...ser agente de viajes.
Supongo que por ser la primera vez me ha afectado especialmente, pero me parece una historia tremenda...
Resulta que nos vino una señora que al principio parecía, pues, el típico "billetaje étnico". Y de los chungos porque quería el billete para al cabo de pocos días. Pese a ello, estuvo de suerte y le pude encontrar una buena tarifa, era un Guayaquil-Madrid sólo ida, para traerse su hijo de allá, y le salía a 500 y poco euros. Desde el principio la señora parecía un poco aturullada y que no acababa de entenderse bien, pero los datos del vuelo se los llevó bastante claros.
A los dos días volvió la misma señora, esta vez con ánimo de sacar el billete, pero la tarifa había sobrepasado la antelación mínima y ya no nos la dejaban aplicar. Los 500 y pocos se convirtieron en 600 y algo, y no había posibilidad de mover las fechas porque, o no había vuelo, o no había tarifa. Era una única plaza así que se la reservé para dejarla bloqueaa mientras la señora miraba de conseguir los otros 100 euros. En ese momento, y justo cuando iba a hacer el ET, se colgó Amadeus en mi ordenador... Corrí al otro terminal pero ya no había nada que hacer: se había esfumado el PNR sin guardar, y la última plaza también. La siguiente alternativa ya eran 700 euros. La señora dijo que volvería con el dinero, pero que le guardara la reserva.
Al día siguiente, trajo los 700 euros (un montón de ellos, en billetes de 20, 10 y hasta de 5), le emití el billete y le expliqué todo bien clarito, con apuntes en la impresión de itinerario y todo, para que le dijera a su hijo en Guayaquil cuál era su vuelo, horario, etc. Esto era el sábado y el hijo volaba a las 0:50 del lunes.
El martes, la señora entra en la tienda con la impresión en la mano y dice que su hijo se presentó a facturar y ya había salido el vuelo. Pese a todas las explicaciones, confundió las 0:50 (24H) con las 12:50 (PM), y su hijo se fue confiado al aeropuerto y ahí se quedó.
Por supuesto, como agente, sabes lo que eso significa. Adiós 700 euros y allá se queda el hijo. Pero pese a eso llamas a la compañía, al comercial, escribes un correo, la señora te viene dos días seguidos, y al final reclamas las tasas (sin decir nada a la señora para no crear expectativas) y quedas esperando a que te liquide el BSP y te las hayan devuelto. 100 y poco euros. Eso es trabajo.
Pero la cara de la señora cuando finalmente comprendió que se había perdido el billete y no había nada que pudiera hacerse es algo que preferiría no haber visto. No es que se pusiera a llorar, no, se mantuvo muy digna, pero... Vaya trago.
En mi agencia pasó una vez que un cliente confundió las 7:00 con las 19:00 y luego fue a la agencia enfadado porque había perdido su vuelo, pero al final agachó la cabeza y comprendió que el error había sido suyo.
Hay que insistir mucho en el horario (mañana-tarde-noche) porque la gente a veces se lía ella sola y luego nos quieren hacer responsables. De todos modos tu caso da mucha pena