Preparativos e itinerario
Si algo destaca Turquía es que se trata de un país enorme que ofrece múltiples paisajes. Situado entre Asia y Europa, mantiene una vida árabe pero con aires europeos, sobre todo en su parte más occidental, la zona de Estambul. A la hora de planificar el viaje (éramos dos matrimonios), teníamos claro que no queríamos abarcar todo. Porque Turquía tiene tanto que ofrecer: Estambul, Efeso, Esmirna, Pamukkale, Capadocia, la costa del Mar Negro, el monte Nemrut, Antalya, Safranbolu,… Le ocurre lo mismo que a España. Por tanto, teniendo en cuenta que disponíamos de 10 días, y dos de ellos eran de traslados, pues nos centramos en dos de los lugares más significativos: Capadocia y Estambul. Concretamente 4 días en Capadocia y 4 días en Estambul. Nuestra planificación por tanto, se centro en distribuir los días con los lugares a visitar, teniendo en cuenta que en Capadocia íbamos a realizar senderos por los valles, comprar los vuelos incluyendo vuelo desde Capadocia a Estambul, y por supuesto coche de alquiler y alojamiento. Nos gusta ir a nuestro aire. Y a nuestro ritmo. En cuanto al alojamiento, lo tuvimos fácil, puesto que tanto Capadocia como Estambul ofrece una amplia variedad de alojamientos. Así con todo, nuestro itinerario fue el siguiente:
15/10 Vuelo Almería-Madrid-Estambul-Kayseri. Llegada a Capadocia.
16/10 Museo al Aire Libre de Zelve
Ortahisar
Valle de las Palomas
Uchisar
17/10 Ciudad subterránea de Kaymakli
Valle de Ilhara
Catedral de Selime
18/10 Valle de Soganli
Monasterio de Keslik
Mustafapasa
Valle de Devrent
Valle de Pasabagi
19/10 Paseo en Globo
Valle del Amor – Valle Blanco
Museo al Aire Libre de Goreme
Valle Rojo
20/10 Vuelo Capadocia – Estambul
Paseo Marítimo
Parque Gulhane
Plaza de Sultanahmed
Estación de Sirkeci
Bazar de las Especias
Mezquita Nueva
Puente de Galata
21/10 Mezquita Azul
Santa Sofia
Cistierna de la Basílica
Crucero por el Bósforo
22/10 Palacio Topaki
Gran Bazar
Mezquita de Süleymaniye
Universidad
Hamman Turco
23/10 Mezquita de Rustem Pasar
Crucero por el Cuerno del Oro
Mezquita de Eyup
Cementerio de Eyup – Cafe Pierre Loti
Calle Istkal Cadesi
Torre de Galata
Espectáculo Danza Derviche
24/10 Mezquita Azul
Hipódromo
Vuelo Estambul – Madrid – Almería
Lunes, 15/10
Comienza nuestra aventura. Tras llegar en vuelo procedente de Almería a Madrid, nos dispusimos a comer algo y facturar maletas para coger el vuelo a Kayseri (vía Estambul). Llegamos a Estambul por la tarde, y tras una espera de unas dos horas, cogimos el vuelo hacia Kayseri. Ya era de noche, todo el día de viaje hasta llegar a nuestro destino. Pero aún faltaba una hora más, puesto que desde Kayseri hasta Goreme hay unos 80 km de recorrido que realizamos en transfer hasta nuestro alojamiento, el Aydinli Cave Hotel. Se trata de un hotel cueva situado en una colina con unas vistas maravillosas de Goreme desde la azotea. Así con todo llegamos sobre las 23 h. de la noche, pero… horror!!! En Turquía hay dos horas más de diferencia horaria con España, por tanto eran… las 01 h. de la madrugada!!! No había tiempo de más. A dormir y levantarnos temprano que comienza nuestra aventura por la Capadocia.
Martes, 16/10
Me despierta el sonido del teléfono del hotel. El recepcionista me indica: Señor, sus amigos esperan en la terraza de desayuno. ¡¡¡¡Horror, no había cambiado la hora del reloj!!! Corriendo nos aseamos, nos vestimos y subimos a la terraza pidiendo disculpas. Pues bien empezamos el viaje. Jajajaja. Desayuno continental pero con unas vistas totalmente turcas. Es la Capadocia. Es Goreme. Bienvenidos al paisaje lunar del interior turco. Tras el desayuno, los trámites en el propio hotel para recoger el coche de alquiler y rumbo a la aventura. Nuestro primer destino: el Museo al aire libre de Zelve.
Museo al aire libre de Zelve
Situado a unos 10 km de Goreme, Zelve es un antiguo pueblo troglodita que se encontraba habitado hasta mediados del siglo XX. Sus habitantes fueron abandonando el pueblo hasta que el Gobierno, por peligro de derrumbamiento, obligo a los pocos que quedaban a su exilio. Cerca se construyo un barrio, cercano a Avanos. Aprovechando la antigüedad del lugar, el gobierno convirtió este pueblo fantasma en un museo al aire libre, con su correspondiente pago de entrada. El Museo al aire libre de Zelve está formado por tres valles dispuestos secuencialmente, con una única entrada. Se a acondicionado algo el lugar para realizar paseos por el pueblo, con la existencia de iglesias sin pinturas, ya que se pensaba que sus habitantes no eran muy dados a las iconografías. Aún quedan restos de la mezquita, con su minarete. El lugar tiene un aspecto marciano, ya que sus tonalidades rojizas contrastan con otras zonas de Capadocia. Y el paseo por el lugar te puede llevar 2 horas perfectamente para disfrutar de este lugar.
Las Tres Bellezas de Urgup
A 12 km de Zelve, se sitúa el mirador de las tres chimeneas. Tras bordear la localidad de Ürgup, y con la idea de visitar el pueblo de Ortahisar, paramos en este mirador, junto a la carretera. Tres bellezas son las tres chimeneas de hadas brillantes ubicadas en Urgüp. Es la belleza natural y el símbolo más famoso de la ciudad. Esta increíble formación natural es bien conocida, no solo por su paisaje encantador, sino también por su increíble historia. Según una leyenda, había un rey y su hija, una princesa que vivían pacíficamente juntos. La princesa se enamoró de un pastor. El rey desaprobó ese matrimonio por eso decidió que su querida princesa se casaría con un hombre autorizado. Sin embargo, ella escapó del palacio y se casó en secreto con el pastor. Después de años, ella da a luz un bebé. Entonces ella pensó que tal vez su padre los perdonaría gracias a su hijo y marcharon hacia el palacio. El rey no tuvo piedad. Ordenó a sus soldados matar a la familia. Cuando la princesa huyó de los soldados del rey, oró a Dios: "por favor, Dios mío, haznos una piedra o un pájaro". Dios aceptó su oración e inmediatamente se convirtieron en una piedra (la chimenea de hadas de hoy llamada Tres Gracias). Estas tres chimeneas de hadas simbolizan a la princesa, a su esposo y a su hijo. Y a lo lejos se puede divisar la montaña de Erciyes, de 3.916 m. de altitud.
Ortahisar
A 4 km del mirador llegamos a Ortahisar. Es junto a Urgup, Uchisar y Goreme, el menos turístico de todos. Pero no por ello deja de ser turístico. Su nombre significa Castillo del Medio, y es que en el centro de la localidad nos encontramos con una mole de roca de 86 m de altura que sirvió de fortaleza. Y otro punto de interés es la plaza, donde hay cafés con terrazas, algún restaurante y tiendas que venden artesanías y souvenirs. Llegada la hora de comer, nos dispusimos a comer en uno de estos restaurantes.
Valle de las Palomas (Pigeon Valley)
Volvemos a Goreme, que dista de Ortahisar unos 6 km y tras atravesar el pueblo, buscamos el punto de inicio del sendero por el Valle de las Palomas (Pigeon Valley o en turco Güvercinlik). El Valle de las Palomas es un pintoresco laberinto de formaciones rocosas excepcionales y viviendas dentro de las cuevas. Todo ello en un valle que comienza en Goreme y llega hasta Uchisar, en un terreno que parece salido de otro planeta y que se extiende a lo largo de cuatro kilómetros entre Göreme y Uçhisar. Este lugar debe su nombre a la enorme cantidad de palomares tallados en las rocas. Para los antiguos habitantes de las cuevas los pájaros eran mensajeros importantes y los cuidaban como si fueran sus mascotas. Y por otra parte, sus excrementos son un buen abono para uso agrícola. Pero aquí, si bien hay muchos palomares, no hay ninguna iglesia excavada en la roca. Llegamos a Uchisar y vuelta al coche para ya acercarte a esta importante localidad de Capadocia.
Uchisar
El castillo de Uçhisar es un gran atractivo en el extremo sur del valle. Tras pagar la correspondiente entrada, accedimos a la fortaleza llena de habitáculos y pasillos laberínticos hasta conseguir llegar a la bandera otomana que corona la mole de roca. Desde la cima, hay unos paisajes espectaculares del valle de las palomas, de Goreme y más allá, más si cabe teniendo en cuenta que llegamos al atardecer. Un momento perfecto. Posteriormente nos dimos un breve paseo por el pueblo troglodita y vuelta a Goreme, a cenar.
Una vez aparcamos se acercó un hombre al coche, y cuál fue nuestra sorpresa que era el trabajador de la empresa de alquiler de coches que nos dio el coche, y que tras saludar, cogió su móvil de debajo del asiento del conductor y se fué. Nos quedamos todos primero alucinados, no supimos reaccionar, y después carcajadas. Porque durante todo el día oíamos un sonidito dentro del coche, pero suponíamos que era algún tipo de musiquita que tenía el coche cuando funcionaba. Jajajaja. Eso si, pudimos comprobar que nos tenían geolocalizados en todo momento. Solo que esperó a que volviéramos a Goreme. No quería perseguirnos durante todo el día.
Miércoles, 17/10
Hoy tenemos un intenso día de coche. Hace un día espectacular, como todos los que hemos tenido durante el viaje. Y desde la terraza del hotel, se divisa el enjambre de globos aerostáticos que sobrevuelan el cielo de Goreme. Tras el desayuno pertinente de la mañana emprendemos el día. Nuestra primera parada se encuentra a 26 km de Goreme.
Ciudad Subterránea de Kaymakli
En la región de Capadocia existen un alto número de lugares subterráneos, que sirvieron de refugio y escondite en épocas de poblaciones perseguidas. Y seguro que aún habrá más por descubrir. Pero existen dos que son auténticas ciudades subterráneas con distintos niveles sobre el subsuelo, pasadizos, habitáculos, túneles de ventilación y un sinfín de escondites con distintas utilidades: Derinkuyu y Kaymakli. El origen de estas construcciones se remonta al período hitita, hace más de 3.500 años, si bien hasta el siglo XIII fueron utilizadas. Y es que el material del subsuelo de la región es tan blando, que favoreció su creación y expansión. Concretamente la ciudad de Kaymakli tiene una extensión tal que podía haber llegado a recibir más de 3.500 personas. Hasta la fecha tiene nueve niveles, de los cuales solo son visitables por el turismo cuatro de ellos, debido a la seguridad de estos y a la investigación. Decidimos visitar la de Kaymakli, tras ver las distintas opciones entre una y otra. Y es que tanto la de Kaymakli como la de Derinkuyu son las únicas ciudades subterráneas abiertas al turismo, y declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Tras el acceso de entrada a través de numerosas tiendas de souvenirs y puestos (es curioso como los turcos aprovechan las zonas de concentración del turismo), y atravesar una multitud de “guías” que se ofrecen a realizar la visita guiada por un módico precio, compramos el ticket de entrada y accedimos por libre para simplemente “perdernos” por sus pasadizos y sentir el estar bajo tierra durante una hora.
A lo largo del recorrido, solo indicado por unas flechas de color rojo que nos conducen hacia niveles inferiores y flechas azules que nos indican los pisos superiores y la salida, encontramos almacenes de alimentos, establos, cisternas, cavas, cocinas, iglesias e incluso sepulturas. La ciudad cuenta con pozo s de ventilación. Y las entradas eran protegidas por una piedra en forma de disco que se hacía girar para bloquear el paso por completo, y que solo podía hacerse girar desde dentro. Además, existe un tunel que conecta la ciudad de Kaymakli con la de Derinkuyu (a 9 km.). Y además existen túneles que conectaban con algunas casas en la superficie, y que servían de conexión para así refugiarse rápidamente sin necesidad de salir a la superficie.
Valle de Ilhara
Ahora toca hacer un recorrido de unos 67 km pasando por Derinkuyu y cuyo punto de destino es la localidad de Ilhara. Tras llegar a Ilhara aparcamos el coche y descendemos por el profundo valle de Ilhara, que en algunos puntos supera los 100 metros de profundidad. Además, es un lugar perfecto para hacer senderismo, puesto que el cañón discurre entre las localidades de Ilhara y la de Selime a lo largo de 14 kilometros. Y en esos kilómetros nos encontraremos un paisaje completamente diferente a lo que le rodea: un rio caudaloso (Melendiz), zonas verdes, iglesias rupestres, monasterios tallados en roca,… Una maravilla de lugar. Me encantó. Este lugar fue también un perfecto sitio para protegerse de asaltantes al tener esas grandes paredes de roca, y por tanto, en ella se desarrollo una vida agrícola, civil y religiosa. Y aquí de nuevo surgen iglesias rupestres. Actualmente sobreviven unas 12, aunque se cree que en su momento fueron más de 80. Hay cuatro puntos de acceso al valle de Ilhara. El primero, por donde accedimos nosotros en Ilhara. El segundo, a unos 4 km., y donde una vez desciendes hay un centro de visitantes y restaurantes. En este lugar comimos. El tercer punto se encuentra en Belisirma, a 7 km. de Ilhara, donde casi llegamos pero tuvimos que darnos la vuelta para continuar con otras visitas, y por último, Selime, donde en realidad llegaríamos pero ya en coche desde Ilhara. Aquí disfrutamos del valle durante unas cuantas horas, yo diría que entr el paseo y la comida en el restaurante, unas 5 horas.
Mirador de Kayabasi
Retrocedemos para volver al coche, y tras un paseo de unos 5 km hacemos una breve parada en el Mirador de Kayabasi. No porque la teníamos apuntada en el itinerario, sino porque lo que veíamos nos impacto. Era un paisaje espectacular. Entonces te enterás que aquí se filmaron escenas de Star Wars y dices: lógico, el paisaje es de otro planeta. Un contraste de colores y de formas… Una maravilla.
Monasterio de Selime.
A tan solo dos kilómetros llegamos a nuestro próximo destino, de hecho, desde el mirador se observaba imponente, el Monasterio de Selime. Está excavado en la roca de una montaña que se eleva sobre el valle y sus dimensiones son enormes. De hecho, es la iglesia más grande de Capadocia. Y en él, un auténtico laberinto por el que podemos pasear libremente mientras nos imaginamos como debía ser la vida monástica. El habitáculo principal, la Catedral de Selime, tiene dos filas de columnas con arcos que dividen el espacio casi en perfección, en tres naves. Los frescos muy deteriorados por capas de hollín de hogueras que allí se han realizado. Aunque se piensa que debió estar dedicado a la Virgen María. Estuvimos recorriendo las dependencias durante una hora aproximadamente. Al principio había otros turistas. En un momento de la visita, oímos una de las cinco llamadas a la oración. El estar en ese lugar y oir la llamada a la oración es una sensación indescriptible (recordemos que estamos en un lugar creado por cristianos). La visita continuó y ya estábamos solos. Una vez visitado todos los rincones, toca salir del Monasterio. Ya se hacía de noche. ¡¡¡¡Horror!!!! La entrada estaba cerrada. Nos habían encerrado en el monasterio de Selime. Y lo que oímos no fue la llamada a la oración. Era la forma de a través de altavoces, indicar a los turistas que iban a cerrar!!! La llamada entonces la hacíamos nosotros desde los balcones que daban al pueblo, a algunos lugareños que se oían a lo lejos. Pero nada. Ya pensábamos en como dormir, como arroparnos, en fin. Pasar una noche al raso. Hasta que volvimos a la entrada para ver si había alguna manera y…. bingo!!! Era una verja cerrada con candado, pero en la parte superior de la verja, de unos 3 metros de altura, había un hueco para poder salir. Así que tras una media hora de incertidumbre, toca escalar la verja y salir por patas. Ya era de noche, y nos quedaban 84 km hasta llegar a Goreme.
Este mismo día queríamos visitar el lago salado de Tuz, pero claro, imposible. Tras la curiosa visita a Kaymakli, el maravilloso sendero por Ilhara y la fascinante a la par que inquietante visita a la catedral de Selime, toca volver al hotel. Cena en una terraza de Goreme y a dormir, que mañana seguimos esta fascinante aventura por Turquía.