El año pasado decidimos enviar a nuestra hija mayor a Irlanda para practicar el inglés y aprovechando el tirón, conseguir que los tres hermanos estudiasen también este idioma. Nuestra hija mayor fué finalmente con una academia y el resto de la familia fuimos por nuestra cuenta y el resultado ha sido tan exitoso (tanto a nivel de aprendizaje, como a nivel económico) que os cuento nuestra experiencia por si podéis sacar alguna idea.
El texto tal vez parezca un poco extenso, pero seguro que será de interés para aquellas familias numerosas que quieran que sus hijos tengan la oportunidad de practicar el inglés.
Dada la situación actual y seguro del esfuerzo que supone para una familia con tantos integrantes el enviar a uno o varios hijos a estudiar inglés a Irlanda (seguramente estas ideas se pueden aplicar a otros países también), os cuento en que ha consistido nuestro viaje a Irlanda y como hemos conseguido reducir notablemente el coste de este.
Lo que ya es bastante difícil conseguir individualmente se puede conseguir en familia.
No desgloso en esta descripción del viaje los costes específicos, pero se los puedo enviar a quien me los pida y con algún consejo más sobre como conseguir aprender y además pasarlo bien en Irlanda sin multiplicar por n el coste de un curso.
Experiencia en Irlanda.
Este verano, hemos enviado a nuestra hija mayor (Raquel Alonso) a Irlanda para aprender inglés y el resultado ha sido satisfactorio, excelente como experiencia personal (un mes sola sin los papás diciéndole lo que tiene que hacer) y con algo más de soltura con el idioma inglés.
Como destino elegimos un pequeño pueblo del centro de Irlanda con dos objetivos:
Obtener un mejor precio y evitar que la elevada presencia de españoles dificultase la práctica del idioma.
Sin embargo, lo que puede resultar interesante para otras familias numerosas de la organización es la experiencia vivida por nosotros, el resto de la familia.
A la hora de elegir vacaciones este año pensamos en Irlanda como destino con lo quepodíamos ganar en varios aspectos (conocer Irlanda, refrescar el inglés en el caso de mamá y papá y aprovechando el impulso que pudiera tener el hecho de que Raquel esté haciendo lo mismo conseguir que los hermanos (Marta, Juan y María) dediquen un par de semanas a estudiar el idioma).
La estancia ha sido de dos semanas y a pesar de que inicialmente, la localidad elegida había sido otra, por dificultades a la hora de encontrar alojamiento, gracias al apoyo e información obtenida de la academia con la que viajaba nuestra hija, finalmente el destino fue Longford, un pequeño pueblo del centro de Irlanda donde, salvo los alumnos allí desplazados no se puede encontrar ningún español más.
Lo que puede resultar interesante para otras familias numerosas como la nuestra consiste en el hecho de que por un importe ligeramente más elevado del coste de enviar a un niño un mes a Irlanda, se puede conseguir una formación similar (salvo en lo que respecta a la convivencia con familias irlandesas) para niños de entre 6 y 50 años durante dos semanas.
En nuestro caso, los costes se desglosan en:
Vuelos. (comprados con bastante antelación)
Alquiler de vehículo. (contratado por internet)
Alojamiento. (contratado por internet con el asesoramiento de la academia que conoce la localidad)
Comida (el precio es similar al de España)
Formación de los niños. (compartiendo clase con el resto de alumnos y con el mismo horario)
Formación de los padres. (profesor particular aprovechando que los pequeños están en clase)
Los beneficios que esperábamos obtener:
Conocer Irlanda, no como turista de una gran ciudad ajeno a la vida cotidiana de esta, sino con contacto directo e información de primera mano sobre los usos y costumbres de la gente.
Mejorar el nivel de inglés de los pequeños. Conocer el ambiente en el que se desarrolla la vida de los estudiantes desplazados con estas academias.
Los resultados obtenidos:
Hemos podido ver paisajes, visitar monumentos y conocer ciudades del tercio central de Irlanda (dos semanas no dan para más).
Nuestros hijos han vuelto muy contentos y ya vemos cierta mejora en la pequeña (María de 10 años)
La mayor también ha vuelto muy contenta y quiere repetir.
Los papas han tenido la ocasión de hablar con gente del lugar, probar la guinness (muy buena) y mejorar en el uso del inglés.
En nuestro caso, según le que hemos observado en los grupos de estudiantes desplazados a Irlanda, seguimos prefiriendo como destino un pequeño pueblo en lugar de una gran ciudad.
En resumen:
Merece la pena el esfuerzo de organizar personalmente un viaje de estas características (siempre que se disponga de tiempo), pero parece recomendable contar con el apoyo e información de alguien que conozca la zona (una academia en nuestro caso). El coste económico es notablemente inferior.
Para la formación (en caso de que sea de interés), resulta imprescindible contar con una infraestructura de profesores nativos y preferiblemente compartir los costes con cursos que se impartan durante la estancia. En el caso de la formación particular, en nuestro caso ha sido la academia la que nos ha puesto en contacto con una profesora del lugar, con unos resultados excelentes.
En cuanto a la visita turística, para familias interesadas en verlo todo, solo destacar que dos semanas no bastan para conocer Irlanda.
La información turística y sobre alquileres no está muy difundida en las pequeñas localidades alejadas de Dublin, Galway ,Cork u otros de las localidades más utilizadas para temas de formación (lo cual abarata considerablemente los precios), por lo que en este caso, también viene bien el asesoramiento de gente que viva allí o frecuente el lugar.
Ofrecemos nuestro apoyo, completamente desinteresado a las familias que quieran pasar unos días en Irlanda, consejos, lugares que visitar y como solucionar algunos errores cometidos en nuestra visita.
Saludos.
Juan Antonio Alonso
Tfno.
Email: jalonso.n@gmail.com
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