Por la mañana estuvimos descansando en el hotel y a antes de la hora de la comida nos fuimos a Cala en Porter. Arriba no había mucha gente comiendo, así que decimos comer en los chiringuitos de abajo. Estaban llenos y había que esperar.

El sistema es un poco caos, porque te sientas en el paseo marítimo y ellos te van diciendo el siguiente. Lo mejor es organizarse entre los clientes, no se porque no apuntan. Comimos en Los Barriles, las tapas a 4.50 euros muy pequeñas. Típicas cosas congeladas, croquetas, tiras de pollo, patatas bravas... los camareros son majos.
Nos fuimos al sitio donde el día anterior nos habían informado y no aparecía nadie. Se pasaba la hora y nos extrañó, preguntamos a los de otra empresa y nos dijeron que estaban más arriba en una furgoneta. Efectivamente ya habían empezado con las explicaciones, no se donde supo la gente el punto de encuentro.
Nos ofrecían ir los 3 en un kayak, pero nos dio por pensar que mejor dos para ir sacándonos fotos. Fue un error no hacerles caso, el que va solo se cansa de luchar contra el viento y va más lento. Para otra vez, siempre como mínimo dos por kayak.

Nos tocó Miguel de guía y nos encantó, un madrileño con mucha gracia y serenidad. Te animaba todo el rato a hacer cosas. Primero te llevan a La Catedral, una cueva a mano derecha según sales de la cala. Después remamos hacia el este para llegar a la cueva de La Luz. Dentro se puedes lanzar al agua y bucear para ver los rayos de luz bajo el agua. El color turquesa es espectacular, así como la cantidad de peces que hay. Luego sales por otra cavidad al exterior.

Ya de vuelta al interior, para subirse al Kayak de uno, alguien tiene que sujetarte el lado contrario. Con dos hay que hacerlo coordinados uno por cada lado. El siguiente sitio fue una zona para saltar desde las rocas con distintas alturas. Aquí solo se puede hacer si llevas calzado (escarpines o californianas).

Luego más remo hasta la Cala Coves, donde puedes ver las cuevas prehistóricas que usaron desde los 60 a 90 los hippies. La vuelta se hizo un poco pesada, pero solo por la visita a la cueva de la Luz merece la pena.
