Hoy nos levantamos con la sensación que va a ser un día espectacular pero también algo duro. Además hacía un día muy bueno, sin una nube, y con algo de calor. Ibamos acoger el funicular de Fuente De para realizar el sendero de los Puertos de Aliva. Pero antes de ello nos acercamos al bonito pueblo de Mogrovejo, con los encrestados picos de Europa como telón de fondo. Aquí se rodó la película de Heidi. Pequeño pero muy coqueto.





Tras pasar parte de la mañana allí, nos encaminamos al objetivo del resto del día: vamos a recorrer la ruta circular de los Puertos de Aliva. De 15 kilómetros de recorrido, nos dirigimos al teleférico de Fuente De. Desde el teleférico ascenderemos hasta los 1800 m de altitud para comenzar el sendero. Creo que el poder subir al teleférico ha sido nuestro único chasco del viaje. Teníamos comprados los tickets del viaje de ida en el funicular a través de internet. Llegamos a fuente De y pasamos yo diría una hora para poder aparcar el coche. La marabunta de turistas ya había llegado a Cantabria, y ese día se ve que decidieron todos subir al funicular. Una vez pudimos aparcar, gracias a que el guardia de los aparcamientos nos dejo pasar para dar vueltas dentro del parking hasta que hubiera sitio, y porque les enseñamos los tickets donde ponía la hora de subida al funicular, nos pusimos a andar hasta llegar a la segunda parte del suplicio: una inmensa cola hasta poder subir al funicular. Total, otra hora más de espera. Evidentemente no preveían tanta gente. Menos mal que el trayecto de ascenso desde el funicular (unos 5 minutos), fueron suficientes para poder relajarnos, pensar en positivo, y disfrutar de las maravillosas vistas que ofrecía el ascenso. Bueno, algunos más que otros por aquello del vértigo. Una vez bajamos del teleférico, estábamos a 1.823 m. de altitud, junto a los grandes macizos de roca caliza. Y tras asomarnos al mirador que hay al lado de la estación del funicular, comenzamos la ruta, pues teníamos ya retraso.



En el primer tramo, el paisaje es de alta montaña, con rocas calizas y montañas peladas con algún nevero. Un paisaje lunar y que la verdad, en un día como el que estuvimos, sin apenas una nube, era una maravilla. Indescriptible. Este primer tramo es de ligero ascenso. Y nos permite ver la magnitud de estas montañas. En la parte más alta del sendero se encuentra una bifurcación a la izquierda por donde se accede a la Cabaña Verónica.





A partir de ese momento comenzamos a descender y llegamos a las inmensas praderas, son los puertos de Aliva. Aquí es donde está el Chalet Real (aquí se hospedó Alfonso XIII). Y un poco más abajo el Hotel Refugio de Aliva. En las praderas vemos pastar a las vacas, las ovejas y los caballos.





Vamos descendiendo y descendiendo hasta que llegamos a la zona de los bosques. Aquí hay de nuevo una bifurcación. A la izquierda, la carretera que te lleva a Espinama, y a la derecha, un pequeño sendero que atraviesa el bosque y que te lleva directamente a Fuente De. Nosotros evidentemente elegimos este camino. Al inicio de este tramo nos llevamos la grata sorpresa de encontrarnos multitud de lirios. Todo un espectáculo. Y tras atravesar el bosque, llegamos exhaustos de nuevo a Fuente De. Y es que aunque el descenso es agradable, la parte del bosque es un continuo sube y baja laderas, que ahí si nos pesaron las piernas. Pero… objetivo cumplido. Un baño en la piscina de los apartamentos y a cenar.




