En Jerusalem pasaríamos 4 noches en el hostal Citadel Youth Hostel. El motivo de cogerlo era porque nos salía relativamente barato teniendo en cuenta lo caro que es Jerusalem. Cogimos una habitación doble, la habitación estaba "medio limpia". Lo peor es que solo había una ducha funcional para todo el albergue, la de abajo no tenia agua caliente y de las de arriba una tenía la puerta rota y sin pestillo. La cocina diminuta y olor a gas constante. Yo no repetía y os animo a probar suerte con otro.
Empezamos el día levantándonos bien temprano porque había que aprovechar. A mi me llama mucho la atención la cultura judía por lo que fuimos derechos al muro de las lamentaciones. Allí estábamos a las 7 y fue todo un acierto ya que a esas horas no hay turistas y quién hay son los judíos ortodoxos por lo que el ambiente es sobrecogedor, a partir de las 9/ 10 la presencia de turistas suele ser mayor que la de judios. Me encantó estar allí un rato observando las costumbres y su balanceo. Supuestamente dicen que se balancean ya que la Torah especifica que el judío debe leer el texto sagrado cual llama de una vela, por lo que el balanceo simula la llama de la vela... Hay otras justificaciones entre las que dicen que lo hacen para no dormirse, yo me quedo con la de la vela que es más bonita. En el muro se pueden echar fotos y hacer vídeos siempre y cuando respetes y no hagas fotos a las personas de forma muy descarada.
Tras el muro quisimos ir a la explanada de las mezquitas y vimos una cola espectacular. Se ve que abren a las 8 y media y a las 12 y media (Creo recordar) por lo que aconsejan estar media hora/una hora antes para poder entrar y no comerte la cola enorme. Viendo el percal decidimos ir a recorrer la vía dolorosa y volver luego.
La vía dolorosa es una paseo muy bonito por el que vas recorriendo escenarios muy auténticos, el buscar las estaciones se convierte casi en un juego porque están algunas muy escondidas. La vía dolorosa termina en el santo sepulcro. En el santo sepulcro se arma una marabunta de gente espectacular, de eso íbamos preavisados y el santo sepulcro lo dejamos para el último día en el que madrugaríamos como Dios manda para verlo tranquilos.
De vuelta la explanada de la mezquitas conseguimos entrar y la verdad que es algo abrumador. Hay muchos grupos de musulmanes hombres y mujeres por separados a los que no le hace mucha gracia que por allí pasen turistas por lo que cuando entras el sonido constante es el los grupos gritando al unisono "allahu akbar" (Ala es grande) con muchos soldados judíos alrededor, allí hay diferentes soldados y si hubiera alguna revuelta la respuesta debería ser instantánea. Nosotros vimos un rifi rafe entre un soldado y un árabe por una cuestión de una cámara de fotos y fue tenso ya que un grupo de mujeres que había al lado se pusieron a entonar con todas sus fuerzas "allahu akbar" y hacia que se te pusieran los pelos de punta. Yo como observador neutro me pareció una escena inolvidable y que hace que Jerusalem sea única dado el choque cultural que existe. Pudimos ver un grupo de judíos turistas visitando la explanada de las mezquitas y tenían que ir custodiados por policías propios y salvando las distancias con la explanada en sí mientras nosotros lo recorremos todo sin ninguna limitación más que la horaria.
En la explanada solo permiten estar un tiempo determinado (Dos horas) y cuando el tiempo se pasa todos los niños árabes se levantan y comienzan a echar a los turistas con no muy buenas formas. A nosotros nos echaron al grito de "¡Yhala, Game Over!". Otra escena para recordar a la que respondimos con un amable "Shukran, ma'as-salama" (Gracias, adiós) y el chico nos devolvió otro "Ma´as salama". La verdad que es sencillo aprender las palabras básicas de su idioma (Hola, Gracias y adiós, tanto del árabe como del hebreo) y usarlas, no cuesta nada y muestra un respeto, así mismo al hacerlo tienden a tratarte mejor y se abren más fácilmente. La verdad que el diario de Israel se podría titular "Entre Shukranes y Todás"
Tras salir de la explanada dimos un paseo por el barrio judío y armenio. Nos acercamos al hostal a comer y ducharnos y de ahí nos dirigimos a la zona del monte de los olivos. Esa zona me gustó mucho porque tiene cosas muy bonitas y muy concentradas, empezando por la tumba de María, junto con la iglesia de Getsemaní y sus olivos milenarios y la peculiar iglesia ortodoxa rusa de Santa María Magdalena (A esta última no pudimos entrar ya que se nos hizo tarde). De iglesia a iglesia fuimos subiendo una empinadísima cuesta hasta que llegamos arriba desde donde se disfruta un atardecer espectacular, con el cementerio judío en primer plano y toda la ciudad fortificada al fondo. En el vídeo en la parte final podéis ver un time lapse que pude hacer desde allí.
La vuelta la hicimos ya de noche y aprovechamos para recorrer el barrio musulmán. La verdad que no os lo recomiendo de noche, nos dio una sensación de inseguridad, que quizá fuera falsa, pero no fue un paseo agradable. Aun así con lo cansados que íbamos fue llegar al hostal picar algo y caer muertos.
Empezamos el día levantándonos bien temprano porque había que aprovechar. A mi me llama mucho la atención la cultura judía por lo que fuimos derechos al muro de las lamentaciones. Allí estábamos a las 7 y fue todo un acierto ya que a esas horas no hay turistas y quién hay son los judíos ortodoxos por lo que el ambiente es sobrecogedor, a partir de las 9/ 10 la presencia de turistas suele ser mayor que la de judios. Me encantó estar allí un rato observando las costumbres y su balanceo. Supuestamente dicen que se balancean ya que la Torah especifica que el judío debe leer el texto sagrado cual llama de una vela, por lo que el balanceo simula la llama de la vela... Hay otras justificaciones entre las que dicen que lo hacen para no dormirse, yo me quedo con la de la vela que es más bonita. En el muro se pueden echar fotos y hacer vídeos siempre y cuando respetes y no hagas fotos a las personas de forma muy descarada.

Tras el muro quisimos ir a la explanada de las mezquitas y vimos una cola espectacular. Se ve que abren a las 8 y media y a las 12 y media (Creo recordar) por lo que aconsejan estar media hora/una hora antes para poder entrar y no comerte la cola enorme. Viendo el percal decidimos ir a recorrer la vía dolorosa y volver luego.
La vía dolorosa es una paseo muy bonito por el que vas recorriendo escenarios muy auténticos, el buscar las estaciones se convierte casi en un juego porque están algunas muy escondidas. La vía dolorosa termina en el santo sepulcro. En el santo sepulcro se arma una marabunta de gente espectacular, de eso íbamos preavisados y el santo sepulcro lo dejamos para el último día en el que madrugaríamos como Dios manda para verlo tranquilos.

De vuelta la explanada de la mezquitas conseguimos entrar y la verdad que es algo abrumador. Hay muchos grupos de musulmanes hombres y mujeres por separados a los que no le hace mucha gracia que por allí pasen turistas por lo que cuando entras el sonido constante es el los grupos gritando al unisono "allahu akbar" (Ala es grande) con muchos soldados judíos alrededor, allí hay diferentes soldados y si hubiera alguna revuelta la respuesta debería ser instantánea. Nosotros vimos un rifi rafe entre un soldado y un árabe por una cuestión de una cámara de fotos y fue tenso ya que un grupo de mujeres que había al lado se pusieron a entonar con todas sus fuerzas "allahu akbar" y hacia que se te pusieran los pelos de punta. Yo como observador neutro me pareció una escena inolvidable y que hace que Jerusalem sea única dado el choque cultural que existe. Pudimos ver un grupo de judíos turistas visitando la explanada de las mezquitas y tenían que ir custodiados por policías propios y salvando las distancias con la explanada en sí mientras nosotros lo recorremos todo sin ninguna limitación más que la horaria.
En la explanada solo permiten estar un tiempo determinado (Dos horas) y cuando el tiempo se pasa todos los niños árabes se levantan y comienzan a echar a los turistas con no muy buenas formas. A nosotros nos echaron al grito de "¡Yhala, Game Over!". Otra escena para recordar a la que respondimos con un amable "Shukran, ma'as-salama" (Gracias, adiós) y el chico nos devolvió otro "Ma´as salama". La verdad que es sencillo aprender las palabras básicas de su idioma (Hola, Gracias y adiós, tanto del árabe como del hebreo) y usarlas, no cuesta nada y muestra un respeto, así mismo al hacerlo tienden a tratarte mejor y se abren más fácilmente. La verdad que el diario de Israel se podría titular "Entre Shukranes y Todás"

Tras salir de la explanada dimos un paseo por el barrio judío y armenio. Nos acercamos al hostal a comer y ducharnos y de ahí nos dirigimos a la zona del monte de los olivos. Esa zona me gustó mucho porque tiene cosas muy bonitas y muy concentradas, empezando por la tumba de María, junto con la iglesia de Getsemaní y sus olivos milenarios y la peculiar iglesia ortodoxa rusa de Santa María Magdalena (A esta última no pudimos entrar ya que se nos hizo tarde). De iglesia a iglesia fuimos subiendo una empinadísima cuesta hasta que llegamos arriba desde donde se disfruta un atardecer espectacular, con el cementerio judío en primer plano y toda la ciudad fortificada al fondo. En el vídeo en la parte final podéis ver un time lapse que pude hacer desde allí.

La vuelta la hicimos ya de noche y aprovechamos para recorrer el barrio musulmán. La verdad que no os lo recomiendo de noche, nos dio una sensación de inseguridad, que quizá fuera falsa, pero no fue un paseo agradable. Aun así con lo cansados que íbamos fue llegar al hostal picar algo y caer muertos.