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Normalmente, los turistas que visitan Japón se asustan mucho ante la palabra «tifón».
Y, aunque no hay que quitarle importancia, en grandes ciudades como Tokio, Kioto u Osaka los tifones no suponen más que lluvias intensas y fuertes vientos localizados y de duración limitada.
En el mes de agosto y, sobre todo durante el mes de septiembre, las posibilidades de vivir un tifón en Japón aumentan, pues es la época en la que suelen llegar al archipiélago japonés.
Qué es un tifón
En Japón, los tifones reciben el nombre de taifu (台風), palabra que proviene del chino y significa algo así como «el gran o fuerte viento».
Un nombre muy acertado, pues los tifones, que son ciclones tropicales, pueden traer consigo vientos de hasta 200 km/h y lluvias torrenciales.
Se trata de un «sistema tormentoso caracterizado por una circulación cerrada alrededor de un centro de baja presión que produce fuertes vientos y abundantes lluvias».
Los tifones surgen cuando el vapor de agua se condensa desde las aguas cálidas del océano.
Al subir, el aire se enfría y se desliza hacia abajo, creando el típico movimiento circular de viento de este tipo de tormentas.
Y, como decimos, lleva asociado fuertes lluvias y vientos.
Es importante destacar que lo único que diferencia a un tifón de un huracán o de un ciclón es su ubicación.
El tifón se desarrolla en la zona del Océano Pacífico noroccidental, es decir, en la zona de Asia Oriental donde se encuentra Japón.
Mientras que el huracán se forma en las zonas del Océano Atlántico y Océano Pacífico nororiental (zona del Caribe).
Y el ciclón en la zona oriental de África y noroeste de Australia.
En Japón, los tifones no suelen recibir un nombre, sino que simplemente se enumeran al inicio de la temporada (tifón 1, tifón 2, tifón 3, etc.). No obstante, a los tifones de gran intensidad sí se les da nombre propio.
楽しむ!
Ok cruzaremos los dedos y veremos si hay suerte si no no lo veo