Hola a todos!
Pues curiosamente la catedral de S. Basilio en la plaza roja (la de las cúpulas de colorines) no la visitaba nadie e incluso parecía que estaba cerrada.... La guía nos dijo que no es tan interesante por dentro (aunque después de ver una iglesia de barrio, dudo que nada de allí sea no interesante....).
Y lo del metro, lo experimentamos nosotros en S. Petersburgo por nuestra cuenta antes de ir a la visita guiada en Moscú, pero nos dimos cuenta que era igual, la misma escalera kilométrica que te lleva directamente de la calle al andén y del andén a la calle.
Para ver las paradas "decoradas" solo hay que bajarse del vagón y mirar por el pasillo al que se sale... Si es parada con transbordo, sí que se puede ir a las otras líneas, pero solo por debajo, acordaros de no subir a la calle.
Curiosamente en S. Peter las paradas de metro están escritas en ruso y también en cristiano (osea, en latín, jajaja que allí tampoco me salía el como se decía la escritura "europea" y nos confirmaron que era latín...), pero en Moscú solo están escritas en Ruso, pero vamos, que mirando el mapa y contando las paradas no te pierdes.
Lo de los pañuelos en la cabeza, era recomendación de las guías del grupo, pero en una de las catedrales de Vladimir (anillo de oro), nos hicieron ponernos hasta una especie de delantal encima de los vaqueros!! Esos, igual que los pañuelos de la cabeza, también te los prestan.
El viaje es totalmente cultural pero no defrauda en absoluto y todo es precioso (a mí que me gusta más la naturaleza y las partes alejadas de las ciudades, reconozco que en este viaje me decepcionó un poco el Anillo de Oro, pero yo insistí mucho en verlo, precisamente para no perderme la parte de las afueras). Me sorprendí a mí misma diciendo "ala!!" "ala!!" y otro "ala!! cada vez que entraba en el interior de una iglesia o de una sala diferente en los palacios y museos. Y eso me pasó durante todo el viaje. Todo grandioso, dorado y decorado hasta el más mínimo milímetro. Ya digo, hay tanto donde mirar, que uno ya no sabe ni donde mirar....
El cambio de moneda es muy fácil. En el centro de la ciudad hay muchos sitios de cambio y hay carteles con los importes de cambio en la calle, así que no tienen pérdida. Los garitos son pequeños y algunos están un poco camuflados en pasajes y dan un poco de cosa entrar, pero no pasa nada. Luego te das cuenta de que es así y ya está.
Los edificios son tan grandes y las manzanas son tan largas que hay pasadizos para entrar como a la parte interior de los edificios. Es curioso aventurarse por alguno de esos pasajes, porque a veces encuentras atajos para llegar antes de un sitio a otro. Y el entramado de bloques de edificios que hay dentro de esos pasadizos, también es curioso de ver. Al que no le de mucho miedo ir a un sitio solitario, recomiendo aventurarse por ahí dentro y curiosear un poco. Los pasadizos se conectan por dentro, así que en poco tiempo vuelves a salir a las calles principales por otro pasadizo.
Para reconocerlos, solo hay que buscar puertas de barras de hierro forjado en el medio de una manzana. Así sabréis que ahí hay pasadizo. Se ve como un patio interior.
Otra cosa que nos llamó la atención es que los escaparates de las tiendas casi no los usan, sobre todo en las calles que no son las principales, y es gracioso porque no sabes qué es lo que hay en las tiendas por las que pasas y como todo están en ruso, pues te enteras menos todavía. Las tiendas como las de los paquistanís en España, esas de 24 horas, están escritas como "24 yera", así que al final nos dimos cuenta que esos eran pequeños supermercados que abrían todo el día, pero solo con pasar por delante, uno no sabe qué son esas tiendas.
Para los juerguistas y los más lanzados, en Moscú el último día fuimos al "Penthouse Club", que es un club sobre todo orientado a los hombres, donde se hacen bailes en barra fija y desnudos integrales.
La entrada es carísima, y encima yo pagué 50% más por ser mujer...
Mi marido pagó 1,000 rublos (unos 40€) y yo 1,500 rublos (60€). Me pareció un atraco a mano armada directamente... Y esas entradas no incluyen ninguna bebida!!!
Es un sitio de tamaño mediano y con muchísimas chicas: camareras, bailarinas y las "madames" de la entrada, que van vestidas como de boda con vestido largo. Pero hasta mi marido reconoció que el sitio no valía mucho. Las chicas aburridas (y muy delgadas), bailaban casi sin ganas, muy lento y no había mucha gente.
Y los clientes que habían eran obviamente todos hombres. Nosotros somos una pareja que nos gusta compartir todas las cosas juntos y también nos aventuramos a estos sitios de vez en cuando, porque hay que verlo todo en esta vida.
Moscú da mucho de sí y tiene muchísimas cosas para ver. Nosotros solo estuvimos 1 día completo en la capital y seguramente nos perdimos muchas cosas, pero aprovechamos el día desde las 9am hasta las 4am (ya de madrugada), así que fue intenso intenso, pero muy muy productivo (y agotador!).