Este fin de semana estuve el sábado por varios de los pueblos de la costa oriental de Cantabria: Castro Urdiales, Laredo y Santoña.
En Castro Urdiales había mucha animación desde bien temprano por la mañana, debido a la fiesta de la marmita, en la que diferentes cuadrillas participan en un concurso de preparación de este plato hecho a base de patatas y bonito principalmente. El ayuntamiento reparte una parcela para cada cuadrilla y allí preparan los platos que van a presentar. Se ponen en la zona del paseo marítimo en torno al ayuntamiento. Quizás por esta fiesta y por ser también el día de la Asunción, algunos de los monumentos visitables en el pueblo estaban cerrados (como el yacimiento de Flavióbriga) o abiertos en horas diferentes de las habituales.
Lo más destacable es la Puebla Vieja, con el conjunto formado por la iglesia de Santa María, el Castillo-Faro, las ruinas de la iglesia románica de San Pedro, el arco medieval y la ermita de Santa Ana. Parte de este conjunto está sobre una roca y hay una estupenda panorámica del pueblo. Tuvimos que dar unas cuantas vueltas hasta que encontramos la iglesia abierta, que sólo lo hizo para una misa especial para celebrar la festividad de la Asunción. La arquitectura y decoración interior de la iglesia me pareció muy llamativa, con los arcos entre las columnas de la nave central, las vidrieras y algunas esculturas, como las de la Virgen Santa María con el Niño Jesús.
La pena es que la mañana estuvo un poco desapacible a ratos y no nos paramos a ver si se podía ver la ermita de Santa Ana o el Castillo-Faro. Por el espigón que hay pasada la ermita de Santa Ana hay un buen paseo, pero con la lluvia fue imposible.
Al margen de la Puebla Vieja, lo que son las callecillas en torno al Ayuntamiento no me llamaron la atención.
A continuación fuimos a Laredo, donde estuvimos dando un paseo por las calles del casco antiguo. En comparación con el casco antiguo de Castro Urdiales me pareció más interesante (si no tengo en cuenta la Puebla Vieja de Castro) y me llamó la atención especialmente el número de casas palaciegas: Palacio de Zarauz, Casa de Gutiérrez Rada, Casa de Revellón o Casa del Condestable de Castilla (donde se alojaron en diferentes ocasiones Isabel la Católica, Juana I de Castilla o Carlos I) por poner algunos ejemplos. Mientras que uno subía a La Atalaya yo me quedé dando alguna vuelta más. A la iglesia de Santa María no pudimos entrar porque estaba cerrada cuando fuimos y no había ningún horario visible, así que nos fuimos hacia el puerto con el objetivo de hacer el paseo en barco por la bahía de Santoña.
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En el rato que estuvimos esperando el barco observamos la playa de la Salvé, que es de las playas urbanas más grandes que recuerdo. Los edificios ciertamente son feos, pero de ahí a comparar el pueblo con Benidorm. Para empezar no creo que la masificación de la playa (si es que la hay en algún momento) se pueda parecer en algo. En resumen, que al margen de estas urbanizaciones, no me pareció que la parte antigua del pueblo estuviese mal.
En cuanto al paseo en barco, se puede comenzar desde Laredo y desde Santoña y el recorrido completo dura una hora y pico. Existe la posibilidad de bajarse en uno de los pueblos y regresar al punto inicial de la excursión en un horario posterior. Es una manera estupenda de contemplar la playa de la Salvé, el monte Buciero, los diferentes fuertes que hay en Santoña (fuerte de San Carlos, fuerte de San Martín), el estuario del río Asón y las montañas al fondo. De hecho todo esto fue lo que más me gustó de "Santoña". El paseo en barco cuesta 10€.
En cuanto a Santoña como tal, pues supongo que su principal interés es hacer alguna ruta a pie en torno a las marismas o por el monte Buciero. Al margen de esto, lo que es el pueblo en sí no le vi ningún interés. Sí me hubiese gustado disponer de un poco más de tiempo (sólo tuvimos 1 hora y 15 minutos) para poder visitar el Mirador de las Marismas.
En resumen, me pareció un día variado y más o menos bien aprovechado, a pesar de desplazarnos en autobús.
Saludos.