Tras acostarnos tarde el día anterior decidimos hacer las 8 horas de rigor levantarnos a las 9 de la mañana para ver todo lo que se podía.
Pero decidir no quiere decir hacer, y cuando sonó la alarma alguien se levanto, se acerco a ella, la apago y dijo 5 minutos y en pie, resultado, 4 horas después y con casi 12 horas dormidas nos despertamos, eran las 13h y medio día perdido, pero que se le va a hacer, estábamos recuperados así que por lo menos eso habíamos ganado.
Desayunamos en la cafetería que hay en el mismo edificio que el hostal y partimos a Suwon.
Es una población al sur de Seul a la que nosotros llegamos tras casi una hora de metro, largo, pero lo merece. Suwon es una ciudad dominada por una muralla que rodea todo el centro. Hay varios buses que te llevan a la puerta sur de la muralla, el Paldalmun, que debe se la mas impresionante pero que en este momento esta en obras.
Nada mas entrar y todo recto se llega al palacio, que es único punto donde hay que pagar entrada. No es que vayas a ver nada que no vayas a poder ver en otras partes pero ya que has llegado hasta aquí merece la pena pagar los 3000 wons.
Por detrás del palacio se puede subir a una pequeña colina que permite ver la ciudad en perspectiva, y desde donde empezamos un recorrido por la muralla.
El paseo es agradable y deja una Buena impresión del trabajo que han realizado los coreanos al reconstruir la muralla casi en un 95%.
Comimos/merendamos una bandeja de pollo frito en una de las callejuelas del centro de la ciudad. Mencionar en este punto que los coreanos no saben hablar ingles, es frustrante, siempre piensas que al menos las nuevas generaciones te salvan en estos casos, pero ni mayores ni pequeños se salvan en este país.
Volvimos a la puerta sur y es cuando nos dimos cuenta de la cantidad de tiendas que había alrededor y decidimos surtir nos de elementos varios que habíamos olvidado en Madrid como pueden ser toallas para secarse el sudor a lo largo del día porque madre mía que calor y que humedad, estos climas no son para los tipos pesados como yo.
A eso de las 20h cogimos el metro de vuelta, pero no en dirección al hostal, si no a una zona de fiesta que nos había señaliza los chavales que trabajan en el hostal y que se sitúa entorno a la parada de metro de Hongik University.
Esta bien, pero no nos quedamos mucho y mas que bares de copas, que alguno vimos, lo que había eran mas tiendas y un montón de restaurantes y cafeterías, en una de las cuales nos tomamos un postre a modo de cena antes de volver al hostal.