
Hoy es día de traslado hasta Maspalomas, desde La Culata tenemos algo más de una hora. La carretera es prácticamente toda en bajada y hay una zona que es todo de curvas. Aquí no hacen vuelta ciclista?? Porque tienen una buena subida, algún valiente ya hemos visto subir.
Hay varias zonas para pararse y ver la carretera y por la mitad como un mirador desde donde a lo lejos se ven las dunas.
Aparcamos en coche en el alojamiento, el apartamento todavía no está pero podemos aparcar, está a 10 minutos del mirador de las Dunas, donde el hotel Riu. Así que decidimos dar un paseo hasta allí y ver las dunas de día.
El Hotel Riu tiene en la mitad de sus dos entradas al hotel un pasadizo que es una calle común para que la gente podamos acceder al otro lado del hotel y las Dunas. Aquí hay unas cuerdas que limitan la zona y un cartel en la pared con los caminos por los que en teoría tienes que ir pero vemos a todo kiski por encima de las dunas y por todos lados.
Nosotros vamos por el camino asfaltado de la izquierda y nos metemos a las dunas, por esta zona no hay carteles de nada. Las Dunas son inmensas y es increíble que entre la playa y la ciudad con tanto edificio esté esta maravilla de la naturaleza.

Vamos a comer por la recta de nuestro alojamiento y es todo como sin más, no nos llama la atención ninguno y elegimos un italiano, pedimos una brusquetta, pizza, berenjena con parmesano, prosecco y un coctel (37€).

Como ya el apartamento está listo, nos vamos a descansar un rato y organizar el resto de días que nos quedan por la isla y ver la zona de abajo que hay bastante para ver.
Tenemos un supermercado al lado así que aprovechamos a comprar desayunos y tener algo de picoteo y poder cenar en casa.
Hoy se ha cubierto de nubes el atardecer pero aún así nos acercamos a las dunas para disfrutarlas anocheciendo, ahora hay mucha más gente que antes, aún así es una gozada estar en este entorno tan diferente.
