Ya encontré la ocasión de conocer Montánchez y su Sierra. Y de la mejor manera, pues llegué a través de la Ruta de los Molinos y el ejercicio hace que el jamón de la tierra con vino de las Vegas del Guadiana sepan a gloria.
Unas pistas prácticas para la ruta:
-Punto de partida en Arroyomolinos. Hay que buscar la calle España y recorrerla hasta su fin, junto a la pequeña plaza de toros. Allí hay aparcamiento en abundancia y paneles informativos de las distintas posibilidades senderiles. Una vez llegado a este punto, la cosa ya no tiene pérdida. Estamos en el escenario de la Sorpresa de Arroyomolinos, una victoria militar de las fuerzas anglo-hispano-lusas sobre el ejército de Napoleón Bonaparte.
-Por la mañana se camina por la umbría y por la tarde, por la solana. A tener en cuenta según la época. Nos llevó unas tres horas completarla, castañar incluido.
-Con Montánchez ya a la vista, se desgaja una bonita variante que se interna en el castañar. La pena es que no está indicada sino en su punto final lo que obliga a hacer un bucle. Se trata de un camino de tierra en cuesta arriba y hacia la derecha. En todo caso, se puede tomar a la bajada, que queda más clara (También por los efluvios de los corrales de cerditos negros que la jalonan al inicio
). Para los que piensen en un breve paseo circular desde Montánchez y sin mucha cuesta, es una buena opción.
Detalle de un ejemplar de la treintena de molinos de agua que encontraremos en la ruta.
Encontramos abierto el castillo y también el cementerio panorámico a sus pies. Tomamos un refrigerio en la plaza y compramos algo de jamón de bellota envasado al vacío para llevar y prolongar las sensaciones de un día de otoño, soleado y agradable.
Un pueblo con vistas...y con cuestas. Todos quedan avisados