Después de Yabelo y de sobrevivir a la ceremonia del café sin efectos secundarios, iniciamos el regreso hacia Addis y hacia el fin del viaje.
Nos quedan aun un par de sitios para visitar durante el trayecto hacia el norte. EL primero es Awasa.
Durante el trayecto entre Yabelo y Awasa, disfrutamos de unas vistas preciosas de los cafetales que se encuentran a lo largo de la carretera.
Awasa es una ciudad situada a unos trecientos kilómetros de Addis, situada en plena falla del Rift y junto al lago del mismo nombre. Nos alojamos en un hotel situado junto al lago y que resulta ser uno de los más lujosos y caros del viaje. Dada la relativa cercanía de la capital, Awasa se ha convertido en un lugar de veraneo para los habitantes de la capital que acuden aquí a pasar unos días y por lo que podemos ver, la mayoría de los clientes del hotel, son etíopes, extranjeros, somos unos pocos y de los pocos, la mayoría chinos, que como en el resto de África, se están convirtiendo en una especie de plaga. Aquí en Etiopia, se están dedicando a construir carreteras, evidentemente, ellos dirigen las obras, los que trabajan son la gente que vive en los pueblos por los que pasan las nuevas carreteras, y que imagino que aun deben de andar preguntándose para que diablos quieren ellos una carretera asfaltada allí.
La principal atracción aquí son los pájaros, el numero de especies de aves que puedes observar, simplemente sentándote en el jardín del hotel, junto al lago es increíble. Águilas pescadoras, Martin pescador, patos,…. Todo ello mientras vigilas tu plato, no sea que alguno de los monos que corren libremente por el jardín, se acerquen demasiado y cojan lo primero que pillen de encima de la mesa.
Otra de las visitas que merecen la pena en Awasa es el mercado del pescado. Acercarse a ver a los pescadores, cuando regresan de pescar en el lago, con sus redes llenas de peces, la lonja donde se venden estos pescados y los bares que hay alrededor, cuyo único plato, evidentemente, es una especie de sopa de pescado, todo ello bajo la atenta mirada de un gran numero Marabúes, es una visita que vale la pena hacer.