Martes 23/10
Amanece un nuevo día en esta maravilla de ciudad y nos alegramos que estemos en la zona de Sultanahmed puesto que todos los días pasábamos por su espléndida plaza y divisábamos a los lejos Santa Sofia y la Mezquita Azul. Incluso nos paramos a ver algunos puestos de souvenirs, como el famoso ojo turco, que se utiliza como talismán o amuleto. Nos dirigimos de nuevo al muelle de Eminou, esta vez para coger el ferry que nos llevaría al barrio de Eyup a través del Cuerno de Oro. Pero una vez llegamos a Eminou y pasando de nuevo por la Mezquita Nueva y el Bazar de las especias nos adentramos por detrás en sus callejuelas llenas de puestos con toda clase de objetos de lo más variopintos, y algunos puestos curiosos como la venta de sanguijuelas. Es el mercado de Tahtakale.
Mercado de Tahtakale
Mezquita de Rustem Pasa
Y nos acercamos a la mezquita de Rustem Pasa. Mucho más pequeñita que las anteriores vistas, nos sorprendió por su belleza con sus paredes rematadas de azulejos de Iznik y por estar completamente solos en aquel lugar tan especial y coqueto.
Ferry por el Cuerno del Oro
Ya era hora de coger el ferry que nos llevaría al barrio de Eyup. Una vez cogimos el ferry, de nuevo unas maravillosas vistas a ambos lados del estuario, con mezquitas a lo lejos como la mezquita nueva, la mezquita de Suleyman, o lugares tan pecualiares como el colegio ortodoxo griego de Fanar o el Museo Rahmi M Koc con un submarino anclado en la orilla. El recorrido es muy agradable, y vemos como vamos llegando al barrio de Eyup, a su muello coqueto y de madera, y al fondo la mezquita de Eyüp.
Mezquita Nueva al fondo
Colegio Ortodoxo Griego de Fanar
Mezquita de Eyüp
En cuanto llegamos al barrio de Eyüp nos dirigimos hacia la mezquita de Eyüp. Esta zona de Estambul es más autóctona, no está tan masificada de turistas y es una zona muy venerada por los turcos y más conservadora. De hecho, dicen que es el tercer lugar de peregrinación para los musulmanes después de La Meca y Jerusalén. Y es que aquí está enterrado entre otros, el ayudante de Mahoma, Abbu Ayyub al-Ansari. Por tanto, estamos ante un lugar sagrado para los musulmanes. En cuanto a la mezquita, es más pequeña que las majestuosas mezquitas del imperio otomano, pero se respira un aire religioso en todos sus rincones. Te sientes un poco extraño, como fuera de lugar. De hecho, su visita como turista es muy riguroso. Totalmente tapado, cubierto el pelo las mujeres, descalzos y silencio absoluto. Pero no nos olvidemos de que está fue la primera mezquita que se construyo tras la conquista de Constantinopla por los turcos. De ahí su importancia también histórica.
Colina de Eyüp
Tras la visita a la mezquita, nos dirigimos al Cafe Pierre Loti, donde se obtienen unas maravillosas vistas del Cuerno del Oro. Pero el problema es que está en lo alto de una colina rodeado de tumbas: es el cementerio de Eyüp. Sin embargo, no es un obstáculo. Un funicular perfectamente ubicado te descubre una forma cómoda y barata de ascender a lo alto de la colina, mientras vas observando a un lado el cementerio y al otro el Cuerno del Oro y el barrio de Eyüp. Y llegamos al Cafe Pierre Loti. Nos sentamos en una de las mesitas de la terraza donde se tienen unas magníficas vistas de Estambul y a tomarnos un café. El café Pierre Loti se llama así porque aquí es donde el escritor Julién Viaud– conocido con el pseudónimo de Pierre Loti- acudía en busca de inspiración para sus grandes novelas.
Tras el café ya si, comenzamos el descenso de la colina a pie, atravesando el cementerio. Sobrecoge el lugar (todos los cementerios sobrecogen), pero este más en un lugar espectacular en el que parece que los muertos disponen de unas magníficas vistas de la ciudad para su descanso, con la única compañía de unos gatos. Y las inscripciones de las lápidas, en algunos casos con extensos textos, suponemos que del corán.
Volvemos a la estación del ferry y volvemos a la zona de Eminou para tras desembarcar, pasear por el puente de Galata de nuevo y dirigirnos a la calle Istiklal Cadesi.
Istiklal Cadesi
Se trata de la avenida más bulliciosa, animada y célebre de Estambul, inicio de la Estambul moderna. Se inicia cerca de la Torre Galata hasta la plaza Taksim. Si bien nosotros no la recorrimos entera. Aquí se encuentran mezquitas, sinagogas e iglesias católicas como Santa María y San Antonio de Padua. Además, en esta calle podemos encontrarnos con el tranvía rojo. Inaugurado en 1990, tiene su salida en un tunel ya que hay una subida desde la torre Galta hasta la calle Istiklal, para después aparecer por la calle atravesándola hasta la plaza Taksim. En esta zona le dedicamos poco tiempo, la verdad. Es curioso de ver el cambio de ambiente de un barrio a otro en Estambul. Pero digamos que está zona es más europea, más como nuestras ciudades, y no le prestamos suficiente atención.
Iglesia de Santa María
Iglesia de San Antonio de Padua
Finalizado nuestro paseo por la avenida Istiklal, nos dirigimos a visitar la Torre Galata. Estaba cayendo el sol, y era un buen momento para tener otra maravillosa vista de la ciudad desde lo alto de la torre.
Torre Galata
Con una altura de cerca de 70 m de altura, esta torre medieval emerge imponente en medio de estrechas callejuelas. Construida en el siglo XIV, como todas las torres tenía una funcionalidad defensiva. Desde la torre de Galta se obtiene otra maravillosa vista de la ciudad de Estambul.
Toca hora de ir dirigiéndonos rápidamente hacia la estación del Orient Express, la estación Sikerci. Toca terminar la jornada con el espectáculo de la danza de los derviches.
Danza de los Derviches
Los derviches son una cofradía religiosa musulmana que se extiende no solo por Turquía, sino también en otros lugares musulmanes como Pakistán. Tienen un carácter místico y en concreto en Turquía, la orden de los derviches Giróvagos se fundó en el siglo XIII y es la más conocida. Aunque nosotros la consideramos como un espectáculo de danza, en realidad es una ceremonia mística de dicha orden. Lo que vimos nosotros en una gran sala de la estación de ferrocarril en primer lugar, fue eso si, unos 15 minutos de música tradicional turca ofrecida por una orquesta local. Y a continuación, comienza la ceremonia de los derviches Giróvagos. Comienza la danza Sema bajo una atmósfera de misticismo, girando y girando sobre sí mismos para alcanzar un viaje espiritual donde el alma del hombre sube hasta la perfección.
Un nueva experiencia agradable para finalizar el día. Satisfechos de lo que hemos vivido en la estación, nos dirigimos hacia la zona de Sultanahmed. Toca cenar, comentar la experiencia vivida en el día y volver al hotel. Nos quedan muy pocas horas para despedirno de Turquía. Mañana volvemos a España.