es una obra muy importante de Rubió i Bellver, que fue discípulo de Gaudí. Data de los años 1931-1944. El conjunto consta de varios cuerpos, entre ellos una destacada torre adosada a la fachada principal, casi a modo de campanario, que le da un aire medieval (está almenado, como si fuera un castillo), y la capilla en la parte posterior, con cimborrio poligonal con cubierta de pirámide. La fachada principal se caracteriza por las galerías que centran los diferentes pisos, la más alta vidriada y con reminiscencias góticas. Esas galerías, al ser varias y estar abiertas, no dan tanto la sensación de estar ante un edificio muy pesado. Está realizado en piedra y también de piedra son todas las decoraciones, como pináculos, crestas, columnas o almenas. Está rodeado de un jardín. No se puede considerar propiamente un edificio modernista, dadas las fechas de construcción. Se hizo gracias a la donación de tres importantes hermanas, vecinas de Igualada. Parece que tiene una iglesia bastante bonita y un claustro. Sigue funcionando como asilo así que no pudimos visitarlo.

Igualada fue y es ciudad industrial. Buen ejemplo de ellos son las construcciones de finales del siglo XIX y principios del XX que abundan. Y también lo es el Museu de la Pell. Para verlo, tenemos que ir al Barrio del Rec.
El Rec de Igualada, que dio nombre a ese barrio, es un canal de riego de tres kilómetros de largo que atraviesa todo el barrio, con el inicio en el Molino Nuevo, de la calle Joan Abad, y el final en el molino de la Abadía. En sus orígenes, esta agua servía tanto para regar los huertos como para hacer funcionar los molinos de la zona, dedicados sobre todo a moler harina. Poco a poco, fueron instalándose fábricas de piel en este barrio, aprovechando el agua del canal. Con el tiempo llevó a haber alrededor de doscientas curtidurías, allá por el siglo XVIII.
La primera curtiduría documentada es de 1345. Hoy en día el sector de la piel sigue siendo importante en la ciudad y aún quedan más de treinta curtidurías en funcionamiento. Se considera, pues, que el Rec de Igualada es el único conjunto patrimonial de Cataluña destinado a esta actividad que existe a día de hoy.
Cuando se pasea por este barrio se ven los regueros (callejuelas que llevan del núcleo antiguo de la ciudad hasta el Rec), las ciénagas (depósitos de obra que se construían encima del canal para poner los desechos), las pasarelas (losas de piedra colocadas sobre el canal para comunicar la entrada de las curtidurías con el camino del Rec) y los contrafuertes adosados a las fachadas de las curtidurías.
El Museo de la Piel de Igualada y Comarcal de la Anoia se fundó en 1954. Es el primero en su especialidad de la Península Ibérica y uno de los tres primeros existentes en Europa. Es una sección del Museu de la ciència i la tècnica.
Las colecciones se reparten en dos edificios de Igualada: la fábrica de "Cal Boyer" y la antigua curtiduría de "Cal Granotes".
"Cal Boyer" era una antigua fábrica textil algodonera de finales del siglo XIX. En realidad tiene dos partes, una de 1897 y otra de 1920. Conserva dos naves y una chimenea, con columnas de hierro colado en la planta baja y celosías de madera en la superior. En este edificio se puede visitar el Museo de la Piel, donde dos ámbitos configuran un recorrido por el mundo del cuero: la piel en la historia, la producción, el uso y significado cultural de la piel en la civilización mediterránea, y un universo de piel que nos acerca a la diversidad de sus usos. También se puede visitar la sección El hombre y el agua que da una visión de diferentes aspectos del mundo del agua relacionados con nuestra sociedad. Es muy interesante porque te explican el trabajo de la piel desde la prehistoria, en Grecia o Roma o cómo se hacían los pergaminos en la Edad media.

"Cal Granotes" es una de las curtidurías más antiguas de Europa. Fue construida en el siglo XVIII y conserva las dos plantas típicas de una curtiduría: la ribera y la planta superior para tender. Actualmente muestra el antiguo sistema de curtir vegetalmente las pieles usado antes de la industrialización.
Se aprende, por ejemplo, que los curtidores al principio tenían sus talleres dentro de la muralla y usaban ésta para colgar las pieles. El olor terrible que desprendía fue lo que obligó a que esos talleres se trasladaran fuera de las murallas y aparecieran nuevos barrios.
Se aprende también que es una industria que aprovecha un material que, de otro modo, no sería más que un residuo.
Vemos objetos, maquinaria, etc. Todo muy bien explicado.
La visita se completa con la llamada Casa de la Fiesta, sobre personajes de las fiestas de la ciudad.
Dejo un enlace con horarios y precios:
museupelligualada.cat/ ...aris-preus
Mucho más reciente, no puedo dejar de destacar mi visita a Railhome, un museo particular del tren en miniatura. El propietario, que a la vez ha construido las maquetas, nos hace de guía y no podemos dejar que quedarnos admirados. He visto varias maquetas de trenes pero creo que pocas tan grandes y espectaculares como ésta. Edificios, paisajes, figuras... de día, de noche, un incendio... Increíble. Se completa con un pequeño museo con placas, gorras, acciones, etc. Muy recomendable. Dejo enlace:
railhome.com/index.html
