Este día el objetivo era vivir la situación de conflicto que se vive en Israel y qué mejor forma que visitar Hebrón y Belén para ello.
Nos levantamos y tras desayunar lo comprado el día anterior en un supermercado fuimos a coger el tranvía en Yafo St. Hay que coger el tranvía dirección Mount Herzl (Creo que solo hay ese) y bajarse en la estación central. Allí hay que coger el autobús 160 que te deja en la parte judía de Hebrón al lado de la tumba de los patriarcas sin pasar ningún checkpoint previo ni nada. Cogimos el bus de las 8 y tardamos una hora y poco en llegar. Le dijimos al conductor que nos avisará cuando estuviéramos en la tumba y así nos avisó.
No voy a entrar en juicios de valores ni a narrar la historia ya que de eso ya hay mil versiones e información disponible y no creo que la mía sea relevante. Simplemente destacaré lo que me llamó la atención.
Ya en el autobús comienzas a ver signos del conflicto en el simple hecho de que las carreteras están cercadas, ya que transcurren por territorio palestino pero las carreteras son de control judío. Ves torretas de vigilancia y muchas alambradas, el autobús se interna en la urbanización Kyriat Arba (Que viene a ser como un asentamiento judío en zona Palestina por lo que entendí) y vimos algo curioso que veríamos repetido en el mismo Hebrón: la parte judía son urbanizaciones de lo más europeas y muy apañadas que contrastan enormemente con las casas viejas de la parte palestina con sus depósitos de agua en el techo y que se encuentran a escasos metros las unas con las otras.
Una vez en la parte judía nos encontramos con los primeros observadores internacionales que hay y que veríamos después en más de una ocasión por Hebrón. En la tumba de los patriarcas te encuentras con un jardín y el acceso a la parte judía de la tumba de Abraham que se realiza por unas escaleras. Pasas un control no muy exhaustivo la verdad y te metes dentro en donde los símbolos judaicos están por doquier, pasas una biblioteca y finalmente un patio donde muchos judíos se encontraban rezando y hay una sala en la que se ve la tumba. Es curioso porque desde la ventana por la que se ve la tuba se ve enfrente otra ventana que corresponde a la parte musulmana y han puesto un cristal antibalas en medio para que entre ellos no puedan arrojarse cosas. Estuvimos 5 minutos en el patio viendo el ambiente hasta que se acercó un judío ortodoxo y nos preguntó que de donde éramos y que hacíamos ahí, le dijimos que de España y que estábamos viendo la tumba de Abraham a lo que nos dijo "Muy bonita pero no hay mucho más que ver ya, no?" Vamos que el tío nos echó de una forma muy elegante. El pobre no sabía que detrás de nosotros a diez minutos de diferencia venía un grupo de 30 turistas que a buen seguro le sacaría de sus casillas.
Al salir el soldado del control nos preguntó la religión nuestra y al decirle cristianos nos invitó a pasar a la parte musulmana. La parte musulmana es diferente, entras y ves la mezquita en donde se llevó acabo la matanza de musulmanes en el 94 a manos de un judío ultraortodoxo. Para entrar las mujeres se tienen que poner una prenda que les cubre todo el cuerpo menos la cara, así mismo hay que descalzarse y la visita consiste en visitar la mezquita y ver la tumba de Abraham desde el otro lado pudiendo ver el mismo cristal que evita posibles actos violentos allí dentro entre judíos y musulmanes.
Al salir nos disponíamos a ver las distintas realidades de Hebrón. Describiendo brevemente la distribución de Hebrón, se puede decir que es una ciudad bastante grande en donde un 3% es zona prohibida para los palestinos. Ese 3 % corresponde a asentamientos y a una antigua calle comercial, la que ahora denominan la calle fantasma. Hay otra zona en donde los palestino pueden entrar pero no pueden circular con coche ni abrir tiendas y luego el resto de Hebrón que es Palestino.
Entramos directamente a la zona palestina a la que se accede al salir de la tumba a la derecha. Pasas un control en el que al verte turista prácticamente no te hacen preguntas y entonces te encuentras en un mercado. Las cosas más curiosas que destacar es la famosa reja que cubre una parte del mercado y que se debe a que las casa que hay sobre el mercado son judías y se ve que los judíos ortodoxos se dedican a tirar cosas hacia la calle palestina por lo que los musulmanes pusieron una reja para evitar impactos, sobre la reja se puede ver escombros que lo verifican aunque, según cuentan, los judíos siguen arrojando orina, lejía y agua de vez en cuando. Paseando por allí tienes la sensación de ser un turista morboso que no debería estar allí, aun así te tratan bien e incluso intentan hacer negocio contigo ofreciéndose de guía. Un hombre se puso a explicarnos el tema de la reja y señaló a un soldado israelí que se veía en una torre de vigilancia, el hombre enfadado decía "No nos está cuidando a nosotros, cuida a ellos de nosotros!" Los judíos ortodoxos son muy belicosos ya que se apoyan en la Torah para defender lo que consideran su tierra, por eso no es de extrañar este tipo de comportamientos y también hay que llevar cuidado con ellos porque nunca sabes lo que ellos considerarán una falta de respeto ni como pueden reaccionar.
Durante el recorrido por el mercado, sobre todo el tramo que corre paralelo a la calle fantasma de paso vetado a palestinos, hay muchas de torretas de vigilancia y escena contradictorias que crean un ambiente de respeto importante. Las pintadas allí eran "Free palestina" "This is Palestina" o "Open Shuadada Street" (Que es la calle fantasma). Tras recorrer esa zona del mercado volvimos sobre nuestros pasos y fuimos la calle fantasma. A mí me pareció espectacular un escenario como ese en pleno siglo XXI. Pasas un control sencillo donde nos preguntaron más sobre el fútbol que sobre nosotros y, tras la esperpéntica conversación con el soldado sobre el Madrid, te dispones a recorrer una calle desierta con pintadas de "Free Israel" en donde solo pasa un coche (Judío) eventualmente y una perra moribunda.
En muchos rincones te encuentras placas conmemorativas de judíos asesinados en diferentes puntos con argumentos justificando el cierre de la calle y luego una urbanización que bien podría verse en cualquier barrio adinerado de Madrid que contrasta de una forma grotesca con lo que lo rodea. Sigues caminando y ves pintadas pro israelíes junto con un cartel grande que reza "Palestina nunca existió ni existirá" la verdad que el conflicto vivido es algo que merece la pena experimentar sin lugar a dudas.
Sigues avanzando completamente solo por un paseo en el que hay bancos con placas conmemorativas de gente que donó el dinero para ponerlos en nombre de un difunto, bancos en los que probablemente a lo largo del día no se siente nadie porque no hay casi nadie y por eso están nuevos. Avanzas bajo la mirada de soldados que se encuentran en lo alto, con bicicletas de niño en medio de la calle (Normal, quién se las va a robar!), pintadas ensalzando el pueblo judío y su historia y finalmente, tras miles de curiosidades más, llegas a otro punto de control. Tras pasarlo accedes a la parte palestina, una calle abarrotada de gente y de coches que hace surrealista lo que acabas de ver. Sinceramente recomiendo la visita porque es algo para ver aunque hay que reconocer que es un turismo muy voyerista. Eso sí, para los amantes de la fotografía social aquello es un paraíso.
Ya en la zona palestina nos adentramos nuevamente por la locura del mercado, comimos un kebab de pollo y preguntamos donde se cogía el autobús a Belén. El autobús de Belén se coge en la plaza Bab Al Zawyeh en frente de una farmacia, con que afinéis el oído escuchareis al conductor gritar Bethlehem ya que hasta que el bus no se llena no sale. El bus tarda poco en llenarse y está cerca de belén, una hora quizá. Preparaos para ser los bichos raros en un autobús lleno de musulmanes. Le dijimos al conductor que nos avisara en Nativity Church y así lo hizo, Por cierto se paga al salir del bus, no al entrar!!
Ya en Belén el ambiente vivido en Hebrón desaparece en los alrededores de la iglesia de la natividad. Aquello es muy turístico y está lleno de gente. Y eso que fuimos por la tarde un lunes! un domingo debe ser imposible visitarla. La iglesia de la natividad es curiosa y es bonito el significado de los diferentes escenarios, el pesebre, la pila bautismal, la columna de maría... aun así la iglesia en si es bastante fea para mi gusto. Tras la iglesia nos dispusimos a ir al check point 300 andando. Desde la iglesia al check point habrá un paseo de una hora en cuesta abajo por lo que es factible. Vimos así como era realmente Belén y la verdad que no deja de ser un pueblo árabe de lo más normal. El objetivo de ir andando era ver grafitis de Bansky así como los grafitis del muro de la parte de la tumba de Raquel y el muro en sí. Es un paseo muy chulo en el que puede apreciar las dimensiones del muro que allí existe, la verdad que es imponente.
Para pasar el check point la cosa es muy sencilla para nosotros. Al ser última hora de la tarde había muchísimos palestinos que entraban a Belén y nadie saliendo excepto nosotros. Fuimos recorriendo el check point que está habilitado para unas, más que probables, impresionantes colas a primera hora de la mañana y llegamos al último puesto de control, allí estaban comprobando los papeles de una mujer árabe y cuando terminaron con ella solo de vernos que éramos turistas nos dejaron pasar sin mediar palabra.
Al salir a la derecha hay un bus que es el que te lleva a la estación árabe de Jerusalén, aunque nosotros nos bajamos en una parada cercana a la puerta de Jaffa. Dimos una vuelta y cenamos un bocata y con el regusto de un día impactante nos fuimos a dormir. Al día siguiente más Jerusalén.