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Resumen de viaje a la isla de la Palma, octubre de 2010[align=justify]
Voy a intentar resumir nuestro viaje a la isla de la Palma. Simplemente dar una pincelada con algunas fotos de lo que fue una semana tan intensa como inolvidable… De entrada, tengo que decir que ha sido un viaje precioso…
Nos alojamos finalmente en la Hacienda San Jorge, y la verdad es que nos gustó mucho. Disfrutamos de unas instalaciones muy bonitas y cuidadas y de una amable atención por parte del personal del hotel... Éstas son las vistas desde nuestra habitación… los jardines del hotel son muy lindos…
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Lo que menos disfrutamos fue la piscina, porque cuando llegábamos de las excursiones por la tarde, el agua estaba ¡congeladaaa! Aunque algunas personas, alemanes seguramente, parecen inmunizadas al frío, se bañaban como si nada, 0_0
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El primer día visitamos Santa Cruz, subimos a la ermita de la Virgen de las Nieves y luego pasamos por el túnel del tiempo (es cierto, a un lado de la isla nubes grises y al otro, un sol despampanante…) para llegar valle de Aridane, visitamos los Llanos, el Paso y llegamos hasta Tazacorte…. Santa Cruz me gustó mucho, con sus calles empedradas y sus balcones.
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El puerto de Tazacorte es precioso, y en los Llanos hay unas callecitas con unos árboles impresionantes y unas fachadas de casas pintadas por artistas locales con murales numerados …
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Y plataneras por tooooodas partes…. Y eso que dicen que ahora hay pocas…
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El segundo día fuimos al cubo de la Galga. Tengo que decir que es uno de los lugares más bonitos y que más me han impactado de los sitios donde he estado… un verdadero bosque encantado, con esos helechos prehistóricos impresionantes, parece que vayan a aparecer los dinosaurios en cualquier momento… hay muchísima humedad y sudamos de lo lindo, aunque la temperatura era baja, una sensación muy extraña. Pararse allí un rato simplemente en silencio a escuchar el bosque y sus sonidos es toda una experiencia… Subimos hasta el mirador, allí vi por fin literalmente cientos de lagartos al sol, que corrían a esconderse a nuestro paso… en total estuvimos unas cuatro horas caminando…
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Después del cubo nos fuimos hacia el norte, comimos en San Andrés, un pueblito muy muy tranquilo y bonito… nos acercamos a ver el Charco Azul, las piscinas naturales, pero están cerradas por desprendimientos y parecen hasta abandonadas…
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Seguimos ruta hasta las piscinas de la Fajana, éstas sí estaban llenas de gente…
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El tercer día nos fuimos hacia la zona volcánica del sur. Descartamos hacer la ruta de los volcanes de 6 horas caminando y nos fuimos directamente al volcán San Antonio. En la entrada hay camellos que te dan una vuelta por 6 euros, tened en cuenta que los lunes hacen descanso y no están… Se puede caminar un trocito por la cima del volcán, desde allí se ven estupendas vistas del volcán Teneguía…
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Después cogimos el coche y bajamos hasta el volcán Teneguía, hay un camino sin asfaltar que te lleva hasta el mismo volcán, al principio dudamos si meternos por allí con nuestro coche, pero como vimos que otros pasaban, nos decidimos a ir. La verdad que valió la pena, llegas hasta el volcán y puedes pasear libremente por allí y subir a la cima. Desde allí se ve estupendamente el volcán san Antonio en lo alto… el paisaje volcánico es espectacular, sobretodo si no lo has visto nunca, como era mi caso…
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Después de caminar entre volcanes, bajamos al puertecito, al faro, donde están las salinas de Fuencaliente… el lugar es muy bonito, en las salinas puedes ver cómo trabajan y recogen la sal, la empaquetan allí mismo y puedes comprar para llevarte botes de sal fina, flor de sal y sal gorda.
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A la vuelta paramos en las cuevas de Belmaco, son cuevas excavadas en la montaña donde vivían los aborígenes de la isla… hay también piedras con símbolos grabados, petroglifos, que se conservan muy bien…
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El cuarto día subimos por fin al roque de los muchachos y al observatorio astronómico… la carretera es la de más curvas de toda la isla, tardamos poco más de una hora desde los Cancajos, donde está el hotel. Teníamos visita concertada para visitar un telescopio. Quedamos con el guía del observatorio en uno de los helipuertos, al final nos juntamos un grupo de bastantes personas… para pedir visita hay que hacerlo a través de su página web y con días de antelación, porque los grupos son de plazas limitadas. Yo os lo recomiendo, el guía es muy simpático y explica muy bien el funcionamiento de los telescopios. La visita duró más o menos una hora y fue muy didáctica…
La pena es que el día estaba un poco nublado y no pudimos disfrutar de las vistas desde allá arriba de la caldera del Taburiente… ¡parecía una olla de vapor!
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Desde allí bajamos a Garafía a comer, siguiendo las indicaciones del guía, que nos dijo que hacían un potaje de chuparse los dedos… bueno, acabamos comiendo pescado fresco en una plaza junto a la iglesia frente al mar, lo cual tampoco estuvo pero que nada mal…
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Desde Garafía, hicimos algunos kilómetros por las carreteras del norte, viendo dragos y chumberas, que abundaban por todas partes…
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Íbamos parando por la carretera a hacer fotos, hay rincones por la isla de verdadera belleza…
El quinto día lo dedicamos al safari de delfines y ballenas. Cogimos el Fancy II, que sale del puerto de Tazacorte… el capitán es muy simpático… tuvimos suerte y pudimos disfrutar de una manada de delfines que nos acompañó un buen rato. ¡Es indescriptible la sensación de verlos en libertad! Nos dieron la comida a bordo, un potaje de verduras con atún muy rico…. La verdad que lo pasamos muy bien! También llevaban una banana y quien quiso se pudo subir y darse un baño en el mar. Por suerte, tuvimos un día de sol espléndido.
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El sexto día madrugamos para poder fotografiar el amanecer desde la playa de los Cancajos.
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mmmm… qué bonito!
Después nos fuimos hacia los Tilos, a coger el taxi para subir a la casa del monte a hacer la ruta de los nacientes de Marcos y Cordero. Nos llevo seis horas andando, para mí fue bastante agotador, sobretodo la bajada, por un barranco de piedras que parecía no acabarse nunca, acabé con las rodillas temblandoooo…. Pero bueno, puedo decir que valió la pena y que volvería a repetirlo, el lugar es espectacular, los túneles, los nacientes, el bosque de los tilos, el barranco…
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Tuvimos la suerte de compartir esa excursión con una pareja muy simpática, ella era de Lanzarote y él de Las Palmas, El muchacho disfrutó enormemente de la excursión, de cada árbol, de cada piedra, de cada gota de humedad, del silencio y del canto de los pájaros, del sonido del agua… se iba quedando todo el rato el último para poder grabar esos momentos en su cámara y llevárselos con él. Dijo que para él el cielo tenía que ser como aquello…
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¡Ese día caí redonda en la cama! 0_0
Séptimo día: mirador de la cumbrecita. Pues bien, en principio la idea era hacer el barranco de las Angustias hasta la cascada de colores, pero nos dijeron que habían cerrado el sendero por desprendimientos, así que subimos al mirador de la Cumbrecita para poder disfrutar un poco más de la caldera del Taburiente. Para subir al mirador necesitas pasar por el centro de visitantes de El Paso, junto a los Llanos de Aridane, donde te dan un ticket que te permite pasar la barrera por donde se accede a la carretera del mirador. Es mejor ir prontito, porque sino después se llena enseguida el aparcamiento, es bastante limitado. Desde el mirador hay un pequeño paseíto hasta el lomo de las Chozas, éste día sí tuvimos la suerte de disfrutar de unas vistas espléndidas de la caldera… el silencio allá es arrebatador, cedimos a la tentación de sentarnos un rato en silencio a simplemente contemplar el paisaje y disfrutar del aire fresco…
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Desde allí y de camino al centro de visitantes,nos desviamos un poco para ver la ermita de la Virgen del Pino. ¡El pino es gigantesco!!
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La vuelta a Santa Cruz la hicimos por una carreterita que pasa por El Pilar, una zona boscosa con un área de picnic y barbacoas, de allí parte también la ruta de los volcanes. Pasada esa zona y ya cerca del mar, tuvimos la suerte de encontrarnos con los dragos gemelos. La verdad es que pensé que nos iríamos sin verlos, porque no sabía su localización exacta, pero de repente, ahí estaban! Es fácil de todas formas pasarlos de largo, porque no están demasiado bien señalizados desde la carretera y no hay mucho sitio donde dejar el coche…. Me encantó abrazar unos árboles milenarios tan impresionantes…
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Y el octavo día… ¡regreso a casa!
El día que aterrizamos en la Palma tal y como bajamos del avión tuvimos la sensación de que no era la única vez que íbamos a estar allí, y el día que la abandonamos aquella sensación se convirtió en certeza…
Nos llevamos de recuerdo unas dos mil fotografías , unas cuantas vivencias que quedan grabadas en el alma y el deseo de volver a la isla bonita en cuanto podamos…
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Contando con protección desde los años setenta, se ha librado de repoblaciones salvajes. Hay todavía en España bastantes espacios donde disfrutar de la variedad de los bosques autóctonos así que, esta vez uno y en otra ocasión será otro
