Ya de regreso, comentar que nuestra experiencia en el hotel STEIGENBERGER EL TAHRIR en El Cairo fue muy satisfactoria. La situación es estupenda ya que está en el corazón de la ciudad, a pocos metros del Museo de Antigüedades. Las habitaciones bien equipadas, no son enormes pero suficientes. Los baños muy bien, con ducha y mampara (no bañera y cortina, que yo lo odio). En el armario hay tabla de planchar y plancha. La limpieza correcta. El buffet del desayuno está muy bien pero lo que flojea es el servicio si coincide a la vez un grupo numeroso desayunando. Nos pasó el primer día, que había un grupo grande de turistas españoles desayunando porque los recogían a todos a la vez para hacer el tour y claro... El personal era insuficiente y estaban desbordados. Fue un poco caos... Sin embargo los demás días no sucedió eso y desayunamos tranquilamente y bien atendidos.
El personal de recepción es amable pero son muy lentos.
La seguridad en el acceso al hotel es extrema, como en todos los hoteles céntricos: personal de seguridad, perro que rodea el vehículo para detectar explosivos, scanner... En fin.
No probamos la piscina, pequeña pero suficiente para un chapuzón. Eso sí, no es un espacio para el relax ya que se oye el ruido del infernal tráfico de El Cairo.
Creo que la relación calidad/precio de este hotel lo convierte en una opción muy buena para los que busquen un buen hotel en el centro y no quiera pagar los precios de hoteles de lujo cercanos.