Buenas,
Acabados de llegar este domingo desde Fuerteventura. Os dejo lo que hicimos por si a alguien le sirve de algo.
Fechas: 23 de febrero al 3 de marzo (8 días efectivos y 9 noches)
Lo que nos gusta: naturaleza, playas vírgenes y salvajes, pueblos de interior, paisajismo y fotografía.
Lo que NO nos gusta: núcleos turísticos, ciudades sin encanto, compras y turismo de sol y playa.
Servicios contratados - vuelos: Binter. Hubo retrasos en la ida y en la vuelta; en la ida perdimos su vuelo de conexión pero fletaron otro avión para no tener que pernoctar en el punto de conexión (Las Palmas) y asumir traslados, alojamiento y manutención y -en mi caso, que no perdono ni una- ulterior reclamación de los 250 € de indemnización por retraso. Así que ni chicha ni limoná.
Servicios contratados - hoteles: La primera noche en el Hotel Tamasite en Puerto del Rosario (53 €). Personal amable pero el hotel es muy cutre y está algo destartalado, aparte que mal insonorizado, había alboroto fuera y no tiene a/a. Las 7 siguientes noches en Casa Milagrito en Betancuria (536 €). Muy bien, como tener tu casa en la isla. No tenemos ninguna queja. La última noche en el Estudio Prieto (66 €). Razonablemente bien, aunque incómodo por su distribución.
Servicios contratados - coche de alquiler: Cicar. Todo bien, sin ninguna queja. De cada vez me decanto más por las compañías de alquiler locales que no las multinacionales, el problema es conocerlas de antemano.
Servicios contratados - water taxi a isla de Lobos: No recuerdo el nombre de la empresa pero es la que tiene la primera caseta en el puerto. Funcionó bien, fueron puntuales y no tenemos ninguna queja. Tramitamos el pase al islote con la página del Cabildo de Fuerteventura (los cuales fueron muy incompetentes a la hora de responder dudas previas al viaje) y, aunque su página funcione bastante mal desde un móvil, al final pudimos sacar el pase el día anterior. Aunque nadie nos lo pidió, ni antes de llegar ni una vez llegados.
Servicios NO contratados - autobús público: Tiadhe. Nos movimos entre el aeropuerto y Puerto del Rosario en autobús público. No es caro (1,45 € el billete, aunque no sé porqué siempre nos devolvían 0,20 € al pagar dos billetes). Funcionan bastante mal, con retrasos, chóferes maleducados y, en la primera noche que llegamos al aeropuerto y eran las 23:30, ni pasaron. Teóricamente había salidas a esa hora y más tarde pero un taxista se acercó y nos dijo que ya no había más "guaguas". Esperamos media hora más y no vino ningún bus, así que cogimos taxi (16 €).
Localidades que vimos:
Betancuria. Además de verlo pernoctamos 7 noches allí. Es el pueblo más bonito con diferencia, aunque es muy pequeño. Eso sí, en esas fechas estaba muy vacío de gente y no había nada abierto a la hora de desayunar o cenar. Muy poco ambiente.
Pájara. Tiene para ver la bonita iglesia, un par de casas de arquitectura popular canaria y nada más. Se come bien en "Ca' Luisa" y se come muy mal en el restaurante de al lado "La Fonda". En general la tónica de los pueblos en Fuerteventura es ver su iglesia, el molino si lo tiene y muy poca cosa más, sinceramente.
Tuineje. La iglesia y nada más. No merece la pena ir.
La Oliva. La iglesia y su plaza, la casa de los Coroneles (que está en rehabilitación y cerrada a las visitas) y el museo del grano en una casa antigua. El pueblo es agradable pero, como en casi todos los demás, realmente hay poco que ver.
Villaverde. Hay dos molinos que vimos de lejos. No lo paseamos, comimos en el restaurante El Horno muy bien pero comimos mucho y nos sentó como una patada en el estómago.
Tefía. Es un pueblo muy disperso, no vimos nada concentrado. Hay un ecomuseo (de tipo etnológico) llamado La Alcogida que sí que vimos y nos gustó bastante. Tienen animales autóctonos (un par de dromedarios y burros de raza autóctona) y... Bueno, pues los ves y ya está. Hay dos molinos, alejados uno del otro y a las afueras del pueblo.
Tetir. Pueblo de paso. Iglesia, su plaza y poco más. Por cierto, los majoreros sienten especial predilección por los rótulos de letras en todos los pueblos, por pequeños que sean.
Llanos de la Concepción. No hace falta que os paréis, pero aquí vimos una dromedaria en una cerca que fue muy simpática y se enamoró de mi marido. Hay molinos.
Antigua. La iglesia y una casa de arquitectura popular que alberga la biblioteca. Cerca está el museo del queso majorero que, aunque no te interese un museo de estas características, tiene un jardín y un molino muy bonito. Comimos en Mi Sitio un guiso de cabrito majorero que estuvo rico pero encontrábamos astillas y huesecitos todo el rato.
Valle de Santa Inés y Valles de Ortega. No importaría ir. Al segundo hay un molino pero si ya has visto otros pues tampoco merece la pena ir.
Tiscamanita y Toto. Tampoco importa ir. En el primero comimos en Casa Luis de menú del día, bien pero sin ser algo para recordar.
Vallebrón. El pueblo en sí no ofrece atractivo pero el entorno natural sí.
El Cotillo. Más que el núcleo urbano en sí merece la pena ir por el entorno, las vistas despejadas a la costa, tanto a derecha como a izquierda, las vistas panorámicas hacia su playa urbana de piedras, etc.
Ajuy. Imprescindible. Nos gustó muchísimo la playa, el paseo que discurre por los acantilados, las cuevas, etc. No comimos en ningún restaurante porque lo que vimos no nos gustó (camareros estresados, poca educación del personal y mucho guiri).
Vega de Río Palmas. La iglesia y la plaza. Cerca está la "Casa de la Naturaleza", que es un restaurante-cafetería-jardín, muy bonito -aunque caro- y que se sitúa en el punto de inicio de la excursión por el barranco de las Peñitas.
La Lajita. No la recorrimos pero sí que comimos en el restaurante Mirador de Sotavento, que aparece recomendado por aquí. El restaurante fue el más caro en el que comimos y la comida (en nuestro caso una paella ciega) justita. No lo recomendamos.
La Florida. Poblado abandonado en un entorno desolado. Si os van estas movidas podéis hacer fotos chulas por aquí.
Pozo Negro. Pequeño núcleo costero con casitas que parece que fueran antaño de pescadores, aunque ahora no tengan ese uso. Ligeras reminiscencias a Mikonos, por el blanco y azul de las casas y el mar. Entorno bonito y salvaje.
Corralejo. Sólo fuimos para coger el water taxi a isla de Lobos. No nos gustan los núcleos turísticos y a éste, en particular, no le vimos ninguna gracia.
Morro Jable. Aunque no nos gusten los núcleos turísticos éste sí lo paseamos un poco. Tiene un paseo marítimo agradable, la zona del faro -que aunque el faro es feo, si lo ves de lejos y gracias al entorno, tiene su gracia-, y el mirador que está al lado de su anodina iglesia. Todo ello son alicientes suficientes para dedicarle un par de horitas.
Puerto del Rosario. Sin ánimo de ofender creo que es de las ciudades más feas que hemos visto jamás. No teníamos intención de visitarla pero el último día ya nos daba pereza recorrer más km con el coche y quedamos a verla por la tarde. Por no tener no tiene ni un paseo marítimo ni un puerto que destaque, aún así, para pasear y bajar la comida sirve.
Puertito de los Molinos. Enclave también impresionante, con mucho oleaje y vistas muy bonitas. Hay que subir la cuesta que hay a la izquierda, cuando llegas. Los restaurantes que hay son caros y no nos dieron buenas vibraciones.
Miradores que vimos:
Mirador del Valle de Santa Inés. No merece la pena ir.
Carretera FV-30 entre Betancuria y Pájara. Es una carretera sinuosa en la que hay que conducir despacito. Al estar alojados en Betancuria la circulamos bastante. Es una carretera escénica que merece mucho la pena recorrer y pararse en sus miradores, a saber: Las Peñitas, Risco de las Peñas y Barranco del Aceiturno, en orden desde Betancuria. Muy recomendado.
Carretera FV-605 entre Pájara y La Pared. Otra carretera espectacular que pasa zonas de horizontes muy amplios y que tiene, a nuestro juicio, el mejor mirador de toda la isla: el de
Sicasumbre.
Guise y Ayose. Para ver las estatuas de estos antiguos reyes de los majos vale, pero las vistas en sí, que no están mal y que pueden gustar si es el primer mirador que visitas, quedan deslucidas si ya has visto los miradores antes mencionados.
Morro Velosa. Lo mismo que el anterior pero a más altura.
Vallebrón. Se ve la montaña sagrada de Tindaya a lo lejos, y el propio valle en sí. Está bien si os pilla de paso.
Atlántico. No nos mereció la pena y no lo recomendamos.
La Entallada. Un faro situado encima de un promontorio rocoso y que ofrece vistas muy buenas. Es una zona ventosa, aunque bueno, viento hay en todas partes. El faro en sí es curioso, hay una minúscula exposición, pero lo mejor son las vistas. La carretera, en su último tramo hacia el faro, es MUY estrecha, pero con ser cuidadoso y respetuoso no hay problema. Además, vimos pocos turistas por aquí.
Salmo. Se sitúa en el sur de la isla en el istmo de arena que conecta la península de Jandía con el resto de Fuerteventura. Se ve a lo lejos la playa de Sotavento y la propia de El Salmo. Pero más que por las vistas a las playas -que también- a nosotros nos impresionó ver las enormes dunas de arena que forman parte del istmo en sí. Recomendado.
Morro Jable. Se ve la localidad desde uno de sus extremos y desde una cierta altura. Al lado de la iglesia. Está en Google Maps. Vale la pena, sobre todo en un día soleado.
Cofete. Me refiero sólo al mirador. Párate, porque ya que haces el esfuerzo de venir aquí pues no te quedes con el gusanillo de no pararte, aunque hacía un viento tan fuerte, pero TAN TAN fuerte que tuvimos que desistir incluso de hacer fotos. De todos modos podrás hacer muy buenas fotos desde la propia playa y desde la pista en la bajada.
Molinos que vimos:
A nosotros los molinos nos gustan y siempre los visitamos. Vimos los de Tefía, El Roque, Tiscamanita, Villaverde, Llanos de la Concepción (hay uno roto), Valles de Ortega y el molino chorra de Puerto del Rosario. Los más bonitos, para nosotros, fueron los de Tefía, El Roque, Tiscamanita y Llanos de la Concepción.
Playas y otros lugares que vimos:
Cofete. Posiblemente la más espectacular de todas. La carretera parte de Morro Jable, son unos 10 km de distancia hasta la mismísima playa -hay aparcamiento de sobra-, y nosotros tardamos más o menos entre 50 minutos y una hora. Es un tedio la circulación, pero te tranquiliza ver que no eres el único coche no 4x4 que lo intenta. Realmente, si vas a una velocidad de 30 km/h la mayor parte del tiempo y vas con tiento en los tramos donde la pista está ondulada y provoca traqueteo en el coche -y para evitar al máximo el riesgo de pinchazo de neumático-, no es impracticable para nada con un coche tipo Opel Corsa o similar. Vimos Fiat 500 hacerlo. Vimos una apisonadora que allanaba la pista en algunos tramos. Las secciones donde hay que ir con buenas (por la ondulación) son los extremos de la pista (salida y llegada), y aunque hay que subir y bajar una montaña, repito, si vas con la velocidad adecuada no es peligroso. Únicamente tenéis que tener en cuenta que, al menos con Cicar, NO estáis cubiertos por su seguro a todo riesgo, ya que éste no incluye las pistas no asfaltadas. Respecto a la playa en sí, al llegar ves el cementerio, semidevorado por la arena, la cadena montañosa que separa esta parte de la isla y protege la de Sotavento, y un inmenso arenal. Es todo virgen y salvaje, y la vista no alcanza el horizonte. Son 14 km de playa y lo que hicimos nosotros fue llegar sobre las 10:30 AM e ir caminando por la playa hacia la izquierda hasta llegar a unas rocas grandes. Paisaje de escándalo, y eso que no la vimos entera, claro. En total anduvimos unas 2 horas. Esperamos en el coche para descansar y, aunque en un principio queríamos esperar para ver la puesta de sol, nos dio algo de canguelo volver con oscuridad. Al empezar a bajar el sol se ven bien las montañas -aunque en nuestro caso debía haber algo de arena en suspensión-. Oleaje tremendo, nadie nadaba, aunque un pavo se metió en el agua y oímos a un señor canario que parecía que hacía de guía de turistas españoles diciendo que en esta playa se habían tenido que rescatar bañistas y que incluso había habido muertos. Sinceramente, hay que ser tontísimo de remate para meterse en el agua con dicho oleaje. A lo sumo os bañáis los pies y punto. Ir a Cofete nos hizo desistir, en los días siguientes, de ir a la punta de Jandía, por tener que repetir el circular por dicha pista. Llevar agua suficiente y comida, aunque creo recordar que había un restaurante por ahí perdido. También se ve la casa de los Winter pero parece ser que las leyendas que cuentan de dicha casa son sólo eso: leyendas.
La Pared y Viejo Rey. Muy bonita y salvaje, aunque tenga una urbanización detrás. Muchísimo viento también, pero vale la pena subir por la pared rocosa (es fácil) y ver la línea de costa.
Garcey. Quisimos ir pero al final desistimos. Son bastantes km y la pista fue, en todo el tramo que hicimos, ondulada y con traqueteo constante.
Sotavento. Espectacular. Rodeada de dunas de arena impresionantes, y "piscinas" naturales. No vimos a nadie nadando pero sí a gente paseando por la playa y haciendo fotos. Es muy fotogénica.
Isla de Lobos. Son 16 € ida y vuelta por persona o 13 € si resides en Canarias o en Fuerteventura, y creo que todas las empresas cobran lo mismo. Rodearla a pie, por los senderos señalizados (hay cafres que van por donde les sale de ahí) supone oficialmente 2,5 horas pero entre paradas para merendar, para echar fotos y algún pis fortuito, se os va hacia las 3,5 horas. Luego el deambular por el Puertito, con sus aguas turquesas y ya está. Nosotros cogimos la primera salida a las 9:45 y acordamos la salida de Lobos a Corralejo a las 14:30. No nos quedamos al restaurante porque no nos inspiró ninguna confianza, y comimos los bocatas que trajimos. Llevar agua.
Salinas del Carmen. Cierran a las 18:00 y nos presentamos a las 17:00 y no nos quisieron dejar entrar, con la excusa que para verlo bien se necesita más de una hora. Así que rodeamos las salinas enteramente y nos conformamos con ello. Al volver al coche, casi a las 17:30, vimos al personal cerrar el museo e irse. Conclusión: que querían irse antes de hora y ya está. He puesto la queja en el Cabildo de Fuerteventura que, obviamente, no va a servir de nada, pero al menos me desahogo. Sin entrar a valorar el museo en sí por lo ya comentado, de lo que se ve por fuera pues diría que sí vale la pena, pero no creo que haga falta pagar los 6 € de la entrada. Al final se ve casi todo desde la vía pública, y así te ahorras 6 € por cabeza. No, si al final se los voy a tener que agradecer.
Barranco de las Peñitas. Hicimos la excursión pero no llegamos al arco porque el camino era demasiado empinado y rocoso y no nos ofreció la seguridad que nosotros necesitamos. Recorrer el barranco en sí es bonito y nos conformamos.
Madre del Agua. Es un oasis en la carretera que va desde Pájara a Ajuy. Nosotros dejamos el coche en la misma carretera -fuera de la calzada, obviamente- y lo recorrimos. Desde luego que no es el mejor de los oasis pero está bien. Aquí rodaron escenas de las películas Éxodus y Wonder Woman 1984.
Calderón Hondo. Un volcán al que se puede subir en una excursión fácil de unas 2 horas de duración. También puedes ir en dromedario hasta el pie del volcán y luego subir a pie, bajar y volver en dromedario.
Dunas de Corralejo. Pues al final no fuimos porque nos quedamos satisfechos de ver el paisaje dunar del istmo de La Pared, así que no sé decir si valen la pena o no.
Montaña Roja. Quisimos ir pero al final se torció la cosa porque se nubló mucho y mi principal aliciente para ir era por las vistas hacia las dunas, Lobos y Lanzarote desde arriba. No sé el punto de inicio porque ni en la oficina de turismo ni en el Cabildo de Fuerteventura nos quisieron ayudar previa a la llegada.
La Atalayita. Antiguo poblado aborígen majo situado en un entorno desolado y volcánico, en el llamado Malpaís Grande, en la carretera que va a Pozo Negro. Nos gustó más por su desolación que por el poblado en sí, del que la información que proporcionan es bastante escasa por no decir nula.
Consejos varios:
- Que no os engañen las dimensiones de la isla (es menos de la mitad que Mallorca), porque es bastante más alargada que ésta y las distancias en coche son largas.
- Aunque hay dos autovías la velocidad máxima es de 100 km/h, y no se entiende, la verdad. Sólo hay un pequeño tramo en el que puedes ir a 120 km/h. Sí que vimos algunas señales de radares pero luego nunca los veíamos. Sí que vimos un radar en la FV-2, el único.
- No vi ningún estanco en la isla, así que si los fumadores quieren comprar tabaco como souvenir hay que hacerlo en los supermercados. Creo que es máximo 2 cartones por persona.
- Los precios son tan caros o más que en Mallorca, por mucho zona franca que sea.
- La gente ni fu ni fa. Más o menos como en Gran Canaria, en las que había gente amable junto con gente borde o distante. Al menos mejor que en Lanzarote sí que son, que allí no vi ninguna sonrisa hasta el último día por parte de una cajera, a la que se lo dije, y me dio la razón aunque diciéndome que ella era de Lepe y no lanzaroteña.
- Los productos típicos son el queso majorero, la morcilla dulce y el áloe vera. Sobre el último ni lo sé ni me importa, a mí lo que me importa es lo que se come. El queso majorero lo encontramos bueno, sólo lo hacen de cabra, o al menos sólo vimos de cabra. La morcilla dulce la comimos en un restaurante, nos gustó mucho, así que el último día en un Hiper Dino compramos un paquete para llevárnoslo a Mallorca. Dicha morcilla ha sido declarada en desaparición desde ayer.
- El tiempo fue ventoso o muy ventoso los 4 primeros días. A partir del 5º fue yendo a menos. Temperaturas entre los 12ºC de la noche o primeras horas de las mañanas a los cerca de 25ºC (o sobrepasándolos en contadas ocasiones) a mediodía. Nosotros fuimos todo el rato con pantalón vaquero largo, camisetas de manga corta y una chaquetita de entretiempo. No nos llovió ningún día (4 gotas cayeron una tarde, la que íbamos a subir a Montaña Roja). El viento fue desagradable, eso sí.
- Una curiosidad: Fuerteventura no viene de "fuerte ventura" (viento), como mucha gente cree. Provendría, según los historiadores, del nombre que le dieron los romanos a las islas Canarias ("islas Afortunadas"). Ventura = fortuna. El nombre antiguo de Fuerteventura dado por los majos era "Erbania", según la Wikipedia, o "Herbania" según las placas de calles de Puerto del Rosario. El nombre romano era Planasia.
Ya no sé qué contaros más. ¡Hala, buen viento! (nunca mejor dicho)